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Vacunas para la prevención de la gripe en adultos sanos

Esta versión no es la más reciente

Abstract

Antecedentes

En la actualidad, se producen diferentes tipos de vacunas contra la gripe en todo el mundo. La vacunación de las mujeres embarazadas se recomienda internacionalmente, aunque en Norteamérica está indicada en los adultos sanos.

Objetivos

Identificar, recuperar y evaluar todos los estudios que evalúan los efectos (eficacia, efectividad y efectos perjudiciales) de las vacunas contra la gripe en adultos sanos, incluidas las mujeres embarazadas.

Métodos de búsqueda

Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL) (The Cochrane Library 2013, número 2), MEDLINE (enero 1966 hasta mayo 2013) y en EMBASE (1990 hasta mayo 2013).

Criterios de selección

Ensayos controlados aleatorios (ECA) o ensayos controlados cuasialeatorios que compararan las vacunas contra la gripe con placebo o ninguna intervención en individuos sanos de entre 16 a 65 años de edad con gripe adquirida de forma natural. También se incluyeron estudios comparativos que evaluaron daños graves y poco frecuentes.

Obtención y análisis de los datos

Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente la calidad de los ensayos y extrajeron los datos.

Resultados principales

Se incluyeron 90 informes que contenían 116 grupos de datos; entre éstos, 69 eran ensayos clínicos con más de 70 000 personas, 27 eran estudios comparativos de cohortes (cerca de ocho millones de personas) y 20 eran estudios de casos y controles (casi 25 000 personas). Se recuperaron 23 informes de la efectividad y la seguridad de la administración de las vacunas en las mujeres embarazadas (cerca de 1 600 000 parejas madre‐feto).

La efectividad general de la vacuna inactivada que se administra por vía parenteral contra las enfermedades tipo gripe es limitada, correspondiente a un número necesario a vacunar (NNV) de 40 (intervalo de confianza [IC] del 95%: 26 a 128). La eficacia general de las vacunas inactivadas para prevenir la gripe confirmada tiene un NNV de 71 (IC del 95%: 64 a 80). La diferencia entre estos dos valores depende de la incidencia diferente de las enfermedades tipo gripe y la gripe confirmada entre las poblaciones de estudio: el 15,6% de los participantes no vacunados versus el 9,9% de los participantes vacunados presentaron síntomas de enfermedades tipo gripe, aunque solamente el 2,4% y el 1,1%, respectivamente, desarrollaron gripe confirmada por laboratorio.

No se encontraron ECA que evaluaran la vacunación en mujeres embarazadas. Las únicas pruebas disponibles provienen de estudios observacionales con calidad metodológica modesta. Sobre esta base, la vacunación muestra efectos muy limitados: NNV 92 (IC del 95%: 63 a 201) contra las enfermedades tipo gripe en mujeres embarazadas y NNV 27 (IC del 95%: 18 a 185) contra la gripe confirmada por laboratorio en recién nacidos de pacientes vacunadas.

Las vacunas de virus vivos administradas en forma de aerosol tienen una efectividad general correspondiente a un NNV de 46 (IC del 95%: 29 a 115).

El rendimiento de las vacunas pandémicas de virus enteros de una dosis o dos dosis fue mayor y muestra un NNV de 16 (IC del 95%: 14 a 20) contra las enfermedades tipo gripe y un NNV de 35 (IC del 95%: 33 a 47) contra la gripe, aunque se observó una repercusión limitada sobre la hospitalización (NNV 94; IC del 95%: 70 a 1022).

La vacunación tuvo un efecto moderado en el tiempo de ausentismo laboral y no tuvo ningún efecto en los ingresos al hospital ni en las tasas de complicaciones. Las vacunas inactivadas ocasionaron daños locales. No se encontraron pruebas de asociación con eventos adversos graves, pero la base de pruebas sobre los efectos adversos fue limitada.

El riesgo general de sesgo en los ensayos incluidos no está claro, ya que no fue posible evaluar el impacto real del sesgo.

Conclusiones de los autores

Las vacunas contra la gripe tienen un efecto muy moderado en la reducción de los síntomas de gripe y los días laborales perdidos en la población general, incluidas las mujeres embarazadas. En los estudios comparativos considerados en la revisión, no se encontraron pruebas de asociación entre la vacunación contra la gripe y eventos adversos graves. Esta revisión incluye 90 estudios y 24 (26,7%) fueron patrocinados total o parcialmente por la industria. De los 48 ECA, 17 fueron patrocinados por la industria (35,4%).

PICO

Population
Intervention
Comparison
Outcome

El uso y la enseñanza del modelo PICO están muy extendidos en el ámbito de la atención sanitaria basada en la evidencia para formular preguntas y estrategias de búsqueda y para caracterizar estudios o metanálisis clínicos. PICO son las siglas en inglés de cuatro posibles componentes de una pregunta de investigación: paciente, población o problema; intervención; comparación; desenlace (outcome).

Para saber más sobre el uso del modelo PICO, puede consultar el Manual Cochrane.

Vacunas para la prevención de la gripe en adultos sanos

Pregunta de la revisión

Se evaluó el efecto de la inmunización con vacunas contra la gripe sobre la prevención de las infecciones por gripe A o B (eficacia), las enfermedades tipo gripe y las consecuencias (efectividad) y se determinó si la exposición a las vacunas contra la gripe se asocia con efectos perjudiciales serios o graves. Las poblaciones destinatarias fueron adultos sanos, incluidas mujeres embarazadas y recién nacidos.

Antecedentes

Más de 200 virus causan gripe y enfermedades tipo gripe que producen los mismos síntomas (fiebre, cefalea, malestar, dolores, tos y rinorrea). Sin pruebas de laboratorio, los médicos no pueden distinguir entre ellos y ambos duran días y rara vez provocan la muerte o una enfermedad grave. En el mejor de los casos, las vacunas podrían ser efectivas sólo contra la gripe A y B, que representan cerca del 10% de todos los virus circulantes. Anualmente, la Organización Mundial de la Salud determina qué cepas virales se deben incluir en las vacunaciones de la próxima estación.

La vacuna inactivada es preparada al tratar los virus de la gripe con un agente químico específico que "mata" el virus. Las preparaciones finales pueden contener virus completos (vacuna entera) o la parte activa de ellos (vacunas fraccionadas o de subunidades). Estas clases de vacunas normalmente se administran de forma intramuscular (vía parenteral)

Las vacunas de virus vivos atenuados se preparan mediante el cultivo de los virus de la gripe a través de una serie de cultivos de células o embriones animales. Con cada proceso, los virus pierden la capacidad de reproducirse en las células humanas, pero todavía pueden estimular el sistema inmunológico. Las vacunas de virus vivos atenuados se administran en forma de aerosol en los orificios nasales (vía intranasal).

Habitualmente, las cepas de los virus contenidas en la vacuna son las que se espera que circulen en las siguientes temporadas epidémicas (dos cepas Tipo A y una B), según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (vacuna estacional).

La vacuna pandémica solamente contiene la cepa del virus que es responsable de la pandemia (es decir, el Tipo A H1N1 para la pandemia de 2009/2010).

Características de los estudios

Las pruebas están actualizadas hasta mayo de 2013. En esta actualización, 90 informes de 116 estudios compararon el efecto de la vacuna contra la gripe con placebo o ninguna intervención. Sesenta y nueve informes eran ensayos clínicos (más de 70 000 personas), 27 eran estudios comparativos de cohortes (cerca de ocho millones de personas) y 20 eran estudios de casos y controles (casi 25 000 personas). De los 116 estudios, 23 (tres estudios de casos y controles y 20 de cohortes) se realizaron durante el embarazo (cerca de 1 600 000 parejas madre‐feto).

Resultados clave

El efecto preventivo de la vacuna inactivada administrada por vía parenteral contra la gripe sobre los adultos sanos es pequeño: al menos 40 personas necesitarían vacunarse para evitar un caso de enfermedad tipo gripe (intervalo de confianza [IC] del 95%: 26 a 128) y 71 personas necesitarían vacunarse para prevenir un caso de gripe (IC del 95%: 64 a 80). La vacunación no muestra efectos considerables sobre los días laborales perdidos o la hospitalización.

La protección contra las enfermedades tipo gripe que proporciona la administración de la vacuna inactivada contra la gripe en las mujeres embarazadas es incierta o al menos muy limitada; el efecto sobre los recién nacidos no es estadísticamente significativo.

La efectividad de las vacunas de virus vivos administradas en forma de aerosol en adultos sanos es similar a la de las vacunas inactivadas: 46 personas (IC del 95%: 29 a 115) necesitarían recibir la inmunización para evitar un caso de enfermedad tipo gripe.

La administración de la vacuna inactivada estacional contra la gripe no se asocia con la aparición de esclerosis múltiple, neuritis óptica (inflamación del nervio óptico del ojo) o púrpura trombocitopénica inmune (una enfermedad que afecta las plaquetas de la sangre). La administración de la vacuna inactivada pandémica monovalente H1N1 no se asocia con el síndrome de Guillain‐Barré (una enfermedad que afecta los nervios de los miembros y el cuerpo).

Las pruebas indican que la administración de las vacunas estacional y pandémica del 2009 durante el embarazo no tiene efectos significativos sobre el aborto o la muerte neonatal.

Calidad de la evidencia

No fue posible determinar la repercusión real de los sesgos en cerca del 70% de los estudios incluidos (p.ej., detalles del informe insuficientes, puntuaciones muy diferentes entre los ítems evaluados). Cerca del 20% de los estudios incluidos (principalmente de cohortes) tenían un alto riesgo de sesgo. Menos del 10% tuvo buena calidad metodológica.