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Corticosteroides intranasales versus placebo o ninguna intervención para la rinosinusitis crónica

Contraer todo Desplegar todo

Resumen

Antecedentes

Esta revisión es una de seis que examinan las opciones primarias de tratamiento médico para los pacientes con rinosinusitis crónica.

La rinosinusitis crónica es frecuente y se caracteriza por inflamación del recubrimiento de la nariz y los senos paranasales que da lugar a bloqueo nasal, rinorrea, presión / dolor facial y pérdida del sentido del olfato. La enfermedad puede ocurrir con o sin pólipos nasales. La administración de corticosteroides tópicos (intranasales) para el tratamiento de la rinosinusitis crónica se ha recomendado ampliamente debido a la creencia de que la inflamación es un componente importante de esta afección.

Objetivos

Evaluar los efectos de los corticosteroides intranasales en los pacientes con rinosinusitis crónica.

Métodos de búsqueda

El Especialista en Información del Grupo Cochrane de Enfermedades de Oído, Nariz y Garganta (Cochrane Ear, Nose and Throat Disorders [ENT] Group) buscó en el Registro de Ensayos del Grupo Cochrane ENT; Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL 2015, número 8); MEDLINE; EMBASE; ClinicalTrials.gov; ICTRP y fuentes adicionales de ensayos publicados y no publicados. La fecha de la búsqueda fue 11 agosto 2015.

Criterios de selección

Ensayos controlados aleatorios (ECA) con un período de seguimiento de al menos tres meses que compararon corticosteroides intranasales (p.ej. dipropionato de beclometasona, acetónido de triamcinolona, flunisolida, budesonida) contra placebo o ningún tratamiento en pacientes con rinosinusitis crónica.

Obtención y análisis de los datos

Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane. Los resultados primarios fueron la calidad de vida relacionada con la salud (CdVRS) específica de la enfermedad, la gravedad de la enfermedad informada por el paciente y el evento adverso más frecuente, la epistaxis. Los resultados secundarios incluyeron la CdVRS general, la puntuación endoscópica de pólipo nasal, la puntuación del examen de tomografía computarizada (TC) y los eventos adversos de irritación local u otros eventos adversos sistémicos. Se utilizó GRADE para evaluar la calidad de las pruebas para cada resultado; esto se indica en cursiva.

Resultados principales

Se incluyeron 18 ECA con 2738 participantes. Catorce estudios incluyeron participantes con pólipos nasales y cuatro estudios incluyeron participantes sin pólipos nasales. Sólo un estudio se realizó en niños.

Corticosteroides intranasales versus placebo o ninguna intervención

Solamente un estudio (20 participantes adultos sin pólipos) midió el resultado primario CdVRS específica de la enfermedad mediante las Rhinosinusitis Outcome Measures‐31 (RSOM‐31). No informaron diferencias significativas (datos numéricos no disponibles) (pruebas de muy baja calidad).

El segundo resultado primario, gravedad de la enfermedad , se midió mediante la Chronic Sinusitis Survey en un segundo estudio (134 participantes sin pólipos), que no encontró diferencias importantes (diferencia de medias [DM] 2,84; intervalo de confianza [IC] del 95%: ‐5,02 a 10,70; escala de 0 a 100). Otro estudio (rinosinusitis crónica con pólipos nasales) informó mayores probabilidades de mejoría en el grupo de corticosteroides intranasales (CR 2,78; IC del 95%: 1,76 a 4,40; 109 participantes). La calidad de las pruebas era baja.

Seis estudios proporcionaron datos sobre al menos dos síntomas individuales utilizados en los criterios EPOS 2012 para definir la rinosinusitis crónica (bloqueo nasal, rinorrea, pérdida del sentido del olfato y dolor / presión facial). Cuando los cuatro síntomas en los criterios EPOS estuvieron disponibles en una escala de 0 a 3 (mayor = síntomas más graves), la DM promedio en el cambio a partir del valor inicial fue ‐0,26 (IC del 95%: ‐0,37 a ‐0,15; 243 participantes; dos estudios; pruebas de baja calidad). Aunque hubo más estudios y participantes en los que solamente se consideraron el bloqueo nasal y la rinorrea (DM ‐0,31; IC del 95%: ‐0,38 a ‐0,24; 1702 participantes; seis estudios), la DM fue casi idéntica a cuando también se consideró la pérdida del sentido del olfato (1345 participantes, cuatro estudios; pruebas de calidad moderada).

Cuando se consideraron los resultados para los síntomas individuales, en el grupo de corticosteroides intranasales se mostró un efecto beneficioso. El tamaño del efecto fue mayor para el bloqueo nasal (DM ‐0,40; IC del 95%: ‐0,52 a ‐0,29; 1702 participantes; seis estudios) que para la rinorrea (DM ‐0,25; IC del 95%: ‐0,33 a ‐0,17; 1702 participantes; seis estudios) o la pérdida del sentido del olfato (DM ‐0,19; IC del 95%: ‐0,28 a ‐0,11; 1345 participantes; cuatro estudios). Hubo heterogeneidad en el análisis para el dolor / presión facial (DM ‐0,27; IC del 95%: ‐0,56 a 0,02; 243 participantes; dos estudios). La calidad de las pruebas fue moderada para el bloqueo nasal, la rinorrea y la pérdida del sentido del olfato, pero baja para el dolor / presión facial.

Hubo mayor riesgo de epistaxis con los corticosteroides intranasales (cociente de riesgos [CR] 2,74; IC del 95%: 1,88 a 4,00; 2508 participantes; 13 estudios; pruebas de calidad alta).

Al considerar el resultado secundario, CdVRS general, un estudio (134 participantes sin pólipos) los midió mediante el SF‐36 e informó un efecto beneficioso estadísticamente significativo solamente en la subescala de salud general. La calidad de las pruebas fue muy baja.

No está claro si hay una diferencia en el riesgo de irritación local (CR 0,94; IC del 95%: 0,53 a 1,64; 2124 participantes; 11 estudios) (pruebas de baja calidad).

Ninguno de los estudios trató o siguió a los pacientes durante un tiempo suficientemente prolongado para proporcionar datos significativos sobre el riesgo de osteoporosis o deficiencia del crecimiento (en los niños).

Otras comparaciones

No se identificaron otros estudios que compararan corticosteroides intranasales más cointervención A versus placebo más cointervención A.

Conclusiones de los autores

La mayoría de las pruebas disponibles provinieron de estudios en pacientes con rinosinusitis crónica con pólipos nasales. Hay poca información sobre la calidad de vida (pruebas de muy baja calidad ). Para la gravedad de la enfermedad, al parecer hay mejoría en todos los síntomas (pruebas de baja calidad), un efecto beneficioso de tamaño moderado para el bloqueo nasal y un efecto beneficioso pequeño para la rinorrea (pruebas de calidad moderada). Hubo un aumento en el riesgo de epistaxis (pruebas de calidad alta), pero estos datos incluyeron todos los niveles de gravedad; las estrías pequeñas de sangre pueden no ser un motivo de preocupación importante para los pacientes. No está claro si hay una diferencia en el riesgo de irritación local (pruebas de baja calidad).

PICO

Population
Intervention
Comparison
Outcome

El uso y la enseñanza del modelo PICO están muy extendidos en el ámbito de la atención sanitaria basada en la evidencia para formular preguntas y estrategias de búsqueda y para caracterizar estudios o metanálisis clínicos. PICO son las siglas en inglés de cuatro posibles componentes de una pregunta de investigación: paciente, población o problema; intervención; comparación; desenlace (outcome).

Para saber más sobre el uso del modelo PICO, puede consultar el Manual Cochrane.

Resumen en términos sencillos

Corticosteroides intranasales versus placebo o ninguna intervención para la rinosinusitis crónica

Pregunta de la revisión

Se examinaron las pruebas de los efectos beneficiosos y perjudiciales de los corticosteroides intranasales (en la nariz) administrados a los pacientes con rinosinusitis crónica.

Antecedentes

La rinosinusitis crónica es una afección frecuente que se define como inflamación de la nariz y los senos paranasales (un grupo de espacios llenos de aire detrás de la nariz, los ojos y las mejillas). Los pacientes con rinosinusitis crónica presentan al menos dos o más de los siguientes síntomas durante al menos 12 semanas: nariz congestionada, secreción por la nariz o nariz húmeda (rinorrea), dolor o presión en la cara o reducción del sentido del olfato (hiposmia). Algunos pacientes también presentarán pólipos nasales, que son tumefacciones similares a uvas del recubrimiento nasal normal dentro de la vía nasal y los senos. Los corticosteroides tópicos (intranasales) se utilizan con la intención de reducir la inflamación para mejorar los síntomas del paciente.

Características de los estudios

Se incluyeron 18 ensayos controlados aleatorios (ECA) con un total de 2738 participantes en esta revisión. La mayoría de los estudios fueron relativamente pequeños, con solamente nueve o diez pacientes por brazo de intervención. El estudio más grande tenía 748 pacientes en total. La mayoría se realizó en centros de referencia terciaria en Europa del norte, los EE.UU. y Canadá. Catorce estudios solamente incluyeron participantes con rinosinusitis crónica con pólipos nasales y cuatro estudios incluyeron participantes sin pólipos nasales. Sólo un estudio se realizó en niños. Los estudios consideraron un rango de tipos, dosis y métodos de administración (p.ej. spray, gotas) de los corticosteroides intranasales.

Resultados clave y calidad de las pruebas

Un estudio (20 participantes) no informó diferencias estadísticamente significativas en la calidad de vida relacionada con la salud específica de la enfermedad. Otro midió la calidad de vida relacionada con la salud general e informó un efecto beneficioso estadísticamente significativo solamente en una subescala para la salud general. Ambos estudios reclutaron participantes con rinosinusitis crónica sin pólipos nasales. La calidad de las pruebas fue muy baja (existe muy poca confianza en la estimación del efecto: es probable que el verdadero efecto sea significativamente diferente de la estimación del efecto).

La gravedad de la enfermedad se midió en un estudio (rinosinusitis crónica sin pólipos nasales, 134 participantes), que no encontró diferencias importantes. Otro estudio (rinosinusitis crónica con pólipos nasales) informó mayores probabilidades de mejoría en el grupo de corticosteroides intranasales. La calidad de las pruebas fue baja (la confianza en la estimación del efecto limitada: el verdadero efecto puede ser significativamente diferente de la estimación del efecto).

Cuando cada tipo de síntoma se midió por separado (bloqueo nasal, rinorrea, pérdida de sentido del olfato, dolor / presión facial), en el grupo de corticosteroides intranasales se mostró un efecto beneficioso. La calidad de las pruebas fue moderada para el bloqueo nasal, la rinorrea y la pérdida del sentido del olfato, pero baja para el dolor / presión facial (las pruebas de calidad moderada significan que existe una seguridad moderada en la estimación del efecto: es probable que el verdadero efecto esté cerca de la estimación del efecto pero hay una posibilidad de que sea significativamente diferente).

Hubo un mayor riesgo de hemorragias nasales (epistaxis) con los corticosteroides intranasales (pruebas de alta calidad). Sin embargo, no estuvo claro si hubo una diferencia en el riesgo de irritación local (nariz o garganta) (pruebas de baja calidad ).

Ninguno de los estudios trató o siguió a los pacientes durante un tiempo suficientemente prolongado para proporcionar datos significativos sobre el riesgo de osteoporosis (huesos frágiles) o deficiencia del crecimiento (en los niños).

Conclusiones

La mayoría de las pruebas disponibles provinieron de estudios en pacientes con rinosinusitis crónica con pólipos nasales. Hay poca información acerca de la calidad de vida y la calidad de estas pruebas es muy baja. Para la gravedad de la enfermedad, al parecer hay mejoría en todos los síntomas (pruebas de baja calidad), un efecto beneficioso de tamaño moderado para el bloqueo nasal y un efecto beneficioso pequeño para la rinorrea (pruebas de calidad moderada). Aumenta el riesgo de hemorragias nasales (pruebas de alta calidad), pero se incluyeron todos los niveles de gravedad; para algunos pacientes las estrías pequeñas de sangre pueden no ser un motivo de preocupación importante. No está claro si hay una diferencia en el riesgo de irritación local (pruebas de baja calidad).

Conclusiones de los autores

disponible en

Implicaciones para la práctica

Los pacientes con rinosinusitis crónica con pólipos nasales mostraron mejoría en los síntomas con los corticosteroides intranasales. Sin embargo, faltan datos sobre los pacientes sin pólipos y no está claro si tienen un nivel similar de efectos beneficiosos.

El riesgo de efectos adversos como epistaxis e irritación local aumenta en los pacientes que reciben corticosteroides intranasales, aunque no se conoce la gravedad de la epistaxis, ni si los pacientes interrumpieron el uso como resultado. Si la epistaxis se limita a estrías de sangre en el moco puede ser tolerada por el paciente y ser segura para continuar el tratamiento. Sin embargo, puede ser un factor que afecta al cumplimiento. Asegurar una buena técnica para la administración del spray por los pacientes puede ayudar a reducir estos efectos, especialmente si se evita aplicar el spray en el tabique. Las diferentes boquillas de administración de los corticosteroides intranasales también pueden influir en estos resultados.

Implicaciones para la investigación

Hasta agosto de 2015, la mayoría de los estudios de corticosteroides intranasales se han realizado en participantes con rinosinusitis crónica con pólipos nasales. Las pruebas encontradas indican que los pacientes con rinosinusitis crónica muestran mejoría en los síntomas con los corticosteroides intranasales. Recientemente se han completado ensayos internacionales del uso del dispositivo Optinose (ensayos Navigate I y II) que incluyen diferentes dosis dentro de sus protocolos y una comparación con placebo. Próximamente habrá más información disponible una vez que estos resultados se publiquen (NCT01622569;NCT01624662). Hasta agosto de 2015, la mayoría de los estudios de corticosteroides intranasales se han realizado en participantes con rinosinusitis crónica con pólipos nasales. Las pruebas encontradas indican que los pacientes con rinosinusitis crónica muestran mejoría en los síntomas con los corticosteroides intranasales. Recientemente se han completado ensayos internacionales del uso del dispositivo Optinose (ensayos Navigate I y II) que incluyen diferentes dosis dentro de sus protocolos y una comparación con placebo. Próximamente habrá más información disponible una vez que estos resultados se publiquen (NCT01622569;NCT01624662).

Los estudios de investigación futuros deben reclutar pacientes con rinosinusitis crónica diagnosticados mediante los criterios EPOS 2012 e incluir pacientes con y sin pólipos nasales (asignación al azar estratificada por subgrupo). Los corticosteroides intranasales se deben comparar con placebo, y lo anterior se debe considerar versus los antecedentes de irrigación nasal, que incluya el brazo placebo. La intervención y el seguimiento se deben realizar durante al menos tres o seis meses, ya que los corticosteroides intranasales se utilizan como tratamiento a largo plazo para una afección crónica. Los estudios de investigación futuros deben reclutar pacientes con rinosinusitis crónica diagnosticados mediante los criterios EPOS 2012 e incluir pacientes con y sin pólipos nasales (asignación al azar estratificada por subgrupo). Los corticosteroides intranasales se deben comparar con placebo, y lo anterior se debe considerar versus los antecedentes de irrigación nasal, que incluya el brazo placebo. La intervención y el seguimiento se deben realizar durante al menos tres o seis meses, ya que los corticosteroides intranasales se utilizan como tratamiento a largo plazo para una afección crónica.

Un área clave de debilidad en todos los estudios incluidos fue la falta de herramientas específicas de la enfermedad y genéricas de la calidad de vida relacionada con la salud como medidas de resultado. Se recomienda que cualquier estudio de investigación futuro utilice medidas de resultado primarias que sean relevantes para los pacientes y cualquier instrumento específico de la enfermedad que se utilice se debe validar en pacientes con rinosinusitis crónica. Muchos estudios decidieron utilizar las puntuaciones de pólipos como medida de resultado primaria, aunque la correlación entre los resultados endoscópicos y los síntomas de los pacientes no está clara. Los métodos para definir y registrar los eventos adversos se deben considerar en el estadio de protocolo y los eventos adversos registrados deben incluir epistaxis e irritación local; también se deben considerar los efectos a más largo plazo como la osteoporosis. Un área clave de debilidad en todos los estudios incluidos fue la falta de herramientas específicas de la enfermedad y genéricas de la calidad de vida relacionada con la salud como medidas de resultado. Se recomienda que cualquier estudio de investigación futuro utilice medidas de resultado primarias que sean relevantes para los pacientes y cualquier instrumento específico de la enfermedad que se utilice se debe validar en pacientes con rinosinusitis crónica. Muchos estudios decidieron utilizar las puntuaciones de pólipos como medida de resultado primaria, aunque la correlación entre los resultados endoscópicos y los síntomas de los pacientes no está clara. Los métodos para definir y registrar los eventos adversos se deben considerar en el estadio de protocolo y los eventos adversos registrados deben incluir epistaxis e irritación local; también se deben considerar los efectos a más largo plazo como la osteoporosis.

Esta revisión es una de un conjunto de revisiones de los tratamientos médicos para la rinosinusitis crónica, cada una de los cuales presenta sus propias recomendaciones para la investigación. En todas las revisiones, las características clave de los estudios de investigación futuros son las siguientes: Esta revisión es una de un conjunto de revisiones de los tratamientos médicos para la rinosinusitis crónica, cada una de los cuales presenta sus propias recomendaciones para la investigación. En todas las revisiones, las características clave de los estudios de investigación futuros son las siguientes:

  • Los ensayos deben tener un poder estadístico suficiente y los desequilibrios en los factores pronósticos (p.ej. cirugía previa de los senos) se deben considerar en el análisis estadístico.

  • Los participantes del estudio deben tener un diagnóstico de rinosinusitis crónica mediante los criterios EPOS 2012 y se deben reclutar principalmente según sus síntomas. Se deben reconocer diferentes fenotipos de pacientes (o sea, con y sin pólipos nasales) y los ensayos deben utilizar la asignación al azar estratificada dentro de estos subgrupos o centrase en uno u otro de los fenotipos.

  • Los estudios se deben centrar en resultados que sean importantes para los pacientes y utilizar instrumentos validados para medirlos. Existen cuestionarios validados para la calidad de vida relacionada con la salud específicos de la rinosinusitis crónica, por ejemplo la Sino‐Nasal Outcome Test‐22 (SNOT‐22). Los pacientes pueden encontrar que los resultados dicotómicos son más fáciles de interpretar; por ejemplo, el porcentaje de pacientes que logran una diferencia mínima clínicamente importante (DMCI) o mejoría para ese resultado. Estas DMCI o los puntos de corte se deben incluir en el protocolo del estudio y esbozarse claramente en la sección Métodos.

  • Los ensayos y otros estudios de alta calidad deben utilizar resultados consistentes y cumplir las guías para el informe, como CONSORT, para que los resultados se puedan comparar entre los ensayos futuros. El desarrollo de un grupo estandarizado de resultados, o un grupo de resultados centrales, para la rinosinusitis crónica, acordado por los investigadores, los médicos y los pacientes, facilitará este proceso.

Summary of findings

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Summary of findings for the main comparison. Intranasal corticosteroids for people with chronic rhinosinusitis

Intranasal corticosteroids for people with chronic rhinosinusitis

Patient or population: chronic rhinosinusitis
Setting: all
Intervention: intranasal corticosteroids
Comparison: placebo

Outcomes

№ of participants
(studies)

Relative effect
(95% CI)

Anticipated absolute effects* (95% CI)

Quality

What happens

With placebo

With intranasal corticosteroids

Difference

Disease‐specific HRQL measured as median change from baseline (RSOM‐31)

№ of participants: 20

(1 RCT)

Median 5 points lower

Median 62 points lower

⊕⊝⊝⊝
VERY LOW 1,5

Not enough information to conclude whether there is a difference

Disease severity ‐ measured as change from baseline using the Chronic Sinusitis Survey at 20 weeks

№ of participants: 134

(1 RCT)

Chronic Sinusitis Survey score was 7.35

MD 2.84 higher (5.02 lower to 10.7 higher) than placebo

⊕⊕⊝⊝
LOW 1, 2

There was no clinically important difference

Disease severity ‐ analysed as the proportion of patients who reported improvement on a global symptom score

№ of participants:109
(1 RCT)

RR 2.78
(1.76 to 4.40)

Study population

⊕⊕⊝⊝
LOW 1, 2

There was an increased chance of improvement with intranasal corticosteroids

273 per 1000

758 per 1000
(480 to 1000)

485 more per 1000

(207 more to 927 more)

Disease severity measured as average change from baseline at 12 to 20 weeks (range 0 to 3 points) for a combination of symptoms*

  • All 4 EPOS domains

№ of participants: 243
(2 RCTs)

MD 0.26 lower (0.37 lower to 0.15 lower) than placebo

⊕⊕⊝⊝
LOW 1, 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (moderate effect size). Lower score = less severe symptoms.

  • 3 EPOS domains ‐ nasal blockage, rhinorrhoea, loss of sense of smell

№ of participants: 1345
(4 RCTs)

MD 0.31 lower (0.38 lower to 0.23 lower) than placebo

⊕⊕⊕⊝
MODERATE 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (moderate effect size)

  • 2 EPOS domains ‐ nasal blockage and rhinorrhoea

№ of participants: 1702
(6 RCTs)

MD 0.31 lower (0.38 lower to 0.24 lower) than placebo

⊕⊕⊕⊝
MODERATE 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (moderate effect size)

Disease severity measured as average change from baseline at 12 to 20 weeks (range 0 to 3 points) for individual symptoms*

  • Nasal blockage

№ of participants: 1702
(6 RCTs)

MD 0.4 lower (0.52 lower to 0.29 lower) than placebo

⊕⊕⊕⊝
MODERATE 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (moderate effect size)

  • Rhinorrhoea

№ of participants: 1702
(6 RCTs)

MD 0.25 lower (0.33 lower to 0.17 lower) than placebo

⊕⊕⊕⊝
MODERATE 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (small effect size)

  • Loss of sense of smell

№ of participants: 1345
(4 RCTs)

MD 0.19 lower (0.28 lower to 0.11 lower) than placebo

⊕⊕⊕⊝
MODERATE 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (small effect size)

  • Facial pain/pressure

№ of participants:243
(2 RCTs)

MD 0.27 lower (0.56 lower to 0.02 higher) than placebo

⊕⊕⊝⊝
LOW 1, 2, 6

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (moderate effect size)

Generic HRQL ‐ measured using SF‐36

№ of participants: 134

(1 RCT)

Statistical significance only for the general health sub‐scale. No statistically significant difference for the other sub‐scales.

⊕⊝⊝⊝
VERY LOW 1, 5

Unclear whether there is a difference in general HRQL

Adverse events ‐ epistaxis

№ of participants: 2508
(13 RCTs)

RR 2.74
(1.88 to 4.00)

Study population

⊕⊕⊕⊕
HIGH

The risk of epistaxis is higher in the intranasal corticosteroids group

29 per 1000

79 per 1000
(54 to 115)

50 more per 1000

(25 more to 86 more)

Moderate

39 per 1000

105 per 1000
(72 to 154)

67 more per 1000

(34 more to 115 more)

Adverse events ‐ local irritation

№ of participants: 2124
(11 RCTs)

RR 0.94
(0.53 to 1.64)

Study population

⊕⊕⊝⊝
LOW 3, 4

It is uncertain whether there is an important difference between the intranasal corticosteroids and placebo groups in the risk of local irritation

21 per 1000

20 per 1000
(11 to 34)

1 fewer per 1000

(10 fewer to 13 more)

Moderate

26 per 1000

24 per 1000
(14 to 42)

2 fewer per 1000

(12 fewer to 16 more)

*The risk in the intervention group (and its 95% confidence interval) is based on the assumed risk in the comparison group and the relative effect of the intervention (and its 95% CI).

CI: confidence interval; EPOS: European Position Paper on Rhinosinusitis and Nasal Polyps 2012; HRQL: health‐related quality of life; OR: odds ratio; RCT: randomised controlled trial; RR: risk ratio

GRADE Working Group grades of evidence
High quality: We are very confident that the true effect lies close to that of the estimate of the effect
Moderate quality: We are moderately confident in the effect estimate: The true effect is likely to be close to the estimate of the effect, but there is a possibility that it is substantially different
Low quality: Our confidence in the effect estimate is limited: The true effect may be substantially different from the estimate of the effect
Very low quality: We have very little confidence in the effect estimate: The true effect is likely to be substantially different from the estimate of effect

1Evidence only came from small trial(s). The overall sample size is very small.
2Outcome was not measured using a validated tool.
3Inconsistency in how outcome was reported across studies. The number of overall events is likely to be underestimated.
4Overall event rates likely to have been underestimated. The confidence interval is wide.
5Evidence only from one study, which had a high risk of reporting bias for this outcome.
6Unexplained heterogeneity observed for this outcome.

Antecedentes

disponible en

Descripción de la afección

La rinosinusitis crónica se define como la inflamación de la nariz y los senos paranasales caracterizada por dos o más síntomas, uno de los cuales debe ser bloqueo / obstrucción / congestión nasal o secreción nasal (goteo nasal anterior / posterior). Los otros síntomas posibles incluyen dolor / presión facial, disminución o pérdida del sentido del olfato (en los adultos) o tos (en los niños). Los síntomas deben haber continuado durante al menos 12 semanas. Además los pacientes deben tener cambios de la mucosa dentro del complejo osteomeatal o los senos demostrado mediante un examen de tomografía computarizada (TC) o signos endoscópicos de al menos uno de los siguientes: pólipos nasales, secreción mucopurulenta principalmente del meato medio o edema / obstrucción de la mucosa principalmente en el meato medio (EPOS 2012).

La rinosinusitis crónica representa una fuente frecuente de enfermedad; el 11% de los adultos del Reino Unido informaron síntomas de rinosinusitis crónica en un estudio en la población general(Hastan 2011). Los síntomas, que incluyen obstrucción nasal, secreción nasal, dolor facial, anosmia y trastornos del sueño, tienen una repercusión importante sobre la calidad de vida, supuestamente mayor en varios dominios del SF‐36 que la angina o la enfermedad respiratoria crónica(Gliklich 1995). Son frecuentes las exacerbaciones agudas, el control insuficiente de los síntomas y la exacerbación de las enfermedades respiratorias. Las complicaciones son poco frecuentes, pero pueden incluir deficiencia visual e infección intracraneal.

Se han identificado dos fenotipos principales de rinosinusitis crónica según la presencia o ausencia de pólipos nasales al examen. Los pólipos nasales son tumefacciones hiperplásicas similares a tumores de la mucosa nasal, y la mayoría se origina habitualmente desde el interior del complejo osteomeatal (Larsen 2004). La rinosinusitis crónica con pólipos nasales (RSCcPN) se diagnostica cuando se observan pólipos (directamente o al examen endoscópico) bilateralmente en el meato medio. Las siglas RSCsPN se utilizan para la afección en la que no hay pólipos presentes.

Aunque la etiología de la rinosinusitis crónica no se comprende completamente, puede incluir anomalías en la respuesta del huésped a los irritantes, microorganismos comensales y patógenos y alergenos, obstrucción de las vías de drenaje de los senos, anomalías de la función mucociliar normal, pérdida de la barrera de la mucosa normal o infección. Se pueden observar dos perfiles característicos en cuanto a los mediadores inflamatorios; en la rinosinusitis crónica eosinofílica, que se asocia habitualmente con pólipos nasales, es posible encontrar niveles altos de eosinófilos, inmunoglobulina E (IgE) e interleucina (IL)‐5, mientras que en la rinosinusitis crónica neutrofílica, asociada con mayor frecuencia con la rinosinusitis crónica sin pólipos, predominan los neutrófilos, con el interferón (IFN) gamma, la IL‐8 y el factor de necrosis tumoral (FNT) elevados(EPOS 2012).

Aunque las decisiones sobre el tratamiento se deben tomar según una comprensión del fenotipo de la rinosinusitis crónica del paciente y su probable etiología, en la práctica el tratamiento se puede iniciar sin el conocimiento del estado de los pólipos, en especial en la atención primaria. Esta revisión (y la mayoría de las revisiones acompañantes) consideran juntos a los pacientes con y sin pólipos para la evaluación inicial de los efectos del tratamiento. Sin embargo, los análisis de subgrupos exploran las posibles diferencias entre estos pacientes.

Las intervenciones utilizadas con mayor frecuencia para la rinosinusitis crónica se utilizan tópica (en spray nasal) o sistémicamente (por vía oral) e incluyen corticosteroides, antibióticos y solución salina.

Descripción de la intervención

El tratamiento antiinflamatorio tiene una función significativa en el tratamiento de la rinosinusitis crónica. Incluye corticosteroides y macrólidos a dosis baja. Los corticosteroides tópicos se utilizan de manera más amplia que los esteroides orales debido a que el tratamiento se puede administrar durante un tiempo mayor sin efectos adversos significativos.

El tratamiento intranasal con corticosteroides se les prescribe a menudo a los pacientes con rinosinusitis crónica, pero existe una variabilidad considerable en el momento, la frecuencia, la dosis, el método de administración tópica y el agente específico utilizado (Benninger 2003; Spector 1998). El método de administración tópica puede afectar la cantidad de esteroides que entran en contacto con la mucosa de los senos paranasales (Grobler 2008; Harvey 2009). Los métodos de administración intranasal más sencillos son las gotas, los sprays, los aerosoles, los nebulizadores y los atomizadores. Dichos métodos contrastan con los que involucran la canalización directa de los senos y la irrigación nasal con frascos exprimibles y recipientes para limpieza nasal, que es probable que proporcionen un mejor acceso a los senos, especialmente en el contexto posterior a la cirugía de los senos (Grobler 2008;Harvey 2009; Thomas 2013).

Las clases de corticosteroides tópicos incluyen los corticosteroides intranasales de primera generación (dipropionato de beclometasona, acetónido de triamcinolona, flunisolida y budesonida) y preparados más nuevos (propionato de fluticasona, furoato de mometasona, ciclesonida y furoato de fluticasona).

De qué manera podría funcionar la intervención

La administración de corticosteroides tópicos (intranasales) para el tratamiento de la rinosinusitis crónica se ha recomendado ampliamente debido a la creencia de que la inflamación es un componente principal de esta afección(Fokkens 2007; Hamilos 2000; McNally 1997). El mecanismo de acción es una combinación de efectos antiinflamatorios (por ejemplo, la reducción de la transcripción de genes proinflamatorios y el aumento de los antiinflamatorios, y la reducción de la infiltración de células inflamatorias en las vías aéreas) y la eliminación de la producción de mediadores proinflamatorios, factores celulares de quimiotaxis y moléculas de adhesión (Mullol 2009). Varios factores podrían afectar los niveles relativos de efectividad o de efectos perjudiciales a partir del uso de los corticosteroides intranasales. Se ha indicado que el tipo, la dosis y el método de administración del esteroide (que afecta la biodisponibilidad) pueden contribuir a la efectividad relativa del tratamiento. Además, no está claro si las características de los pacientes afectarán los niveles de efectividad (es decir, si presentan pólipos y si son adultos o niños). Otra incertidumbre es si la duración del tratamiento es importante. Si en realidad se observara heterogeneidad en los efectos, se planificó explorar estos factores mediante análisis de subgrupos.

Por qué es importante realizar esta revisión

Los corticosteroides intranasales son la base y el tratamiento recomendado actualmente para la rinosinusitis crónica. Esta revisión incorpora una actualización de dos revisiones Cochrane anteriores (Kalish 2012; Snidvongs 2011). A diferencia de las revisiones anteriores, esta revisión se centra en los efectos de los corticosteroides intranasales comparados con ningún tratamiento o placebo, para establecer su efectividad en el tratamiento de la rinosinusitis crónica. Los efectos relativos de los diferentes tipos, dosis y métodos de administración se investigan en otra revisión (Chong 2016a).

Esta revisión es una de un conjunto de revisiones que consideran las opciones de tratamiento para los pacientes con rinosinusitis crónica (Chong 2016a; Chong 2016b; Head 2016a; Head 2016b; Head 2016c), y utiliza las mismas medidas de resultado entre las revisiones. No se incluyeron los estudios diseñados para evaluar las intervenciones en el período periquirúrgico inmediato, que se centran en la evaluación de la repercusión de la intervención sobre el procedimiento quirúrgico o en la modificación de los resultados posquirúrgicos (prevenir la recurrencia).

Objetivos

disponible en

Evaluar los efectos de los corticosteroides intranasales en los pacientes con rinosinusitis crónica.

Métodos

disponible en

Criterios de inclusión de estudios para esta revisión

Tipos de estudios

Se incluyeron los estudios con las siguientes características de diseño:

  • ensayos controlados aleatorios, incluidos los ensayos aleatorios grupales y los ensayos cuasialeatorios (los ensayos cruzados [crossover] solamente se incluyeron si estaban disponibles los datos de la primera fase); y

  • los pacientes se siguieron durante al menos dos semanas.

Se excluyeron los estudios con las siguientes características de diseño:

  • pacientes asignados al azar por lado de la nariz (controlado en el mismo paciente) porque es difícil asegurar que los efectos de cualquiera de las intervenciones consideradas puedan ser localizados; o

  • estudios perioperatorios, en los que el único objetivo del estudio fue investigar el efecto de los corticosteroides intranasales sobre el resultado quirúrgico.

Tipos de participantes

Pacientes con rinosinusitis crónica, con o sin pólipos.

Se excluyeron los estudios que incluyeron una mayoría de pacientes con:

  • fibrosis quística;

  • sinusitis micótica alérgica / micótica eosinofílica / rinosinusitis mucinosa;

  • enfermedades respiratorias exacerbadas por la aspirina;

  • pólipos antrocoanales (pólipos benignos que se originan en la mucosa del seno maxilar);

  • pólipos malignos;

  • discinesia ciliar primaria;

  • antecedentes de cirugía por pólipos nasales en el transcurso de seis semanas del ingreso al estudio.

Tipos de intervenciones

Todos los corticosteroides intranasales; se incluyeron los sprays nasales y las gotas nasales.

Corticosteroides intranasales de primera generación:

  • Dipropionato de beclometasona

  • Acetónido de triamcinolona

  • Flunisolida

  • Budesonida

Corticosteroides intranasales de segunda generación:

  • Ciclesonida

  • Furoato de fluticasona

  • Propionato de fluticasona

  • Furoato de mometasona

  • Fosfato sódico de betametasona

Si se utilizaron otras intervenciones, se deberían haber utilizado en ambos brazos de tratamiento. Las cointervenciones permitidas incluyeron:

  • irrigación nasal con solución salina;

  • antibióticos;

  • descongestionantes nasales intermitentes.

Los comparadores fueron placebo o ninguna intervención.

El principal par de comparación fue:

  • corticosteroides intranasales versus placebo o ninguna intervención.

Otros posibles pares de comparación incluyeron:

  • corticosteroides intranasales más cointervención A versus placebo más cointervención A.

Esta revisión forma parte de una serie mayor de seis revisiones para el tratamiento de la rinosinusitis crónica.

  • Corticosteroides intranasales versus placebo o ninguna intervención para la rinosinusitis crónica (esta revisión).

  • Diferentes tipos de corticosteroides intranasales para la rinosinusitis crónica (Chong 2016a). Esta revisión compara diferentes clases, dosis y métodos de administración de los corticosteroides intranasales para la rinosinusitis crónica.

  • Corticosteroides orales de corta duración solos para la rinosinusitis crónica (Head 2016a). Esta revisión compara los corticosteroides orales de corta duración solos con placebo o ninguna intervención, o versus otras intervenciones farmacológicas como los antibióticos o la irrigación nasal de solución salina.

  • Corticosteroides orales de corta duración como tratamiento complementario para la rinosinusitis crónica (Head 2016b). Esta revisión compara los corticosteroides orales cuando se utilizaron como tratamiento complementario a otros tratamientos para la rinosinusitis crónica (como corticosteroides intranasales, antibióticos o solución salina).

  • Irrigación con solución salina para la rinosinusitis crónica (Chong 2016b). Esta revisión compara la irrigación nasal con solución salina para la rinosinusitis crónica con placebo / ninguna intervención y con corticosteroides intranasales o antibióticos.

  • Antibióticos sistémicos y tópicos para la rinosinusitis crónica (Head 2016c). Esta revisión compara los antibióticos tópicos y sistémicos con placebo / ningún tratamiento, dos antibióticos diferentes entre sí y antibióticos con corticosteroides intranasales.

Tipos de medida de resultado

Se analizaron los siguientes resultados en la revisión, aunque no se utilizaron como base para incluir o excluir los estudios.

Resultados primarios

  • Calidad de vida relacionada con la salud, mediante puntuaciones de calidad de vida relacionada con la salud específica de la enfermedad como la Sino‐Nasal Outcome Test‐22 (SNOT‐22), las Rhinosinusitis Outcome Measures‐31 (RSOM‐31) y la SNOT‐20.

  • Gravedad de la enfermedad, medida según la puntuación de los síntomas informados por el paciente (como el Chronic Sinusitis Survey [CSS] y escalas analógicas visuales).

  • Efectos adversos significativos: epistaxis.

Resultados secundarios

  • Calidad de vida relacionada con la salud, mediante puntuaciones genéricas de la calidad de vida como SF‐36, EQ‐5D y otros instrumentos correctamente validados.

  • Otros efectos adversos locales: irritación local (que incluye candidiasis oral, dolor de garganta y otra irritación nasal local como sequedad, prurito, etc.).

  • Otros efectos adversos sistémicos:

    • en los niños: deficiencia del crecimiento (punto temporal mínimo: seis meses de tratamiento y seguimiento);

    • en adultos: osteoporosis.

  • Puntuación endoscópica nasal (según la población, puntuación del tamaño de los pólipos nasales o puntuación por endoscopia, p.ej. Lund‐Mackay/Lund‐Kennedy).

  • Puntuación del examen por tomografía computarizada (TC) (p.ej. Lund‐Mackay).

Los resultados se midieron a los tres a seis meses, a los seis a 12 meses y más de 12 meses. Para los eventos adversos se analizaron los datos de los períodos más prolongados.

Results

Description of studies

Results of the search

The searches retrieved a total of 2470 references after removal of duplicates. We identified one additional reference from other sources. We screened the titles and abstracts and subsequently removed 2297 references. We assessed 87 full texts for eligibility. We excluded 45 studies (55 references), with reasons. We included 18 studies (24 references). We identified three ongoing studies and there are five studies awaiting assessment because we cannot locate the full‐text papers.

A flow chart of study retrieval and selection is provided in Figure 1.


Process for sifting search results and selecting studies for inclusion.

Process for sifting search results and selecting studies for inclusion.

Included studies

Design

All studies included studies were double‐blinded randomised controlled trials. All but three studies (Holmberg 1997; Lang 1983; Lund 2004) had a treatment and follow‐up duration of between 12 to 16 weeks. Holmberg 1997 and Lund 2004 had a treatment duration of 20 and 26 weeks respectively.

Some of these studies had multiple treatment arms: four compared different doses of intranasal corticosteroids against placebo (Chur 2013; Penttilla 2000; Small 2005; Stjarne 2006), whereas Johansen 1993 compared two different types of delivery methods (nasal spray versus nasal drops) against placebo.

Setting

Most studies were published more than 10 years ago (Aukema 2005; Holmberg 1997; Holopainen 1982; Johansen 1993; Keith 2000; Lang 1983; Lund 1998; Lund 2004; Parikh 2001; Penttilla 2000; Small 2005). Most of these were conducted in tertiary referral centres in northern Europe, the US and Canada. Chur 2013, Lund 2004, Small 2005 and Stjarne 2006 included other centres around the world, while Zhou 2015 was conducted in China.

Population and sample size

One study recruited 127 children aged 6 to 17 (Chur 2013); the rest were conducted in adults. Most studies were relatively small, with as few as 9 or 10 patients per intervention arm. The largest study was Zhou 2015, with 748 patients in total.

The populations included in the studies with regards to phenotypes of chronic rhinosinusitis were:

Intervention and comparison

The following types of intranasal corticosteroids were used:

Outcomes
Health‐related quality of life, using disease‐specific health‐related quality of life scores

One study used the Rhinosinusitis Outcome Measure (RSOM‐31) (Hansen 2010). Stjarne 2006a reported that scores for quality of life were recorded at every study visit using an investigator‐administered scale with the following items: "nose breathing", "experience of smell and taste", "interference with daily activities caused by nasal symptoms" and "sleep disturbance". It is unlikely that this is a validated quality of life instrument.

Disease severity, as measured by patient‐reported symptom score

All studies but one (Lang 1983) measured disease severity as reported by patients, but only Lund 2004 used a validated scale (Chronic Sinusitis Survey ‐ CSS). However, Lund 2004 reported that at the time of the study, a validated version of the Hungarian questionnaire was not available (the study was conducted in 19 centres, six of which were in Hungary).

Most studies presented the results (partially) in graphs as median or mean values. The method of measurement was reported in several ways and differed in the choice of scale, type/combination of symptoms measured, timing of measures and scoring/analysis method (see Appendix 3).

Due to these variations, it was unclear whether the total scores between studies were comparable with each other and we had to make modifications in order to standardise scores before meta‐analysis could be conducted (see Methods and Potential biases in the review process).

Significant adverse effect: epistaxis

All but five studies reported the number of patients with epistaxis and these could be meta‐analysed (Holmberg 1997; Johansen 1993; Lang 1983; Lund 1998; Parikh 2001). Holmberg 1997 and Johansen 1993 did not provide enough information about the types of adverse effects experienced and how many patients experienced them, whereas the other three studies were very small (fewer than 15 patients per treatment arm) and it was unclear whether epistaxis was not experienced by any patients or not reported.

The studies included nosebleeds of all severities, including mild.

Health‐related quality of life, using generic quality of life scores, such as the SF‐36, EQ‐5D and other well‐validated instruments

Lund 2004 used the SF‐36, but only reported for which subscale a statistically significant difference was found.

Other local adverse effects: local irritation (including oral thrush, sore throat and other local nasal irritation such as dryness, itchiness etc.)

A variety of types of possible local irritation symptoms were reported in the studies, ranging from "itchiness" to "nasal burns" and "nasopharyngeal pain/discomfort". Some studies used broader classifications whereas others used more specific description. For example, Vlckova 2009 reported an unusual combination of "adverse events", listing "rhinalgia" and "nasal discomfort" separately alongside headache; they also reported "rhinitis" as an adverse event alongside "sneezing" and "rhinorrhoea".

Other systemic adverse effects (in children ‐ stunted growth, in adults ‐ osteoporosis)

Only one study followed up patients in the longer term (Lang 1983), and this adverse effect was not reported or relevant in the other studies.

Nasal endoscopic score (either nasal polyps size score or endoscopy score, e.g. Lund‐Kennedy)

Lund 1998 and Stjarne 2006a did not report any endoscopy results.

Studies that recruited patients with nasal polyps mostly used a 0‐ to 3‐point scale. In most studies, this was the Lildholdt scale, but the definitions were not reported clearly in the other studies. Whenever studies reported these as mean values at endpoint or change from baseline, they summed the scores from both sides of the nose (0 to 6 range). However, no definitions were given in the studies that reported the results as proportions of people who had improved.

One study used a 0 to 4 scale (Holmberg 1997), after some modification to the Lildholdt scale. The investigators in Aukema 2005 scored the volume of polyps on a 0 to 10 cm visual analogue scale after conducting endoscopy.

Studies that included patients without polyps used the Lund‐Kennedy scale (Hansen 2010; Mosges 2011; Parikh 2001). It was unclear whether Lund 2004 used endoscopy scores as an outcome ‐ this was not reported.

Computerised tomography (CT) scan score (e.g. Lund‐Mackay)

Only one study reported a CT scan score (Aukema 2005). The Lund‐Mackay score was used (0 to 24 points, higher score = more severe).

Excluded studies

We excluded 55 papers (45 studies) after reviewing the full text. Further details of the reasons for exclusion can be found in the Characteristics of excluded studies table.

We excluded 23 studies due to the population, most of these (19 studies) because all patients received surgery at the start of the trial and the intranasal steroids were used to try to prevent recurrence of polyps (Bross‐Soriano 2004; Cassano 1996; Dijkstra 2004; Drettner 1982; el Naggar 1995; Gulati 2001; Hartwig 1988; Jorissen 2009; Jurkiewicz 2004; Kang 2008; Karlsson 1982; Malmberg 1988; Passali 2003; Rotenberg 2011; Rowe‐Jones 2005; Slifirski 2009; Stjarne 2009; Vento 2012; Virolainen 1980). Other reasons for excluding studies based on the population were related to patients not meeting the current criteria for chronic rhinosinusitis (ALA 2015), chronic allergic or bacterial sinusitis where less than 50% of patients had chronic disease (Cuenant 1986), aspirin‐induced asthma and chronic eosinophilic rhinitis (Mastalerz 1997), and recurrent or chronic maxillary sinusitis (Qvarnberg 1992). We excluded three studies because the studies were designed to look at the impact of intranasal corticosteroids on outcomes when given perioperatively: all patients underwent surgery during the period of the trial (Albu 2010; Ehnhage 2009; Saunders 1999). Two studies compared steroids with placebo or no treatment but we excluded them as they used a catheter or tube to administer steroids directly to the participant's sinuses (Furukido 2005; Lavigne 2002). One study was a clinical trial that appeared to meet the inclusion criteria but the clinical trials registry website stated that the trial had been terminated early (Optinose 2012). The reason for early termination is not provided.

We excluded the remaining 16 papers as they did not meet the minimum requirements for the duration of treatment and follow‐up. Ten of these studies had a follow‐up time of one month or less (Chalton 1985; Johansson 2002; Kapucu 2012; Keith 1995; Lildholdt 1995; Mygind 1975; Ruhno 1990; Taub 1968; Toft 1982; Wang 2015), whereas the remaining six treated and followed up patients for between six and eight weeks (Filiaci 2000; Jankowski 2001; Jankowski 2009; Man 2013; Meltzer 1993; Tos 1998).

Ongoing studies

We identified three relevant ongoing studies, all of which are in adults with chronic rhinosinusitis with nasal polyps (NCT01622569; NCT01624662; NCT01013701). Two of these are large, multicentre trials each with a planned population of over 300 patients (NCT01622569; NCT01624662). These two trials will make the same comparisons, comparing three different doses of fluticasone proportionate (400 µg bid, 200 µg bid and 100 µg bid) with placebo. All of the arms will use a novel bi‐directional device. The studies were completed in October 2015 but no study data were available at the time of writing this review. The other trial compares fluticasone furoate with placebo for 16 weeks (NCT01013701). The trial information was registered in 2009 and the ClinicalTrials.gov website reports that the recruitment status of the trial is unknown as the information has not been recently validated. We attempted to contact the investigators but we did not receive a response.

Risk of bias in included studies

We included 18 studies in this review. Nine of these had low risk of bias for both selection and blinding (Keith 2000; Lund 2004; Mosges 2011; Parikh 2001; Penttilla 2000; Small 2005; Stjarne 2006; Stjarne 2006a; Zhou 2015). Lang 1983 was only available as an abstract and therefore there was insufficient information to judge the risk of bias for most domains. We did most of the ratings based solely on the study report(s), as the trials were not registered and no protocols were available.

See Figure 2 for the 'Risk of bias' graph (our judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies) and Figure 3 for the 'Risk of bias' summary (our judgements about each risk of bias item for each included study).


'Risk of bias' graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.

'Risk of bias' graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.


'Risk of bias' summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.

'Risk of bias' summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.

Allocation

Sequence generation

Six of the studies only stated that the trials were randomised but did not provide further information about how sequence generation was conducted. We therefore judged them to be at an unclear risk of bias (Hansen 2010; Holmberg 1997; Holopainen 1982; Johansen 1993; Lang 1983; Vlckova 2009).

Another two studies also did not provide details of their randomisation procedures, but we judged this to be a low risk of bias because these studies were conducted quite recently as multinational trials and therefore should have used adequate methodology to ensure adequate sequence generation (Penttilla 2000; Small 2005). The rest of the studies either specified that the randomisation was conducted by another unit supporting clinical trials (the pharmacy for Parikh 2001) or provided a clear description of how computerised sequence generation was used.

Allocation concealment

We also rated nine studies as low risk of bias for allocation concealment (Keith 2000; Lund 2004; Mosges 2011; Parikh 2001; Penttilla 2000; Small 2005; Stjarne 2006; Stjarne 2006a; Zhou 2015). As for sequence generation, we considered the large multinational RCTs to have adequate methodology although they did not provide specific information about the allocation concealment method (Penttilla 2000; Small 2005; Stjarne 2006a). An exception to this is Chur 2013, which we rated as unclear risk of bias for allocation concealment. Despite the adequate methods used to generate a random sequence, blocked randomisation was used and the effectiveness of the blinding was unclear in the absence of a 'double‐dummy' design in this multi‐arm trial.

We rated the other studies as unclear risk of bias due to lack of information.

Blinding

The ratings for the risk of performance bias versus detection bias were closely related for this review. Most of the outcomes were assessed by the patients and the overall risks of bias were low when both participants and investigators were adequately blinded. We did not find information to suggest that the clinicians could have obtained extra information from blood tests etc. to allow them to 'guess' which treatment the patients were allocated. We considered the majority (16) of the studies to be at low risk of bias for blinding. We considered two studies to be at unclear risk: Chur 2013 did not use a double‐dummy design to mask the regimens and there was no information in Lang 1983.

Incomplete outcome data

We considered only four trials to have a low risk of attrition bias: Holopainen 1982; Keith 2000; Vlckova 2009 and Zhou 2015.

Eleven studies had a high risk of attrition bias due to unbalanced drop‐out rates between the placebo and treatment groups, with higher drop‐out rates in the placebo groups (Aukema 2005; Hansen 2010; Penttilla 2000, Small 2005; Stjarne 2006; Stjarne 2006a), an overall high rate of drop‐outs (Lund 2004), or a combination of these factors (Holmberg 1997; Lund 1998; Parikh 2001). In Mosges 2011, only 10% of patients did not complete the full study, but it was unclear why the study only included 75% of the sample in intention‐to‐treat (ITT) analysis due to "major protocol violation" and 61% in the per protocol population due to "minor protocol violation".

The risk of attrition bias was unclear for three of the included studies (Chur 2013; Johansen 1993; Lang 1983). These studies did not provide enough information to adequately judge the risk. For example, Johansen 1993 reported that 5/91 (5.5%) participants did not complete the study. There was no information on how many were randomised to each group in Johansen 1993 and so it is difficult to determine whether this could have affected the results.

Selective reporting

Many of the study reports presented effectiveness outcomes only in graphs and only provided limited, selective information, for example P values or mean values only when statistical significance was noted.

We considered only two studies to have low risk of bias, with all expected outcomes reported (Small 2005; Zhou 2015).

We considered the risk of selective reporting to be high in eight studies (Aukema 2005; Chur 2013; Holmberg 1997; Holopainen 1982; Lang 1983; Lund 1998; Mosges 2011; Parikh 2001). These studies either presented outcomes that were not pre‐specified in the methods section or downplayed and provided insufficient information about prespecified outcomes. Others used an unclear or arbitrary method to combine data or report some of the outcomes (or both).

The primary endpoint in Chur 2013 was "safety" (cortisol levels) and despite presenting the mean change values for effectiveness outcomes, they did not provide any P values or standard deviations. The study's rationale for collecting the data and not fully reporting them was: "No statistical analysis of efficacy end points was pre‐specified in the study protocol, and only descriptive efficacy statistics were collected." We observed that these values (mean changes) were similar between groups and unlikely to be statistically significant and so poor reporting due to lack of beneficial effects cannot be ruled out.

We considered the remaining eight studies to be at unclear risk. There was not enough information in the methods and/or protocol and we found it difficult to judge whether there was a risk of reporting bias.

Other potential sources of bias

Use of validated outcome measures

The lack of use of validated outcome measures is a major bias concern in this review. If an instrument is insensitive to measuring differences, this biases towards a finding of 'no difference' in the studies and also in this review.

None of the included studies mentioned using validated outcome measures, for either of the primary effectiveness outcomes (disease‐specific health‐related quality of life and disease severity/symptom scores).

Almost all studies attempted to measure change in symptom scores as measured by patients, but none reported validation of the instruments being used. Most studies used a 0 to 3 scale in the "diaries", but used different methods to calculate the result (period of time, combination of scores). There is no evidence that a 0‐ to 3‐point scale, especially when used as a single scale, has the sensitivity to distinguish between groups of patients who improved versus those who did not (discriminant validity) or whether the different method of scoring was valid.

The scales used to measure nasal polyps were generally well described. However, it is again unclear whether a 0‐ to 3‐point scale has the discriminant validity to detect a difference in the small trials seen.

Effects of interventions

See: Summary of findings for the main comparison Intranasal corticosteroids for people with chronic rhinosinusitis

Where the range of scales and values for minimal important differences were unclear, we used the standardised mean difference (SMD) as a guide to estimate the effect sizes. As suggested in the Cochrane Handbook for Systematic Reviews of Interventions (Handbook 2011), we used standard rules of thumb in the interpretation of effect sizes (SMD, or Cohen's effect size of < 0.41 = small, 0.40 to 0.70 = moderate, > 0.70 = large) (Cohen 1988). Established scales such as the SF‐12 may have other rules of thumb to estimate the minimal important difference (MID = 0.5 SMD) and we use those to guide our interpretation whenever available (Jaeschke 1989; Revicki 2008).

Although we had planned to present data for patients with our without polyps in subgroups as a visual comparison, this was not necessary for the effectiveness outcomes because no more than one study contributed to the analysis, with the exception of polyps score data.

Intranasal corticosteroids compared to placebo or no intervention

Three of the 18 studies did not contribute any data for meta‐analysis (Holmberg 1997; Johansen 1993; Parikh 2001). In our protocol, we had specified that results from studies of participants with chronic rhinosinusitis with nasal polyps and without nasal polyps would be presented as subgroups in the forest plots (Chong 2015). However, this was only possible for the outcomes of epistaxis and local irritation. Of the four studies in patients with chronic rhinosinusitis without nasal polyps (Hansen 2010; Lund 2004; Mosges 2011; Parikh 2001), only Lund 2004 contributed data for the effectiveness outcomes (disease severity).

Health‐related quality of life, using disease‐specific health‐related quality of life scores

Hansen 2010 (chronic rhinosinusitis without nasal polyps) was the only study reporting the used of a disease‐specific health‐related quality of life questionnaire, the Rhinosinusitis Outcome Measures‐31 (RSOM‐31). The median change from baseline (median 178 points) was ‐62 points for the intranasal corticosteroids group (n = 10) and ‐5 points for the placebo group (n = 10, from a median baseline score of 187 points). The difference was not statistically significant (Mann‐Whitney U test).

Disease severity, as measured by patient‐reported symptom score (such as the Chronic Sinusitis Survey (CSS) questionnaire and visual analogue scales)
Chronic Sinusitis Survey

Lund 2004 (chronic rhinosinusitis without nasal polyps) reported that at the time of the study, a validated version of the Hungarian questionnaire was not available (the study was conducted in 19 centres, six of which were in Hungary). Only the mean change and 95% confidence interval (CI) for each group was reported, without a sample size. We imputed the sample size based on the number of patients available at the end of the study and it seems that all available patients had filled in the CSS. The mean difference (MD) was 2.84 points (95% CI ‐5.02 to 10.70; 134 participants) between groups (range 0 to 100, higher values = better) (Analysis 1.1). The magnitude of the difference is insignificant.

Global rating scale

Vlckova 2009 used a five‐point global rating scale (very much improved, improved, same, worse or very much worse). At 12 weeks, 76% of patients in the treatment group were "improved" or "very much improved" compared to 27% of patients in the placebo group (risk ratio (RR) 2.78, 95% CI 1.76 to 4.40; 109 participants; one study) (Analysis 1.2).

Combined symptom scores

Six studies provided information on mean and standard deviation values, or had enough information in their graphs for us to estimate these values for various symptom scores (Aukema 2005; Lund 2004; Small 2005; Stjarne 2006; Vlckova 2009; Zhou 2015). Of these, only Vlckova 2009 and Lund 2004 (chronic rhinosinusitis without nasal polyps) reported an overall combined score for all four groups of symptoms covered by EPOS 2012 (nasal blockage, nasal discomfort (facial and sinus pain/pressure) and rhinitis symptoms (nasal secretion, itching, irritation and sneezing), and loss of sense of smell). Parikh 2001 also included these symptoms in their diary card and symptom scores, but it is less clear how these were calculated. Although the means and standard deviations were reported for this study, we did not include it in the meta‐analysis because the values were obviously skewed (mean of 29.4 (standard deviation (SD) 37) for intranasal corticosteroids group (n = 9), mean of 16.9 (SD 48.5) (n = 13) for placebo group, P value = 0.39 using Mann Whitney U test).

Therefore we only included six studies in our analysis. We report the average values when all four types of symptoms mentioned in EPOS were measured versus when only three types (loss of sense of smell, nasal blockage and nasal discharge) and two types of symptoms (nasal blockage and nasal discharge) were measured. All studies used 0‐ to 3‐point scales in their diaries, except for Aukema 2005, which used a 0 to 100 visual analogue scale (VAS) measured during follow‐up. All studies reported change from baseline, except for Aukema 2005, which reported the mean difference at the end of the study. To allow for ease of interpretation, we converted these 0 to 100 VAS scores into 0 to 3 by a division of 33.333. All studies used the 'usual dose' of intranasal steroids, except for Vlckova 2009, which only used a higher dose of fluticasone propionate (800 µg/day), delivered in two divided doses. Two studies, Small 2005 and Stjarne 2006, had two treatment arms using mometasone furoate nasal spray with low (200 µg/day) and high (400 µg/day) doses. Only one study included patients without nasal polyps (Lund 2004). All studies were conducted in adults.

The pooled results are as follows:

  • Combined symptom score for four EPOS domains, average score: MD ‐0.26 (95% CI ‐0.37 to ‐0.15; 243 participants; two studies; I2 = 46%), scale range: 0 to 3, lower = better, indicating less severe symptoms in the intranasal corticosteroids group (Analysis 1.3).

  • Combined symptom score for three EPOS domains (nasal blockage, rhinorrhoea and loss of sense of smell), average score: MD ‐0.31 (95% CI ‐0.38 to ‐0.23; 1345 participants; four studies; I2 = 0%), scale range: 0 to 3, lower = better (Analysis 1.3).

  • Combined symptom score for two EPOS domains (only nasal blockage and rhinorrhoea), average score: MD ‐0.31 (95% CI ‐0.38 to ‐0.24; 1702 participants; six studies; I2 = 0%), scale range: 0 to 3, lower = better (Analysis 1.3).

The observed mean differences correspond to a moderate effect size (the SMD was about 0.4 for the two and three domain average symptom scores and 0.6 for the four domain average symptom score). The quality of the evidence is low for the four domain scores and moderate for the three and two domains scores (facial pain/pressure not considered), with the main concerns being the use of non‐validated symptom scores and a high risk of reporting bias (many studies did not publish the results in detail and this could be linked to a lack of observed efficacy).

Individual symptom scores

  • Nasal blockage: MD ‐0.40 (95% CI ‐0.52 to ‐0.29; 1702 participants; six studies; I2 = 47%) (Analysis 1.4).

  • Rhinorrhoea: MD ‐0.25 (95% CI ‐0.33 to ‐0.17; 1702 participants; six studies; I2 = 6%) (Analysis 1.4).

  • Loss of sense of smell: MD ‐0.19 (95% CI ‐0.28 to ‐0.11; 1345 participants; four studies; I2 = 0%) (Analysis 1.4).

  • Facial pain/pressure: MD ‐0.27 (95% CI ‐0.56 to 0.02; 243 participants; two studies; I2 = 78%). Of these two studies, Lund 2004 included patients with chronic rhinosinusitis without nasal polyps, whereas Vlckova 2009 included patients with chronic rhinosinusitis with nasal polyps. Due to the differences in type, dose and delivery method (fluticasone propionate 800 µg per day using breadth actuated inhaler versus budesonide 128 µg per day as a nasal spray), the source of heterogeneity was unclear.

We used a random‐effects model to conduct the analysis; if a fixed‐effect model is used the statistical significance of the pooled MD for facial pain is ‐0.24 (95% CI ‐0.37 to ‐0.11). The quality of the evidence is moderate for nasal blockage, rhinorrhoea and loss of sense of smell, but low for facial pain/pressure.

Significant adverse effect: epistaxis

The risk of epistaxis was higher in the intranasal corticosteroids group (RR 2.74, 95% CI 1.88 to 4.00; 2508 participants; 13 studies; I2 = 0%) (Analysis 1.5). The quality of the evidence is high.

Health‐related quality of life, using generic quality of life scores, such as the SF‐36, EQ‐5D and other well‐validated instruments

Lund 2004 used the SF‐36, but only stated that there was a statistically significant improvement in the general health subscale in patients on intranasal corticosteroids compared to placebo. Apart from stating that no other significant differences were observed, no other details were reported.

Other local adverse effects: local irritation (including oral thrush, sore throat and other local nasal irritation such as dryness, itchiness etc.)

It is unclear whether there is an important difference in the risk of local irritation between participants taking intranasal corticosteroids or placebo (RR 0.94, 95% CI 0.53 to 1.64; 2124 participants; 11 studies; I2 = 0%) (Analysis 1.6). The quality of the evidence is low (we are uncertain about this estimate), because the reporting of local irritation effects varied a lot between studies. This was sometimes finely split into many types of local irritation and we could only use the numbers for the most commonly reported types of irritation to avoid double counting in this review. The actual event rate for all types of local irritation is higher than reported in this analysis.

Other systemic adverse effects (in children ‐ stunted growth, in adults ‐ osteoporosis)

None of the studies treated or followed up patients for long enough to report these adverse events.

Nasal endoscopic score (depending on population, either nasal polyps size score or endoscopy score, e.g. Lund‐Mackay/Lund‐Kennedy)

Three studies reported polyps score results as the mean change from baseline on a 0‐ to 6‐point scale. Five studies reported this as the proportion of patients who had an improvement. Vlckova 2009 reported both the mean improvement and the proportion of patients with an improvement. Aukema 2005 measured polyps size on a 0 to 10 cm visual analogue scale and seems to have reported the values at the end of the study. We did not include this in the analysis as it was unclear what the scale was and whether it was valid. The MD was ‐24.70 (95% CI ‐48.00 to ‐1.40, n = 47) and we observed heterogeneity when it was combined with the other studies.

Chronic rhinosinusitis with nasal polyps ‐ reduction in polyps size

The MD in polyps score was ‐0.58 (95% CI ‐0.90 to ‐0.26; 1417 participants; four studies; I2 = 83%) indicating less severity for the intranasal corticosteroids group (Analysis 1.7). All reported the sum of polyps score from both sides of the nose (range 0 to 6). One study, Vlckova 2009, had an effect that was larger than the other studies, with a mean difference of ‐1.21 (95% CI ‐1.56 to ‐0.86) points between treatment arms in the reduction of polyps size score. When this study is removed, the heterogeneity is resolved and the observed effect size is smaller (MD ‐0.35, 95% CI ‐0.47 to ‐0.24; 1308 participants; three studies; I2 = 0%).

Five studies reported the proportion of participants who had an improvement in their polyps scores. The chance of an improvement was higher in patients on intranasal corticosteroids (RR 1.77, 95% CI 1.06 to 2.95; 676 participants; five studies; I2 = 66%) (Analysis 1.8). The observed heterogeneity was resolved when we removed a study with an outlier effect (Vlckova 2009), but the RR became slightly smaller (RR 1.46, 95% CI 1.12 to 1.90; 567 participants; four studies; I2 = 0%).

Using a method recommended in the Cochrane Handbook for Systematic Reviews of Interventions, we converted the continuous outcome data into proportions and analysed them together using the generic inverse variance method. For Vlckova 2009, which reported both the mean difference and proportions, we used the values reported for proportions to avoid double counting and to minimise imputations. The overall pooled odds ratio (OR) was 2.07 (95% CI 1.48 to 2.91; 1984 participants; eight studies) (Analysis 1.9). The observed heterogeneity was quite substantial (> 50%). We observed that Vlckova 2009 seemed to have a larger effect than the other studies. If this study is removed from the analysis, the OR is slightly lower (OR 1.71, 95% CI 1.43 to 2.04; 1875 participants; seven studies) and heterogeneity is no longer observed.

Chronic rhinosinusitis without nasal polyps ‐ endoscopy score

The studies that included patients without polyps, such as Hansen 2010, Mosges 2011 and Parikh 2001, used a modified Lund‐Kennedy score. However, the results were either only partially reported or could not be meta‐analysed due to highly skewed distribution (very small sample sizes). Lund 2004 did not report the endoscopy score as an outcome and it was unclear whether this was measured.

Parikh 2001 reported the percentage of change and standard deviation. This was ‐22.3% (SD 61.8) (n = 9) for the intranasal corticosteroids group and +19.9% (SD 58.3) (n = 13). This was not statistically significant (Mann Whitney U test). Mosges 2011 showed the total endoscopy score for redness, oedema and discharge on a chart. There were no statistically significant differences between groups. Similarly, Hansen 2010 reported no statistically significant differences between groups for different aspects of the assessment, except for oedema.

Computerised tomography (CT) scan score (e.g. Lund‐Mackay)

Only one study reported the CT scan score (Aukema 2005). The MD was ‐4.82 (95% CI ‐7.27 to ‐2.37; 47 participants; one study; I2 = 0%) (Analysis 1.10). The Lund‐Mackay score was used (0 to 24 points, higher score = more severe).

Discusión

disponible en

Resumen de los resultados principales

Esta revisión incluye un total de 18 estudios. Sin embargo, muchos estudios fueron muy pequeños y no midieron ni informaron los datos de una manera que permitiera el metanálisis.

Solamente un estudio muy pequeño (n = 20) informó la calidad de vida relacionada con la salud específica de la enfermedad mediante las Rhinosinusitis Outcome Measures‐31 (RSOM‐31). Lund 2004 describió el uso del SF‐36, pero informó que solamente la subescala de salud general mostró una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos.

Se encontró que los corticosteroides intranasales mejoraron las puntuaciones de los síntomas de los pacientes cuando se midieron como una puntuación combinada, con puntuaciones para los ítems individuales o como una puntuación global (escalas no validadas). Aparte de la rinorrea y la pérdida del sentido del olfato, que tuvieron tamaños pequeños del efecto cuándo se midieron como ítems individuales, el tamaño del efecto observado mediante otros parámetros se correspondió con tamaños del efecto moderados. Sin embargo, como estos datos solamente se pudieron obtener de unos pocos estudios (muchos estudios no informaron con suficiente detalle cuando los resultados no fueron "significativos") existe riesgo de sesgo de informe.

La epistaxis fue probablemente resultado informado de manera más sistemática, y se informó en 13 de 18 estudios. El riesgo aumentó en los pacientes que utilizaron corticosteroides intranasales (cociente de riesgos [CR] 2,74; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,88 a 4,00; 2508 participantes, 13 estudios). Sin embargo, la irritación local se informó de manera muy inconsistente; los estudios utilizaron diversas definiciones para informar los datos. El CR obtenido fue 0,94 (IC del 95%: 0,53 a 1,64; 2124 participantes; 11 estudios; I2 = 0%) y no está claro si hay un aumento importante en el riesgo. Ninguno de los estudios trató o siguió a los pacientes durante un tiempo suficientemente prolongado para proporcionar datos significativos sobre el riesgo de osteoporosis o el riesgo de deficiencia del crecimiento.

Pareció haber mayores probabilidades de mejoría de los pólipos en los pacientes que presentaban rinosinusitis crónica con pólipos nasales. Sin embargo, los resultados para la puntuación por endoscopia no se presentaron bien en los estudios que incluyeron participantes con rinosinusitis crónica sin pólipos.

Compleción y aplicabilidad general de las pruebas

En esta revisión se incluye un buen rango de tipos y dosis de corticosteroides intranasales. Sin embargo, el grupo principal de pruebas se basa en los pacientes con rinosinusitis crónica con pólipos. Los estudios de rinosinusitis crónica sin pólipos tendieron a ser más pequeños, tuvieron informes más deficientes y no contribuyeron con suficiente información a los metanálisis para permitir evaluar si hay diferencias en la efectividad entre estos subgrupos. Solamente uno de estos estudios se realizó en niños (hasta 18 años de edad) por lo que, nuevamente, no está claro si las pruebas son aplicables a los niños. La mayoría de los estudios se realizaron durante tres a cuatro meses, con la excepción de tres estudios que duraron 20 semanas(Aukema 2005), 26 semanas (Lund 2004),y dos años (Lang 1983), respectivamente. Por lo tanto, no está claro si la efectividad observada se mantiene si los corticosteroides intranasales se utilizan durante períodos más prolongados y si estos efectos beneficiosos se pueden mantener después que los pacientes interrumpen el tratamiento.

La mayoría de los estudios no indicaron si se podía utilizar la irrigación con solución salina. Sin embargo, Vlckova 2009 especificó que los pacientes no podían utilizar solución salina nasal. Este estudio mostró tamaños del efecto mayores que los otros estudios y, a diferencia de la mayoría de los estudios en los que los participantes de los grupos de intervención y placebo mostraron alguna mejoría con el transcurso del tiempo, los participantes del grupo placebo de este estudio empeoraron con el tiempo. No está claro si se trata de una observación al azar o se debe a la población de pacientes, las altas dosis utilizadas o la exclusión de la solución salina normal.

Calidad de la evidencia

Los estudios incluidos en esta revisión se realizaron de una manera relativamente adecuada, y la mayoría utilizó una buena metodología para la selección de los pacientes y el cegamiento.

Sin embargo, surgieron graves preocupaciones acerca de cómo se midieron, analizaron e informaron los resultados de efectividad. La validez de las herramientas utilizadas para medir los resultados es un motivo de preocupación importante. La mayoría de los estudios no utilizaron herramientas validadas para medir y calificar las escalas de gravedad de los síntomas, lo que reduce la confianza en las estimaciones del efecto. Además, también existe la posibilidad de sesgo de informe, ya que los estudios solamente tendieron a informar detalles suficientes para permitir el metanálisis cuando encontraron un resultado estadísticamente significativo. Estas razones redujeron significativamente la confianza en las estimaciones de los tamaños del efecto y la calidad de las pruebas se valoró de moderada para los resultados de gravedad de la enfermedad. La excepción fueron los resultados que incluyeron dolor / presión facial, pero hubo heterogeneidad no explicada y menos datos. Para la calidad de vida, la calidad de las pruebas es muy baja.

La metodología del informe de "irritación local" también fue un motivo de inquietud y, junto con la imprecisión observada, se consideró que las pruebas para este resultado fueron de baja calidad.

Sin embargo, se consideró que las pruebas para el riesgo de epistaxis fueron de alta calidad; este resultado parece haberse recopilado e informado de manera sistemática en los estudios.

Sesgos potenciales en el proceso de revisión

Hubo dos retos principales para el metanálisis en la revisión de los resultados de efectividad: 1) la falta de uso de herramientas validadas y las variaciones en cómo se midieron e informaron los resultados, y 2) a menudo los resultados no se informaron completamente.

Falta de uso de herramientas validadas y cómo se midieron e informaron los resultados

La falta de instrumentos validados para medir resultados importantes para los pacientes, como la repercusión sobre la calidad de vida y la gravedad de la enfermedad, es probablemente el único aspecto más importante que dificulta la capacidad para metanalizar los resultados o comparar los resultados entre los estudios. Los estudios utilizaron diversas escalas, momentos y métodos de análisis para medir diferentes combinaciones de síntomas. Algunos estudios pueden haber medido un grupo de síntomas (p.ej. secreción nasal) como varios ítems separados (rinorrea anterior, goteo posnasal), pero no midieron otros tipos de síntomas en absoluto (p.ej. pérdida del sentido del olfato y dolor / presión facial). A falta de pruebas de la calidad de vida relacionada con la salud específica de la enfermedad y la gravedad de la enfermedad medida con herramientas validadas (solamente un estudio, respectivamente, Hansen 2010y Lund 2004, informaron estos resultados), hubo que realizar una "estandarización" de estas medidas que permitiera la agrupación de los resultados. Se tomó la decisión de combinar las puntuaciones de los síntomas individuales para crear una puntuación total de los síntomas. Los métodos que se utilizaron para hacerlo se describen en la sección de Métodos (Procesamiento de los datos faltantes). Los síntomas que se incluyeron se basaron en los criterios de diagnóstico EPOS 2012, pero esta puntuación no fue una medida validada y la correlación entre los síntomas no se representó en los resultados.

Además de suponer que no había correlación entre los síntomas, también hubo que tomar otras decisiones para estandarizar los datos:

  • La mayoría de los estudios solamente especificaron que los diarios se completaron en la mañana, mientras que otros se completaron en la mañana y en la noche y los resultados pueden o no haberse presentado por separado. Cuando los estudios se presentaron como puntuaciones matutinas o vespertinas, solamente se utilizaron los valores de la puntuación matutina en esta revisión para permitir la estandarización entre los estudios. Se evitó utilizar un promedio de los datos matutinos y vespertinos y calcular las desviaciones estándar ya que se deben considerar datos pareados, lo que puede sobrestimar aún más el tamaño de la desviación estándar (ver más adelante para las consideraciones al imputar las desviaciones estándar).

  • Algunos estudios solamente midieron los resultados al final. Hubo que suponer que la diferencia entre los cambios y el final produciría una diferencia de medias similar entre los grupos, por lo que podían agruparse. Esta suposición se hizo para Aukema 2005.

  • Aukema 2005 utilizó una escala analógica visual de 10 cm. Como éste fue solamente un estudio pequeño, hubo que suponer que las escalas fueron lineales y se podían convertir en una escala de 0 a 3 puntos; lo anterior se estudió en un análisis de sensibilidad. Aunque el tamaño del efecto observado para este estudio fue mayor, no tuvo repercusión sobre los resultados.

Afortunadamente, la mayoría de los estudios habían medido la gravedad de los síntomas mediante diarios con una escala de 0 a 3 puntos y fue posible utilizar las diferencias medias para examinar el tamaño del efecto. Sin embargo, no se conoce qué es una diferencia mínima importante (DMI) para una escala de 0 a 3 puntos y para ayudar a la interpretación todavía hubo que examinar la diferencia de medias estandarizada (DME) y utilizar el tamaño del efecto de Cohen como regla general. Si se tiene en cuenta que se consideraron las correlaciones (lo que dará lugar a desviaciones estándar más pequeñas), lo anterior significa que los tamaños del efecto podrían ser más grandes que los calculados. No obstante, aún se encontraron tamaños del efecto moderados a grandes en las puntuaciones de la gravedad de la enfermedad. De hecho, se encontró un tamaño del efecto moderado en Lund 2004 al utilizar las puntuaciones individuales o combinadas, aunque el estudio no encontró una diferencia clínicamente importante al utilizar la Chronic Sinusitis Survey (CSS), una herramienta validada.

La irritación local es otro resultado en el que hubo muchas variaciones en la información en cuanto a la clasificación y las descripciones utilizadas. Cuando los estudios informaron más de un tipo de irritación local (p.ej. se informaron ardor nasal e irritación nasal), se tomaron los datos del resultado con la tasa total mayor del evento. Si las tasas fueron similares para ambos resultados, se eligió la terminología que fue más cercana a la descripción de la irritación general (p.ej. se utilizaría la irritación nasal en este ejemplo), con el revisor cegado a los datos.

A menudo los resultados no se informaron completamente

Muchos de los datos de los estudios incluidos se presentaron en los artículos como gráficos o figuras. Cuando éste fue el caso, los datos del artículo se extrajeron mediante un programa en línea (http://arohatgi.info/WebPlotDigitizer/app/). Inevitablemente habrá cierto grado de error al utilizar estos datos debido a la falta de exactitud durante el proceso de impresión y al proceso utilizado para recopilar los datos. Cuando el valor de p se informó como menor de cierto umbral (p.ej. valor de p < 0,05), los cálculos se basaron en el valor de p = 0,05. Esta es una estimación moderada de los valores de la desviación estándar y los revisores estaban al tanto de la necesidad de disminuir en lo posible las imputaciones. Por ejemplo, Small 2005 tuvo dos brazos (un grupo de dosis alta y uno de dosis baja) y solamente informó los valores de p en comparación con placebo para muchos resultados. En lugar de intentar calcular cuáles podrían ser estos valores de p cuando se "combinaron" y correr el riego de exagerar aún más la desviación estándar, este estudio se introdujo dos veces como un grupo de dosis alta y de dosis baja, y el tamaño de la muestra se redujo a la mitad en el grupo placebo para evitar el recuento doble.

Acuerdos y desacuerdos con otros estudios o revisiones

Esta revisión intentó responder la pregunta clínica de si los corticosteroides intranasales son eficaces para los pacientes que presentan rinosinusitis crónica. Es una de una serie de revisiones que examinan la efectividad y la seguridad (relativas) de diferentes intervenciones médicas para la rinosinusitis crónica.

Aunque los corticosteroides intranasales incluidos en esta revisión comprendieron diferentes tipos de moléculas, dosis, regímenes y métodos de administración, no se observó heterogeneidad estadística que indicara que estos factores podrían dar lugar a diferentes niveles de efectividad y eventos adversos como epistaxis e irritación local. Esta observación acerca de la repercusión de las variaciones en los tipos y dosis de los corticosteroides intranasales es consistente con la revisión complementaria que examina diferentes tipos y dosis de corticosteroides intranasales (Chong 2016a). Chong 2016a tampoco encontró diferencias importantes entre las dosis altas y bajas y hubo muy pocas pruebas para establecer conclusiones acerca de los otros aspectos. Sin embargo, Chong 2016a encontró que fue posible que el riesgo de efectos adversos aumentara cuando se utilizan dosis mayores, mientras que en la presente revisión no se observó heterogeneidad.

Esta revisión solamente comparó corticosteroides intranasales contra placebo. Los corticosteroides orales de corta duración se compararon con los corticosteroides intranasales en Head 2016ay Head 2016b; los antibióticos contra los corticosteroides intranasales en Head 2016c; y la solución salina nasal contra los corticosteroides intranasales en Chong 2016b. Cuando se compararon con los corticosteroides orales, los pacientes que recibieron corticosteroides orales en lugar de corticosteroides intranasales parecieron beneficiarse más en cuanto a la gravedad de la enfermedad y la reducción del tamaño de los pólipos durante períodos de seguimiento cortos (de dos a tres semanas), pero no estuvo claro si el efecto beneficioso persistió (la diferencia se reduce al mínimo a los tres meses) (Head 2016a). La revisión de antibióticos solamente encontró un estudio muy pequeño que comparó antibióticos (250 mg de claritromicina durante 12 semanas) contra 200 µg de spray de furoato de mometasona y no encontró una diferencia importante entre los grupos en la gravedad general de la enfermedad, pero encontró que la puntuación por endoscopia fue algo mejor en el grupo de antibióticos (Head 2016c). La revisión de solución salina solamente encontró un estudio muy pequeño que comparó corticosteroides intranasales versus solución salina nebulizada; los corticosteroides intranasales fueron muchos más eficaces que la solución salina nebulizada (Chong 2016b). Sin embargo, la mayoría de las pruebas para los corticosteroides intranasales comparados con otras intervenciones son de muy baja calidad (existe muy poca confianza en los efectos calculados, pruebas no concluyentes).

A diferencia de las revisiones anteriores de corticosteroides intranasales que se centraron en los pacientes con pólipos(Kalish 2012) o sin pólipos (Snidvongs 2011), esta revisión incluye todos los tipos de pacientes con rinosinusitis crónica. Sin embargo, la inclusión de los estudios se limitó a los que habían seguido a los pacientes durante al menos tres meses y se excluyeron los pacientes a los que recientemente se les había realizado cirugía. La repercusión de los corticosteroides intranasales sobre la reducción de la recurrencia en los pacientes a los que recientemente se les había realizado cirugía de los senos no es la pregunta clínica que analizó esta revisión.

Process for sifting search results and selecting studies for inclusion.
Figuras y tablas -
Figure 1

Process for sifting search results and selecting studies for inclusion.

'Risk of bias' graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.
Figuras y tablas -
Figure 2

'Risk of bias' graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.

'Risk of bias' summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.
Figuras y tablas -
Figure 3

'Risk of bias' summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 1 Disease severity ‐ measured as change from baseline using the Chronic Sinusitis Survey at 20 weeks.
Figuras y tablas -
Analysis 1.1

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 1 Disease severity ‐ measured as change from baseline using the Chronic Sinusitis Survey at 20 weeks.

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 2 Disease severity ‐ global symptom score, measured as proportion of patients who improved.
Figuras y tablas -
Analysis 1.2

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 2 Disease severity ‐ global symptom score, measured as proportion of patients who improved.

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 3 Disease severity ‐ combination of individual symptom scores, measured on a 0 to 3 scale as change from baseline at 12 to 20 weeks.
Figuras y tablas -
Analysis 1.3

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 3 Disease severity ‐ combination of individual symptom scores, measured on a 0 to 3 scale as change from baseline at 12 to 20 weeks.

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 4 Disease severity ‐ individual symptoms, measured as average change from baseline at 12 to 20 weeks (range 0 to 3 points).
Figuras y tablas -
Analysis 1.4

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 4 Disease severity ‐ individual symptoms, measured as average change from baseline at 12 to 20 weeks (range 0 to 3 points).

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 5 Adverse events ‐ epistaxis.
Figuras y tablas -
Analysis 1.5

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 5 Adverse events ‐ epistaxis.

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 6 Adverse events ‐ local irritation.
Figuras y tablas -
Analysis 1.6

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 6 Adverse events ‐ local irritation.

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 7 Endoscopy score (bilateral polyps score) measured change from baseline (range 0 to 6 points).
Figuras y tablas -
Analysis 1.7

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 7 Endoscopy score (bilateral polyps score) measured change from baseline (range 0 to 6 points).

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 8 Endoscopy score (polyps size) ‐ measured as numbers with improvement at longest available follow‐up.
Figuras y tablas -
Analysis 1.8

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 8 Endoscopy score (polyps size) ‐ measured as numbers with improvement at longest available follow‐up.

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 9 Endoscopy score (polyp size) ‐ measured as numbers with improvement at longest available follow‐up.
Figuras y tablas -
Analysis 1.9

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 9 Endoscopy score (polyp size) ‐ measured as numbers with improvement at longest available follow‐up.

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 10 CT score (overall) ‐ measured using Lund‐Mackay score (max 24 points) at 3 months.
Figuras y tablas -
Analysis 1.10

Comparison 1 Intranasal corticosteroids versus placebo, Outcome 10 CT score (overall) ‐ measured using Lund‐Mackay score (max 24 points) at 3 months.

Summary of findings for the main comparison. Intranasal corticosteroids for people with chronic rhinosinusitis

Intranasal corticosteroids for people with chronic rhinosinusitis

Patient or population: chronic rhinosinusitis
Setting: all
Intervention: intranasal corticosteroids
Comparison: placebo

Outcomes

№ of participants
(studies)

Relative effect
(95% CI)

Anticipated absolute effects* (95% CI)

Quality

What happens

With placebo

With intranasal corticosteroids

Difference

Disease‐specific HRQL measured as median change from baseline (RSOM‐31)

№ of participants: 20

(1 RCT)

Median 5 points lower

Median 62 points lower

⊕⊝⊝⊝
VERY LOW 1,5

Not enough information to conclude whether there is a difference

Disease severity ‐ measured as change from baseline using the Chronic Sinusitis Survey at 20 weeks

№ of participants: 134

(1 RCT)

Chronic Sinusitis Survey score was 7.35

MD 2.84 higher (5.02 lower to 10.7 higher) than placebo

⊕⊕⊝⊝
LOW 1, 2

There was no clinically important difference

Disease severity ‐ analysed as the proportion of patients who reported improvement on a global symptom score

№ of participants:109
(1 RCT)

RR 2.78
(1.76 to 4.40)

Study population

⊕⊕⊝⊝
LOW 1, 2

There was an increased chance of improvement with intranasal corticosteroids

273 per 1000

758 per 1000
(480 to 1000)

485 more per 1000

(207 more to 927 more)

Disease severity measured as average change from baseline at 12 to 20 weeks (range 0 to 3 points) for a combination of symptoms*

  • All 4 EPOS domains

№ of participants: 243
(2 RCTs)

MD 0.26 lower (0.37 lower to 0.15 lower) than placebo

⊕⊕⊝⊝
LOW 1, 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (moderate effect size). Lower score = less severe symptoms.

  • 3 EPOS domains ‐ nasal blockage, rhinorrhoea, loss of sense of smell

№ of participants: 1345
(4 RCTs)

MD 0.31 lower (0.38 lower to 0.23 lower) than placebo

⊕⊕⊕⊝
MODERATE 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (moderate effect size)

  • 2 EPOS domains ‐ nasal blockage and rhinorrhoea

№ of participants: 1702
(6 RCTs)

MD 0.31 lower (0.38 lower to 0.24 lower) than placebo

⊕⊕⊕⊝
MODERATE 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (moderate effect size)

Disease severity measured as average change from baseline at 12 to 20 weeks (range 0 to 3 points) for individual symptoms*

  • Nasal blockage

№ of participants: 1702
(6 RCTs)

MD 0.4 lower (0.52 lower to 0.29 lower) than placebo

⊕⊕⊕⊝
MODERATE 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (moderate effect size)

  • Rhinorrhoea

№ of participants: 1702
(6 RCTs)

MD 0.25 lower (0.33 lower to 0.17 lower) than placebo

⊕⊕⊕⊝
MODERATE 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (small effect size)

  • Loss of sense of smell

№ of participants: 1345
(4 RCTs)

MD 0.19 lower (0.28 lower to 0.11 lower) than placebo

⊕⊕⊕⊝
MODERATE 2

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (small effect size)

  • Facial pain/pressure

№ of participants:243
(2 RCTs)

MD 0.27 lower (0.56 lower to 0.02 higher) than placebo

⊕⊕⊝⊝
LOW 1, 2, 6

The improvement in the intranasal corticosteroids group was higher (moderate effect size)

Generic HRQL ‐ measured using SF‐36

№ of participants: 134

(1 RCT)

Statistical significance only for the general health sub‐scale. No statistically significant difference for the other sub‐scales.

⊕⊝⊝⊝
VERY LOW 1, 5

Unclear whether there is a difference in general HRQL

Adverse events ‐ epistaxis

№ of participants: 2508
(13 RCTs)

RR 2.74
(1.88 to 4.00)

Study population

⊕⊕⊕⊕
HIGH

The risk of epistaxis is higher in the intranasal corticosteroids group

29 per 1000

79 per 1000
(54 to 115)

50 more per 1000

(25 more to 86 more)

Moderate

39 per 1000

105 per 1000
(72 to 154)

67 more per 1000

(34 more to 115 more)

Adverse events ‐ local irritation

№ of participants: 2124
(11 RCTs)

RR 0.94
(0.53 to 1.64)

Study population

⊕⊕⊝⊝
LOW 3, 4

It is uncertain whether there is an important difference between the intranasal corticosteroids and placebo groups in the risk of local irritation

21 per 1000

20 per 1000
(11 to 34)

1 fewer per 1000

(10 fewer to 13 more)

Moderate

26 per 1000

24 per 1000
(14 to 42)

2 fewer per 1000

(12 fewer to 16 more)

*The risk in the intervention group (and its 95% confidence interval) is based on the assumed risk in the comparison group and the relative effect of the intervention (and its 95% CI).

CI: confidence interval; EPOS: European Position Paper on Rhinosinusitis and Nasal Polyps 2012; HRQL: health‐related quality of life; OR: odds ratio; RCT: randomised controlled trial; RR: risk ratio

GRADE Working Group grades of evidence
High quality: We are very confident that the true effect lies close to that of the estimate of the effect
Moderate quality: We are moderately confident in the effect estimate: The true effect is likely to be close to the estimate of the effect, but there is a possibility that it is substantially different
Low quality: Our confidence in the effect estimate is limited: The true effect may be substantially different from the estimate of the effect
Very low quality: We have very little confidence in the effect estimate: The true effect is likely to be substantially different from the estimate of effect

1Evidence only came from small trial(s). The overall sample size is very small.
2Outcome was not measured using a validated tool.
3Inconsistency in how outcome was reported across studies. The number of overall events is likely to be underestimated.
4Overall event rates likely to have been underestimated. The confidence interval is wide.
5Evidence only from one study, which had a high risk of reporting bias for this outcome.
6Unexplained heterogeneity observed for this outcome.

Figuras y tablas -
Summary of findings for the main comparison. Intranasal corticosteroids for people with chronic rhinosinusitis
Comparison 1. Intranasal corticosteroids versus placebo

Outcome or subgroup title

No. of studies

No. of participants

Statistical method

Effect size

1 Disease severity ‐ measured as change from baseline using the Chronic Sinusitis Survey at 20 weeks Show forest plot

1

134

Mean Difference (IV, Fixed, 95% CI)

2.84 [‐5.02, 10.70]

2 Disease severity ‐ global symptom score, measured as proportion of patients who improved Show forest plot

1

109

Risk Ratio (M‐H, Fixed, 95% CI)

2.78 [1.76, 4.40]

3 Disease severity ‐ combination of individual symptom scores, measured on a 0 to 3 scale as change from baseline at 12 to 20 weeks Show forest plot

6

Mean Difference (IV, Fixed, 95% CI)

Subtotals only

3.1 Average symptom score (4 EPOS domains)

2

243

Mean Difference (IV, Fixed, 95% CI)

‐0.26 [‐0.37, ‐0.15]

3.2 Average symptom score (3 EPOS domains ‐ nasal blockage, rhinorrhoea, loss of sense of smell)

4

1345

Mean Difference (IV, Fixed, 95% CI)

‐0.31 [‐0.38, ‐0.23]

3.3 Average symptom score (2 EPOS domains ‐ nasal blockage and rhinorrhoea)

6

1702

Mean Difference (IV, Fixed, 95% CI)

‐0.31 [‐0.38, ‐0.24]

4 Disease severity ‐ individual symptoms, measured as average change from baseline at 12 to 20 weeks (range 0 to 3 points) Show forest plot

6

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

4.1 Nasal blockage

6

1702

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.40 [‐0.52, ‐0.29]

4.2 Rhinorrhoea

6

1702

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.25 [‐0.33, ‐0.17]

4.3 Loss of sense of smell

4

1345

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.19 [‐0.28, ‐0.11]

4.4 Facial pain/pressure

2

243

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.27 [‐0.56, 0.02]

5 Adverse events ‐ epistaxis Show forest plot

13

2508

Risk Ratio (M‐H, Fixed, 95% CI)

2.74 [1.88, 4.00]

5.1 With nasal polyps

10

2262

Risk Ratio (M‐H, Fixed, 95% CI)

3.03 [2.00, 4.59]

5.2 Without nasal polyps

3

246

Risk Ratio (M‐H, Fixed, 95% CI)

1.49 [0.59, 3.78]

6 Adverse events ‐ local irritation Show forest plot

11

2124

Risk Ratio (M‐H, Fixed, 95% CI)

0.94 [0.53, 1.64]

6.1 With nasal polyps

9

2045

Risk Ratio (M‐H, Fixed, 95% CI)

0.93 [0.52, 1.67]

6.2 Without nasal polyps

2

79

Risk Ratio (M‐H, Fixed, 95% CI)

1.02 [0.15, 6.84]

7 Endoscopy score (bilateral polyps score) measured change from baseline (range 0 to 6 points) Show forest plot

4

1417

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.58 [‐0.90, ‐0.26]

7.1 With nasal polyps

4

1417

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.58 [‐0.90, ‐0.26]

8 Endoscopy score (polyps size) ‐ measured as numbers with improvement at longest available follow‐up Show forest plot

5

676

Risk Ratio (M‐H, Random, 95% CI)

1.77 [1.06, 2.95]

8.1 With nasal polyps

5

676

Risk Ratio (M‐H, Random, 95% CI)

1.77 [1.06, 2.95]

9 Endoscopy score (polyp size) ‐ measured as numbers with improvement at longest available follow‐up Show forest plot

8

1984

Odds Ratio (Random, 95% CI)

2.07 [1.48, 2.91]

9.1 With nasal polyps

4

1417

Odds Ratio (Random, 95% CI)

2.43 [1.46, 4.06]

9.2 With nasal polyps from dichotomous data

4

567

Odds Ratio (Random, 95% CI)

1.73 [1.19, 2.51]

10 CT score (overall) ‐ measured using Lund‐Mackay score (max 24 points) at 3 months Show forest plot

1

47

Mean Difference (IV, Fixed, 95% CI)

‐4.82 [‐7.27, ‐2.37]

Figuras y tablas -
Comparison 1. Intranasal corticosteroids versus placebo