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Tratamiento con inyecciones para el dolor lumbar subagudo y crónico

Contraer todo Desplegar todo

Resumen

Antecedentes

La eficacia del tratamiento con inyecciones para el dolor lumbar todavía es debatible. La heterogeneidad del tejido objetivo, del agente farmacológico y de la dosis que se encuentra generalmente en los ensayos controlados aleatorizados (ECA) indica la necesidad de realizar comparaciones clínicamente válidas en una síntesis de la bibliografía.

Objetivos

Determinar si el tratamiento con inyecciones es más efectivo que placebo u otros tratamientos para pacientes con dolor lumbar subagudo o crónico.

Métodos de búsqueda

Se actualizó la búsqueda de la revisión sistemática anterior y se realizaron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials), en las bases de datos MEDLINE y EMBASE desde enero de 1999 hasta marzo de 2007 para obtener ensayos relevantes informados en inglés, francés, alemán, holandés y lenguas nórdicas. También se revisaron las referencias de los ensayos identificados.

Criterios de selección

Se incluyeron los ECA sobre los efectos del tratamiento con inyecciones que incluyen sitios epidurales, facetarios o locales para el dolor lumbar subagudo o crónico. Se excluyeron los estudios que compararon los efectos de las inyecciones intradiscales, la proloterapia o la ozonoterapia con otros tratamientos, a menos que el tratamiento con inyecciones junto con otro agente farmacéutico (sin tratamiento placebo) formara parte de uno de los brazos de tratamiento. También se excluyeron los estudios sobre inyecciones en las articulaciones sacroilíacas y los estudios que evaluaron los efectos de los esteroides epidurales para el dolor radicular.

Obtención y análisis de los datos

Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente la calidad de los ensayos. Si los datos de los estudios eran clínica y estadísticamente demasiado heterogéneos para realizar un metanálisis, se utilizó una síntesis de la mejor evidencia para resumir los resultados. La evidencia se clasificó en cinco niveles (fuerte, moderada, limitada, contradictoria o ninguna evidencia), según la calidad metodológica de los estudios.

Resultados principales

En esta revisión actualizada se incluyeron 18 ensayos (1179 participantes). Los sitios de inyección variaron desde sitios epidurales y las facetas articulares (es decir, inyecciones intraarticulares, inyecciones periarticulares y bloqueos nerviosos) hasta sitios locales (es decir, puntos sensibles y gatillo). Los fármacos que se estudiaron consistían en corticosteroides, anestésicos locales y una variedad de otros fármacos. La calidad metodológica de los ensayos fue limitada, ya que diez de los 18 ensayos se consideraron de calidad metodológica alta. El agrupamiento estadístico no fue posible debido a la heterogeneidad clínica de los ensayos. En general, los resultados indicaron que no hay evidencia sólida a favor o en contra del uso de algún tipo de tratamiento con inyecciones.

Conclusiones de los autores

No hay evidencia suficiente que apoye el uso del tratamiento con inyecciones en el dolor lumbar subagudo y crónico. Sin embargo, no se puede descartar que subgrupos específicos de pacientes puedan responder a un tipo específico de tratamiento con inyecciones.

Resumen en términos sencillos

Tratamiento con inyecciones para el dolor lumbar subagudo y crónico

El tratamiento con inyecciones es uno de los muchos tratamientos disponibles para los pacientes con dolor lumbar subagudo (más de seis semanas) y crónico (más de 12 semanas). El lugar donde se administra la inyección, el fármaco que se utiliza y el motivo por el que se administra la inyección pueden variar.

La inyección se puede aplicar en diferentes partes de la columna vertebral (el espacio entre las vértebras, alrededor de las raíces nerviosas o en el disco), los ligamentos, los músculos o los puntos gatillo (puntos en los músculos que cuando se presionan con firmeza producen dolor). Se utilizan fármacos que reducen la inflmación (corticosteroides, antiinflamatorios no esteroideos [AINE]) y el dolor (morfina, anestésicos). El tratamiento con inyecciones se puede utilizar en los pacientes con dolor lumbar con o sin dolor y otros síntomas en la pierna.

Se hicieron búsquedas en varias bases de datos electrónicas de artículos de salud hasta marzo de 2007. Esta búsqueda identificó 18 ensayos controlados aleatorizados (ECA; 1179 participantes) que analizaron las inyecciones con una variedad de fármacos en comparación con un fármaco placebo u otros fármacos. Las inyecciones se aplicaron en el espacio epidural (entre las vértebras de la espalda y fuera de las coberturas que rodean la médula espinal), las facetas articulares (las articulaciones de dos vértebras), o los puntos sensibles en los ligamentos o músculos.

Los autores de la revisión consideraron diez de los 18 ECA con bajo riesgo de sesgo por la forma en que se realizaron e informaron los ensayos. No fue posible agrupar estadísticamente los resultados porque los sitios de inyección, los fármacos utilizados y los resultados medidos variaron demasiado. Sólo cinco de los 18 ensayos informaron de resultados significativos a favor de uno de los brazos de tratamiento. Los autores de la revisión consideraron que los probables efectos beneficiosos del tratamiento justificaron los posibles efectos perjudiciales en sólo dos estudios.
En nueve de los 18 estudios se informaron sobre efectos secundarios como dolor de cabeza, mareos, dolor local transitorio, hormigueo y entumecimiento y náuseas en un escaso número de pacientes. El uso de la morfina se asoció con más frecuencia con prurito, náuseas y vómitos. En la bibliografía se han mencionado complicaciones poco frecuentes, pero más graves, del tratamiento con inyecciones, como el síndrome de cauda equina, la artritis séptica de las facetas articulares, la discitis, la paraplejia y los abscesos de la médula espinal. Aunque la frecuencia absoluta de estas complicaciones puede ser rara, estos riesgos se deben tener en cuenta.

Sobre la base de estos resultados, los autores de la revisión concluyeron que no existe evidencia sólida a favor o en contra del uso de algún tipo de tratamiento con inyecciones en los pacientes con dolor lumbar subagudo o crónico.