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Inhibidores de la monoaminooxidasa B para la enfermedad de Parkinson en fase temprana

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Resumen

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Antecedentes

Los inhibidores de la monoaminooxidasa B (MAO‐B) ralentizan la progresión de la enfermedad de Parkinson (EP), pero los ensayos clínicos han obtenido resultados contradictorios.

Objetivos

Evaluar la evidencia de los ensayos controlados aleatorizados sobre la efectividad y la seguridad del uso a largo plazo de los inhibidores de la MAO‐B en la EP en fase temprana.

Métodos de búsqueda

Se hicieron búsquedas en las siguientes bases de datos electrónicas: Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled trials, CENTRAL) (La Biblioteca Cochrane número 11, 2011), MEDLINE (última búsqueda el 8 de noviembre de 2011) y EMBASE (última búsqueda el 8 de noviembre de 2011), además se realizaron búsquedas manuales en resúmenes de congresos de neurología y trastornos del movimiento, se comprobaron las listas de referencias de los estudios pertinentes y se estableció contacto con otros investigadores.

Criterios de selección

Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorizados sin factores de confusión que compararon un inhibidor de la MAO‐B con un control, con o sin levodopa o agonistas de la dopamina, en pacientes con EP en fase temprana donde el tratamiento y el seguimiento duraron al menos un año.

Obtención y análisis de los datos

Dos autores de la revisión de forma independiente seleccionaron los ensayos para inclusión, evaluaron la calidad metodológica y extrajeron los datos. Los autores originales proporcionaron algunos datos adicionales. En los casos apropiados se utilizaron modelos de efectos aleatorios para analizar los resultados.

Resultados principales

Se incluyeron 12 ensayos (2514 pacientes, con un seguimiento promedio de seis años), 11 de los cuales utilizaron selegilina. La calidad metodológica fue razonable, aunque la ocultación de la asignación fue definitivamente adecuada sólo en cinco ensayos. Los inhibidores de la MAO‐B no se asociaron con un aumento significativo de las muertes (odds ratio [OR] 1,12; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,90 a 1,41). Proporcionaron efectos beneficiosos pequeños sobre el control en el deterioro (diferencia de medias ponderada [DMP] para el cambio en la puntuación de la UPDRS motora 3,79 puntos menos con los inhibidores de la MAO‐B; IC del 95%: 2,27 a 5,30) y la discapacidad (DMP para el cambio en la puntuación de la UPDRS en las actividades cotidianas 1,49 menos; IC del 95%: 0,49 a 2,49) al año, lo que podría no ser clínicamente significativo. Hubo un efecto economizador de levodopa con los inhibidores de la MAO‐B, que se asoció con una reducción significativa de las fluctuaciones motoras (OR 0,73; IC del 95%: 0,58 a 0,91), pero no de la discinesia (OR 0,96; IC del 95%: 0,76 a 1,22). Sin embargo, la reducción de las fluctuaciones motoras no fue consistente en los análisis de sensibilidad. Hubo una tendencia a más retiros debido a eventos adversos con los inhibidores de la MAO‐B (OR 1,72; IC del 95%: 0,98 a 3,01).

Conclusiones de los autores

Los inhibidores de la MAO‐B (más concretamente la selegilina, que aporta la mayoría de los datos) no parecen retrasar la progresión de la enfermedad en términos de mejoría de la supervivencia, pero podrían reducir las fluctuaciones motoras posteriores. En la actualidad, no se considera que estos fármacos se puedan recomendar para el uso habitual en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson en fase temprana.

Resumen en términos sencillos

Inhibidores de la monoaminooxidasa B para la enfermedad de Parkinson en fase temprana

La enfermedad de Parkinson es una afección cerebral incapacitante que se caracteriza por la lentitud de movimientos, los temblores, la rigidez y, en las últimas fases, la pérdida de equilibrio. Muchos de estos síntomas se deben a la pérdida de ciertos nervios en el cerebro, lo que provoca la falta de una sustancia química llamada dopamina. Los tratamientos actuales para el Parkinson están diseñados para aumentar la dopamina mediante el uso de levodopa (Sinemet o Madopar), que se convierte en dopamina en el cerebro, o medicamentos que imitan la dopamina (agonistas de la dopamina). Aunque son útiles, estos tratamientos no enlentecen la progresión de la enfermedad y se pueden asociar con efectos secundarios; p. ej., después de un tiempo, el uso de levodopa puede provocar movimientos involuntarios (disquinesia), calambres dolorosos en las piernas (distonía) y una reducción de la respuesta a cada dosis (fluctuaciones motoras). Los inhibidores de la monoaminooxidasa B (MAO‐B), como la selegilina (Eldepryl o Selgene), aumentan los niveles de dopamina por un mecanismo diferente, lo que podría reducir el riesgo de estas complicaciones y enlentecer la progresión de la enfermedad. Se revisaron 11 ensayos controlados con un total de 2514 pacientes que compararon la administración de inhibidores de la MAO‐B con ninguna administración en personas con Parkinson en fase temprana para ver si eran seguros y eficaces. Los resultados muestran que, aunque los IMAO‐B mejoran los síntomas del Parkinson y retrasan la necesidad de levodopa durante unos meses, son demasiado débiles para tener un efecto importante y no parecen retrasar la progresión de la enfermedad. Sin embargo, podrían reducir las fluctuaciones motoras aunque se requiere más información para asegurar este hecho. Aunque pueden provocar algunos efectos secundarios, éstos suelen ser leves.