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Intervenciones con teléfonos móviles para mejorar la adherencia a la medicación prescrita para la prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares en adultos

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Resumen

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Antecedentes

Las enfermedades cardiovasculares (EC) son una causa principal de discapacidad y mortalidad a nivel global. Las EC prematuras mortales y no mortales se consideran en gran parte prevenibles a través del control de los factores de riesgo, mediante modificaciones en el estilo de vida y el uso de medicación preventiva. Las farmacoterapias antihipertensivas y para la reducción de los lípidos en la prevención primaria son costo‐efectivas para reducir la morbilidad y la mortalidad debidas a EC entre los pacientes de alto riesgo, y se recomiendan en las guías internacionales. Sin embargo, la adherencia a la medicación prescrita para la prevención de las EC puede ser deficiente. Aproximadamente el 9% de los casos de EC en la UE se atribuyen a la adherencia deficiente con los fármacos vasculares. Las intervenciones escalables de bajo costo para mejorar la adherencia a los fármacos para la prevención primaria de las EC tienen la posibilidad de reducir la morbilidad, la mortalidad y los costos de la asistencia sanitaria asociados con las EC.

Objetivos

Establecer la efectividad de las intervenciones proporcionadas por teléfono móvil para mejorar la adherencia a la medicación prescrita para la prevención primaria de las EC en adultos.

Métodos de búsqueda

Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, y en otras dos bases de datos el 21 junio 2017 y en dos registros de ensayos clínicos el 14 julio 2017. Se hicieron búsquedas en las listas de referencias de los artículos relevantes. No se impuso ninguna restricción de idioma ni de fecha.

Criterios de selección

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios que investigaron las intervenciones proporcionadas, completa o parcialmente, por teléfonos móviles para mejorar la adherencia a los fármacos cardiovasculares prescritos para la prevención primaria de las EC. Solamente se incluyeron los ensayos con un seguimiento mínimo de un año para seguir las medidas de resultado relacionadas con los comportamientos y los resultados de adherencia a la medicación mantenidos a más largo plazo. Los comparadores elegibles fueron grupos de atención habitual o control que no recibieron el componente proporcionado por teléfono móvil de la intervención.

Obtención y análisis de los datos

Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar recomendados por la Colaboración Cochrane. Se estableció contacto con los autores de los estudios para desglosar los datos cuando los ensayos incluyeron un subgrupo de participantes elegibles.

Resultados principales

Se incluyeron cuatro ensayos con 2429 participantes asignados al azar. Los participantes se reclutaron de la atención primaria comunitaria o de consultorios de pacientes ambulatorios en países de ingresos altos (Canadá, España) e ingresos altos a medios (Sudáfrica, China). Las intervenciones recibidas variaron ampliamente; un ensayo evaluó una intervención centrada en la adherencia a la medicación para la presión arterial proporcionada exclusivamente mediante el servicio de mensajería corta (SMS) y una intervención que incluyó la monitorización de la presión arterial combinada con retroalimentación proporcionada a través de teléfonos inteligentes. Dos ensayos incluyeron intervenciones dirigidas a una combinación de modificaciones del estilo de vida junto con la adherencia a la medicación para las EC, una de las cuales se proporcionó a través de mensajes de texto, folletos de información escrita y registros rellenados por los propios participantes, y la otra a través de una intervención de componentes múltiples que incluyó mensajes de texto, una evaluación computarizada del riesgo de EC y asesoramiento presencial. Debido a la heterogeneidad en la naturaleza y la administración de las intervenciones, no se realizó un metanálisis y, por lo tanto, los resultados se informan de manera narrativa.

El grupo de evidencia para el efecto de las intervenciones con teléfonos móviles sobre los resultados objetivos (presión arterial y colesterol) se consideró de baja calidad debido a que todos los ensayos incluidos tuvieron alto riesgo de sesgo e inconsistencia en los efectos sobre los resultados. De los dos ensayos dirigidos a la adherencia a la medicación junto con otras modificaciones del estilo de vida, uno informó un efecto beneficioso pequeño de la intervención para reducir el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (diferencia de medias [DM] ‐9,2 mg/dl; intervalo de confianza [IC] del 95%: –0,70 a –17,70; 304 participantes) y el otro no encontró efectos beneficiosos (DM 0,77 mg/dl; IC de 95%: –4,64 a 6,18; 589 participantes). Un ensayo (1372 participantes) de una intervención con mensajes de texto dirigida a la adherencia mostró una reducción pequeña de la presión arterial sistólica (PAS) para el brazo de intervención que proporcionó mensajes de texto de información solamente (DM –2,2 mmHg; IC del 95%: –4,4 a –0,04), pero hubo evidencia incierta de un efecto beneficioso para el segundo brazo de intervención que proporcionó una interactividad adicional (DM –1,6 mmHg; IC del 95%: –3,7 a 0,5). Un estudio examinó el efecto de la monitorización de la presión arterial combinada con mensajes mediante teléfonos inteligentes, e informó efectos beneficiosos moderados de la intervención en la PAS y la presión arterial diastólica (PAD) (PAS: DM ‐7,10 mmHg; IC del 95%: ‐11,61 a ‐2,59; PAD: ‐3,90 mmHg; IC del 95%: ‐6,45 a ‐1,35; 105 participantes). Hubo evidencia mixta de los ensayos dirigidos a la adherencia a la medicación junto con el asesoramiento sobre el estilo de vida cuando se utilizaron intervenciones multicomponente. Un ensayo encontró efectos beneficiosos grandes para la PAS y la PAD (PAS: DM ‐12,45 mmHg; IC del 95%: ‐15,02 a ‐9,88; PAD: DM ‐12,23 mmHg; IC del 95%: ‐14,03 a ‐10,43; 589 participantes), mientras que el otro ensayo no demostró efectos beneficiosos sobre la PAS o la PAD (PAS: DM ‐0,83 mmHg; IC del 95%: ‐2,67 a 4,33; PAD: DM 1,64 mmHg; IC del 95%: ‐0,55 a 3,83; 304 participantes).

Dos ensayos informaron los eventos adversos y proporcionaron evidencia de baja calidad de que las intervenciones no causaron efectos perjudiciales. Un estudio proporcionó evidencia de baja calidad de que no hubo efecto de la intervención sobre la satisfacción informada con el tratamiento.

Dos ensayos se realizaron en países de ingresos altos y dos en países de ingresos altos‐medios. Las intervenciones evaluadas utilizaron entre tres y 16 técnicas de cambio de comportamiento según la codificación por el método taxonómico de Michel. Dos ensayos evaluaron intervenciones que involucraron a posibles usuarios en su desarrollo.

Conclusiones de los autores

Hay evidencia de baja calidad con respecto a los efectos de las intervenciones proporcionadas con teléfonos móviles para aumentar la adherencia a la medicación prescrita para la prevención primaria de las EC; algunos ensayos informaron efectos beneficiosos pequeños, mientras que otros no encontraron efecto. Hay evidencia de baja calidad de que estas intervenciones no causaron efectos perjudiciales. Según esta revisión, actualmente existe incertidumbre con respecto a la efectividad de estas intervenciones. Se identificaron seis ensayos en curso que se realizan en diferentes contextos, incluidos los contextos de bajos ingresos, que podrían generar estimaciones más precisas del efecto de las intervenciones de adherencia a la medicación para la prevención primaria proporcionadas por teléfono móvil.

PICOs

Population
Intervention
Comparison
Outcome

The PICO model is widely used and taught in evidence-based health care as a strategy for formulating questions and search strategies and for characterizing clinical studies or meta-analyses. PICO stands for four different potential components of a clinical question: Patient, Population or Problem; Intervention; Comparison; Outcome.

See more on using PICO in the Cochrane Handbook.

Resumen en términos sencillos

Intervenciones proporcionadas por teléfono móvil para mejorar la adherencia a la medicación de los pacientes para prevenir las enfermedades cardiovasculares

Pregunta de la revisión

Se revisó la evidencia sobre el efecto de las intervenciones proporcionadas por teléfono móvil para ayudar a los pacientes a tomar la medicación para prevenir las enfermedades cardiovasculares (por ejemplo, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares). Se encontraron cuatro estudios que incluyeron a 2429 participantes.

Antecedentes

Cerca de 17 600 000 personas mueren por enfermedades cardiovasculares cada año. Los fármacos pueden ayudar a prevenir las enfermedades cardiovasculares; sin embargo, muchos pacientes a los que se les han administrado estos fármacos no los toman con la frecuencia ni la constancia recomendadas. Esto significa que la medicación no funcionará tan bien como podría para prevenir las enfermedades cardiovasculares. Las intervenciones proporcionadas a través de teléfonos móviles, por ejemplo, los avisos por mensajes de texto, pueden ser una forma económica de ayudar a los pacientes a tomar la medicación de la manera recomendada.

Características de los estudios

La evidencia está actualizada hasta junio 2017. Se encontraron cuatro estudios que analizaron intervenciones proporcionadas, al menos en parte, por teléfono móvil y que siguieron a los participantes por al menos 12 meses.

Resultados clave

No fue posible combinar los resultados de los cuatro ensayos porque las intervenciones fueron muy diferentes. Los estudios tuvieron alto riesgo de sesgo y los efectos de las intervenciones fueron inconsistentes entre los estudios, por lo que no hay seguridad con respecto a los resultados. La evidencia indica que las intervenciones proporcionadas por teléfono móvil pueden ayudar a los pacientes a tomar la medicación, pero los efectos beneficiosos son pequeños y algunos ensayos no encontraron estos efectos con las intervenciones. No hubo evidencia que indicara que estos tipos de intervenciones causaran efectos perjudiciales. Los resultados de los ensayos que se realizan actualmente deben informar los efectos de estos tipos de intervenciones con mayor precisión y dirán si funcionan en una variedad mayor de contextos, incluidos los países de bajos ingresos.

Conclusiones de los autores

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Implicaciones para la práctica

Los resultados de la presente revisión se basan en cuatro ensayos, ninguno de los cuales se consideró con bajo riesgo de sesgo. Por lo tanto, debido a la baja calidad de la evidencia presentada, las implicaciones para la práctica son limitadas. De los cuatro estudios que informaron el cambio en la presión arterial sistólica como un resultado, los efectos variaron de reducciones de 12,5 mmHg a aumentos de 0,83 mmHg, con dos estudios que sobrepasaron una reducción media de 5 mmHg (en general, se considera que una reducción de 5 mmHg de la presión arterial sistólica da lugar a reducciones clínicamente importantes del riesgo relativo de accidente cerebrovascular y eventos de cardiopatía coronaria (Collins 1990)). La administración de intervenciones por teléfonos móviles es de bajo costo y los análisis anteriores de dichas intervenciones en otros campos han demostrado la relación entre costo y efectividad (Guerriero 2013; Lester 2010). Si se repiten resultados de efectividad comparables en otros ensayos de alta calidad, sería útil considerar la relación entre costo y efectividad de la intervención, ya que si demuestra ser costo‐efectiva, los efectos beneficiosos pequeños logrados con un bajo costo podrían ser importantes si se logran en toda la población. La Cholesterol Treatment Trialists' Collaboration calcula que por cada reducción de 1 mmol/l (38,67 mg/dl) de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL‐C) hay una reducción consistente del riesgo relativo del 20% para los eventos vasculares principales, independientemente del riesgo inicial (CTT 2012). Los dos ensayos que midieron el LDL‐C como resultado informaron efectos que varían de una reducción de 9,2 mg/dl a un aumento de 0,77 mg/dl, lo que significa que incluso el mayor de estos efectos tendría una repercusión pequeña sobre los resultados clínicos.

Implicaciones para la investigación

La intervención proporcionada por SMS solamente, que resultó en efectos beneficiosos pequeños en la adherencia, se desarrolló con el aporte de los usuarios. La intervención se dirigió a muchas de las barreras para la adherencia que se podrían abordar mediante SMS, y utilizó una gran variedad de técnicas de cambio conductual. No obstante, el hallazgo de un efecto beneficioso pequeño es consistente con los resultados de las intervenciones de adherencia proporcionadas por SMS para la prevención secundaria de las EC, la medicación para el VIH y la diabetes (Adler 2017; Anglada‐Martinez 2015; Farmer 2016). Es posible que la intervención proporcionada por SMS tenga efectos pequeños porque algunas técnicas de cambio del comportamiento pueden no ser efectivas cuando se adaptan para su administración por SMS. La adherencia está influenciada por una gran variedad de factores sociales y de los servicios, además de factores a nivel individual como la motivación del conocimiento y las habilidades que se podrían abordar mediante mensajes escritos cortos (DiMatteo 2004; Julius 2009; Kardas 2013; Nieuwlaat 2014; Pound 2005; Vermeire 2001). Las intervenciones futuras para la adherencia deben considerar la posibilidad de dirigirse a una gama más amplia de factores que influyen sobre este resultado. Debido a la importancia de los profesionales sanitarios con respecto a su influencia sobre el uso de la medicación y la alteración de la medicación si ocurren efectos adversos inaceptables, las intervenciones pueden necesitar la integración con los servicios para dar lugar a efectos beneficiosos clínicamente importantes para los pacientes. Además, los ensayos futuros deben considerar la posibilidad de dirigirse a los pacientes con mayor riesgo de adherencia deficiente y excluir a los que se conoce que cumplen con el tratamiento.

Finalmente, debido a la heterogeneidad que existe entre las intervenciones de cambios del comportamiento, se considera que existen motivos para creer que los ensayos individuales de alta calidad y con poder estadístico adecuado podrían proporcionar evidencia de calidad más alta con respecto a la efectividad de dichas intervenciones, en comparación con la evidencia basada en los intentos de agrupar múltiples ensayos más pequeños, de menor calidad y potencialmente heterogéneos. El tamaño de la muestra en varios de los ensayos en curso identificados es grande; por lo tanto, si tienen un poder estadístico adecuado y bajo riesgo de sesgo, estos estudios pueden proporcionar estimaciones de alta calidad y más precisas del efecto de las intervenciones de adherencia por teléfonos móviles.

Summary of findings

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Summary of findings for the main comparison. Mobile phone interventions compared to usual care for improving adherence to medication prescribed for primary prevention of cardiovascular disease

Mobile phone interventions compared to usual care for improving adherence to medication prescribed for primary prevention of cardiovascular disease

Patient or population: people prescribed medication for primary prevention of cardiovascular disease
Setting: community‐based primary care or outpatient clinics in high‐income (Canada, Spain) and upper‐ to middle‐income countries (South Africa, China)
Intervention: mobile phone‐based interventions
Comparison: usual care

Outcomes

Impact

№ of participants
(studies)

Quality of the evidence
(GRADE)

Cholesterol (low‐density lipoprotein)
follow‐up: range 1–2 years

1 study found evidence of a small beneficial intervention effect on reducing LDL‐C (–9.20 mg/dL), and 1 study found a very small increase in LDL‐C (0.77 mg/dL) with wide confidence intervals that included no effect.

893
(2 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,b

Systolic blood pressure
follow‐up: range 1–2 years

3 of the 4 studies found lower systolic blood pressure with mobile phone interventions, but the size of effect varied. 2 studies showed moderate and large reductions in systolic blood pressure (–7.10 and –12.45 mmHg). 1 multi‐arm trial found small reductions with information‐only text messages (–2.1) and interactive text messaging (–1.6 mmHg) arms. 1 study found a slight increase in blood pressure (0.83 mmHg) but with wide confidence intervals that included no effect.

2194
(4 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,b

Diastolic blood pressure
follow‐up: range 1–2 years

2 of 3 studies found lower diastolic blood pressure with mobile phone interventions, but the size of the effect varied. 2 studies showed large and small reductions in diastolic blood pressure (–12.23 and –3.90 mmHg), and 1 study found a slight increase in diastolic blood pressure (1.64 mmHg) but with wide confidence intervals that included no effect.

998
(3 RCTs)

⊕⊕⊝⊝

Lowa,b

Combined CVD events

Not reported

(0 studies)

Adverse events
follow‐up: range 1–2 years

1 study reported that there were 0 adverse events attributable to the intervention. 1 study report that there was no difference between groups in experience adverse effects of statins, and that 0 participants reported intervention‐related adverse events.

1500
(2 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowb,c

Cognitive outcome: satisfaction with treatment
follow‐up: mean 1 year

1 study measured satisfaction with treatment, and found no evidence of a difference between intervention and control arms.

1190
(1 RCT)

⊕⊕⊝⊝
Lowd,e

LDL‐C: low‐density lipoprotein cholesterol; RCT: randomised controlled trial.

GRADE Working Group grades of evidence
High quality: we are very confident that the true effect lies close to that of the estimate of the effect.
Moderate quality: we are moderately confident in the effect estimate: the true effect is likely to be close to the estimate of the effect, but there is a possibility that it is substantially different.
Low quality: our confidence in the effect estimate is limited: the true effect may be substantially different from the estimate of the effect.
Very low quality: we have very little confidence in the effect estimate: the true effect is likely to be substantially different from the estimate of effect.

aDowngraded one level for inconsistency: trial results included large variations in the degree to which the outcome was affected.

bDowngraded one level for risk of bias: all trials at unclear risk of bias on multiple domains.

cDowngraded one level for imprecision: very low number of events.

dDowngraded one level for indirectness: based on a single trial conducted in a single setting (public sector clinic in Cape Town, South Africa).

eDowngraded one level for risk of bias: trial at unclear risk of bias on two domains.

Antecedentes

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Descripción de la afección

Las enfermedades cardiovasculares (EC) son una causa principal de discapacidad y mortalidad en todo el mundo (Naghavi 2017; WHO 2011; WHO 2016); se ha calculado que 17 600 000 pacientes murieron por EC en 2016, lo que representa el 32% de todas las muertes a nivel global (Naghavi 2017). Sin embargo, la EC prematuras mortal y no mortal se considera en gran parte prevenible mediante el control de los factores de riesgo (WHO 2011).

La prevención primaria de las EC se refiere a las medidas tomadas para reducir la incidencia de casos clínicos debidos a cardiopatía coronaria (CC), enfermedad cerebrovascular y vasculopatía periférica, entre los pacientes con factores de riesgo que todavía no han desarrollado EC clínicamente manifiesta (WHO 2007). La prevención primaria de las EC consiste en modificaciones del estilo de vida (p.ej. abandono del hábito de fumar, aumento de la actividad física) y farmacoterapia (Piepoli 2016).

Las farmacoterapias antihipertensivas y para la reducción de los lípidos en la prevención primaria son costo‐efectivas para reducir la morbilidad y la mortalidad de las EC entre los pacientes de alto riesgo y son recomendadas por las guías internacionales (Piepoli 2016; WHO 2007). Las recomendaciones en relación con la administración de las drogas antiplaquetarias para la prevención primaria varían. La European Society of Cardiology (ESC) señala que la aspirina no se puede recomendar para la prevención primaria debido al aumento del riesgo de hemorragia grave (Piepoli 2016); sin embargo, el US Preventive Services Task Force (USPSTF) recomienda la administración de aspirina cuando el riesgo de eventos de EC a los diez años alcanzan un nivel en que los efectos beneficiosos de la aspirina, en cuanto a la prevención de los eventos de EC, superan los posibles efectos perjudiciales del aumento de la hemorragia gastrointestinal (USPSTF 2014).

La adherencia a la medicación a largo plazo no es ideal y da lugar a costos en términos sanitarios y económicos (Piepoli 2016). Los metanálisis han calculado tasas de adherencia a los fármacos cardiovasculares que varían del 50% al 60% (Chowdhury 2013; Naderi 2012) y hay cierta evidencia de que la adherencia es inferior para la prevención primaria (Naderi 2012).

Un estudio de los registros de salud de más de 430 000 pacientes en la práctica general del Reino Unido encontró que el 47% de los pacientes a los que se les prescribieron estatinas para la prevención primaria interrumpieron el tratamiento (indicado por una brecha mayor de 90 días entre las prescripciones) y, entre ellos, el 72% lo hizo después de reiniciar el tratamiento (Vinogradova 2016). Un estudio de los registros finlandeses de asistencia sanitaria encontró que el 53% de los pacientes a los que se les prescribió el tratamiento con estatinas para la prevención primaria cumplieron con el tratamiento (definido como superar el 80% del régimen prescrito) (Lavikainen 2016). Se ha calculado que aproximadamente el 9% de los casos de EC en la UE se podría atribuir a la adherencia deficiente a los fármacos vasculares (Chowdhury 2013). La mejoría de la adherencia a los fármacos para la prevención primaria de las EC ayudaría a maximizar los efectos beneficiosos clínicos para una población más amplia (WHO 2003). Por lo tanto, hay un margen considerable para aumentar la adherencia a los fármacos prescritos y, por lo tanto, reducir la morbilidad, la mortalidad y los costos de la asistencia sanitaria.

Descripción de la intervención

El uso de los teléfonos móviles es casi universal en los países de ingresos altos y se ha calculado que ha alcanzado más del 90% en los países de recursos bajos y medios (ICT 2016). Debido al amplio alcance de los teléfonos móviles y a la posibilidad de automatizar la administración de las intervenciones proporcionadas por teléfonos móviles, dichas intervenciones son una estrategia potencialmente costo‐efectiva para mejorar la adherencia a la medicación. Es posible administrar diversos medios a través de los teléfonos móviles, incluidos los mensajes de texto, los mensajes de imagen, la respuesta de voz interactiva, las llamadas telefónicas y, con el aumento del uso de los teléfonos inteligentes con capacidad de Internet (ICT 2016), las aplicaciones móviles.

De qué manera podría funcionar la intervención

Se ha mostrado que hay una gran variedad de factores que se asocian con la falta de adherencia a la medicación (DiMatteo 2004; Julius 2009; Kardas 2013; Pound 2005; Vermeire 2001; WHO 2003). Las intervenciones con teléfonos móviles tienen la posibilidad de dirigirse a algunos de estos factores. Por ejemplo, la falta de adherencia que es resultado de la falta de información con respecto a los efectos beneficiosos de los fármacos, la falta de información acerca de cómo funcionan y cómo se toman, las concepciones erróneas acerca de los efectos adversos de la medicación, el asesoramiento complejo o poco claro o el recuerdo deficiente de la información proporcionada en las consultas, se pueden abordar mediante mensajes de texto que proporcionan fragmentos de información cortos y de redacción sencilla (Julius 2009; Kardas 2013; Pound 2005; Vermeire 2001). Las experiencias de los efectos adversos se pueden abordar mediante intervenciones proporcionadas por teléfonos móviles al dar información acerca de la medicación y facilitar un enlace con un profesional de asistencia sanitaria para los pacientes que presentan problemas con el fármaco. La falta de apoyo social también se ha vinculado a la adherencia deficiente a la medicación y estudios anteriores de investigación cualitativa encontraron que la recepción de intervenciones basadas en mensajes de texto proporcionó apoyo social (Douglas 2013). Las intervenciones administradas por teléfonos móviles se pueden diseñar para abordar los factores psicológicos como la ausencia de motivación y la baja autoeficacia (Free 2016).

Las intervenciones existentes dirigidas a la adherencia con la medicación para la EC han utilizado tecnologías móviles para: enviar recordatorios sobre la medicación (Park 2014a); promover la automonitorización de la toma de la medicación (Park 2014a); promover la formación de hábitos con respecto a los comportamientos de toma de la medicación (Bobrow 2014); proporcionar información (Bobrow 2014; Park 2014a); y facilitar enlaces con los servicios de asistencia sanitaria cuando sea necesario (Bobrow 2014; Piette 2012).

Las revisiones sistemáticas que evalúan el efecto de las intervenciones sanitarias con móviles sobre la adherencia a la medicación para varias afecciones como el VIH, las enfermedades no transmisibles y la prevención del rechazo a los trasplantes informaron mejorías significativas (Anglada‐Martinez 2015; Park 2014b), y un ECA encontró que los mensajes por teléfonos móviles son efectivos para mejorar el uso de métodos anticonceptivos (Smith 2015). Se han informado pocos efectos adversos de las intervenciones con teléfonos móviles; los eventos adversos poco frecuentes, pero posibles, incluyen los accidentes de tránsito (Caird 2014).

Por qué es importante realizar esta revisión

Las revisiones sistemáticas que evalúan el efecto de las intervenciones sanitarias con móviles han informado resultados prometedores pero no concluyentes con respecto la mejoría en la adherencia a la medicación, incluida la adherencia a la medicación para la prevención secundaria de la cardiopatía (Adler 2017; Anglada‐Martinez 2015; Park 2014b). Sin embargo, ninguna revisión sistemática ha examinado específicamente el efecto de las intervenciones con teléfonos móviles sobre la adherencia a los fármacos para la prevención primaria de las EC. Las intervenciones por teléfonos móviles son de interés particular debido a su bajo costo y a la posibilidad de administrarlas de una manera generalizada.

Objetivos

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Establecer la efectividad de las intervenciones proporcionadas por teléfono móvil para mejorar la adherencia a la medicación prescrita para la prevención primaria de las EC en adultos.

Métodos

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Criterios de inclusión de estudios para esta revisión

Tipos de estudios

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios (ECA) de diseño de grupos paralelos que asignaron al azar por participante o por grupos. No se incluyeron los ensayos cruzados porque este diseño no sería apropiado para evaluar los efectos sobre los eventos cardiovasculares o la mortalidad, debido a la naturaleza irreversible de estos eventos. Solo se incluyeron los ensayos con un seguimiento mínimo de un año para que las medidas de resultado se relacionaran con los comportamientos y los resultados de adherencia a la medicación mantenidos a más largo plazo. Se incluyeron los estudios publicados como texto completo y solamente como resumen, así como los datos no publicados.

Tipos de participantes

Se incluyeron adultos (18 años de edad en adelante) a los que se les habían prescrito fármacos para la prevención primaria de las EC. Como esta revisión se centró en la prevención primaria de las EC, solo se incluyeron los estudios en los que se reclutaron participantes que no habían tenido un evento previo de EC, definido como: infarto de miocardio anterior, accidente cerebrovascular, procedimiento de revascularización (injerto de derivación de arterias coronarias o intervención coronaria percutánea), pacientes con angina y pacientes con cardiopatía coronaria definida mediante angiografía. Cuando se identificaron ensayos que incluyeron un subconjunto de participantes elegibles, se estableció contacto con los autores para solicitarles datos solamente de los participantes de interés. Cuando no fue posible acceder a dichos datos, se aplicó un punto de corte mediante el cual solo se incluyeron los ensayos en los que al menos el 75% de los participantes cumplieron con los criterios para la prevención primaria.

Tipos de intervenciones

Se incluyeron los ensayos de intervenciones proporcionadas completa o parcialmente por teléfonos móviles para mejorar la adherencia a los fármacos cardiovasculares prescritos para la prevención primaria de las EC. Se incluyeron las intervenciones dirigidas a la adherencia de fármacos antihipertensivos (diuréticos similares a tiazida, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, bloqueadores de los canales de calcio, betabloqueantes); fármacos para reducir los lípidos (estatinas); y fármacos antiplaquetarios (aspirina a dosis baja, fármacos antiplaquetarios que no son aspirina). Solo se incluyeron los ensayos dirigidos a la adherencia de al menos uno de estos fármacos. También se incluyeron los ensayos de intervenciones dirigidas a la adherencia a la medicación junto con otras modificaciones del estilo de vida.

Intervención

Cualquier mecanismo de administración específica por teléfonos móviles, incluido el servicio de mensajes cortos (SMS), los mensajes multimedia (SMM), las aplicaciones (apps) y la Respuesta de Voz Interactiva. Se incluyeron las intervenciones que utilizaron una mezcla de mecanismos de administración de los que al menos uno fue por teléfono móvil, por ejemplo, las intervenciones proporcionadas por teléfonos móviles en combinación con métodos tradicionales como la comunicación presencial y los enlaces a otros tipos de soporte (p.ej. trabajador sanitario de apoyo, llamadas telefónicas, páginas de Internet).

Comparador

Atención habitual y controles activos en que la intervención del grupo control no tuvo un componente administrado mediante un mecanismo específico por teléfono móvil.

Tipos de medida de resultado

Resultados primarios

  • Medidas objetivas de adherencia al tratamiento (colesterol de lipoproteínas de baja densidad [LDL‐C], colesterol total [CT] y colesterol de lipoproteínas de alta densidad [HDL‐C], para el efecto de las estatinas; presión arterial para los fármacos antihipertensivos; frecuencia cardíaca para el efecto del atenolol; 11‐dehidrotromboxano B2 urinario para los efectos antiplaquetarios de la aspirina).

  • Eventos combinados de EC (eventos mortales o no mortales).

  • Efectos adversos, incluidos los accidentes de tráfico autoinformados.

Resultados secundarios

  • Medidas indirectas de adherencia al tratamiento (autoinformadas, recuento de los comprimidos, sistemas de monitorización de eventos con la medicación, datos de prescripción de la farmacia).

  • Eventos cardiovasculares mortales.

  • Eventos cardiovasculares no mortales (cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular).

  • Calidad de vida relacionada con la salud, evaluada mediante instrumentos validados (p.ej., 36‐Item Short Form Health Survey [SF‐36], EQ‐5D).

  • Resultados cognitivos (cualquier medida de: satisfacción con el tratamiento, autoeficacia para la toma de la medicación, autonomía relacionada con la medicación, actitudes [p.ej. inquietudes por los efectos adversos del fármaco]).

  • Costes

También se informaron las siguientes medidas del proceso: grado de intervención recibida (p.ej. número de mensajes de texto recibidos, medidas de uso de la aplicación móvil asignada) y aceptabilidad de la intervención.

El informe en el ensayo de uno o más de los resultados enumerados aquí no fue un criterio de inclusión para la revisión.

Cuando los resultados (primarios o secundarios) se midieron en puntos temporales múltiples, se extrajeron los datos para el punto de medición final.

Métodos de búsqueda para la identificación de los estudios

Búsquedas electrónicas

We identified trials through systematic searches of the following bibliographic databases:

  • Cochrane Central Register of Controlled Trials (CENTRAL) (2017, Issue 6);

  • Epub Ahead of Print, In‐Process & Other Non‐Indexed Citations, MEDLINE Daily and MEDLINE (Ovid, 1946 to 21 June 2017);

  • Embase (Ovid, 1980 to 2017 week 25);

  • CINAHL Plus (EBSCOhost, 1937 to 21 June 2017);

  • Conference Proceedings Citation Index‐Science (CPCI‐S) on Web of Science (Thomson Reuters, 1990 to 21 June 2017).

The search strategies are presented in Appendix 1. The Cochrane sensitivity‐precision maximising RCT filter was applied to MEDLINE (Ovid) and adaptations of it to the other databases, except CENTRAL (Lefebvre 2011).

We carried out a search of ClinicalTrials.gov (www.ClinicalTrials.gov) and the World Health Organization (WHO) International Clinical Trials Registry Platform (ICTRP) Search Portal (apps.who.int/trialsearch/) for ongoing or unpublished trials on 14 July 2017.

We imposed no restriction on date or language of publication.

We did not perform a separate search for adverse effects of mobile phone‐based interventions targeting medication adherence. We considered adverse effects described in included studies only.

Búsqueda de otros recursos

We checked the reference lists of all included studies and reviewed relevant articles for additional references. We also examined relevant retraction statements and errata for included studies.

Obtención y análisis de los datos

Selección de los estudios

Two review authors (MP and SB) independently screened the titles and abstracts of all identified potential studies to decide whether to retrieve the full text (eligible or potentially eligible/unclear studies) or to discard the study. Two review authors (MP and SB) independently screened the retrieved full texts to identify studies for inclusion and identify and record reasons for exclusion of the ineligible studies in the Characteristics of excluded studies table. We resolved any disagreements though discussion, and where necessary, a third review author (CF) arbitrated. We excluded any duplicates. We collated multiple reports of the same RCT into a single entry. We completed a PRISMA flow diagram (Liberati 2009).

Extracción y manejo de los datos

We used a standardised, prepiloted form to extract data from the included studies for assessment of study quality and evidence synthesis. We contacted chief investigators for additional information where necessary. We extracted the following information.

  • Methods: study design; total duration of study; study setting and date of study.

  • Participants: number randomised; number lost to follow‐up/withdrawn; number analysed; mean age; age range; gender; proportion meeting criteria of 'primary prevention'; and inclusion criteria and exclusion criteria.

  • Interventions: intervention; comparison; concomitant medications; excluded medications; intervention delivery mechanism (text messages/MMS/mobile application/combined); how intervention was developed; behaviour change technique(s) employed; if intervention was personalised; and frequency and duration of intervention receipt.

  • Outcomes: primary and secondary outcomes specified and collected; adverse effects; and time points reported.

  • Notes: funding for trial and notable conflicts of interest of trial authors.

Two review authors (MP and SB) independently extracted data and resolved any differences by returning to the original study reports and discussion with a third review author (CF) where necessary. One review author (MP) transferred data into the Review Manager 5 (Review Manager 2014). To ensure that there were no errors in data entry, one review author (SB) checked that the data entered into Review Manager 5 were consistent with those in the data extraction form.

Evaluación del riesgo de sesgo de los estudios incluidos

Two review authors (MP and SB) independently assessed the risk of bias for each study using the criteria detailed in the Cochrane Handbook for Systematic Reviews of Interventions (Higgins 2011). For each of the following domains, we graded the potential bias as high, low or unclear.

  • Random sequence generation.

  • Allocation concealment.

  • Blinding of participants and personnel.

  • Blinding of outcome assessment.

  • Incomplete outcome data.

  • Selective outcome reporting.

  • Other biases.

We resolved disagreements by discussion. Where necessary, we consulted a third review author (CF) to arbitrate. We constructed a 'Risk of bias' table including justifications for our judgements. Where information relating to the risk of bias came from unpublished data or correspondence with an author, we noted this. We summarised the risk of bias judgements across different studies for each of the domains listed. When considering treatment effects, we accounted for the risk of bias for the studies that contributed to that outcome.

Given the nature of the interventions included in this review, it is likely that blinding of participants and personnel would be impossible, therefore, we expected trials to be categorised at high risk of bias on this domain. For the overall study assessment, we categorised a trial as being at low risk of bias if it was rated as low risk in all the domains listed above (with the exception of blinding of participants and personnel). Trials that were at high or unclear risk of bias on any of the domains (except blinding of participants and personnel) were categorised as being at high risk of bias.

Assessment of bias in conducting the systematic review

We conducted the review according to the published protocol and report any deviations from it in the Differences between protocol and review section (Palmer 2017).

Medidas del efecto del tratamiento

We planned to analyse dichotomous outcome data as risk ratios (RR) with 95% confidence intervals (CI). We planned to analyse continuous outcome data as mean differences (MD) with 95% CIs, or if a continuous outcome had been measured in multiple ways, as a standardised mean difference (SMD) with 95% CIs. If it had been applicable, we would have entered data presented as a scale with a consistent direction of effect. If it had been applicable, we would have reported any skewed data identified as medians and interquartile ranges.

Cuestiones relativas a la unidad de análisis

We did not carry out a meta‐analysis because of the heterogeneity of the included studies' intervention content and delivery mechanisms; as a result, we had no unit of analysis issues. Had we conducted meta‐analyses, we would have included RCTs with a parallel design, and if we had identified any cluster randomised trials, we would have analysed the data accounting for clustering using the intracluster coefficient. If we had identified multi‐arm trials for inclusion in meta‐analyses, where there was more than one relevant intervention arm but only one control arm, we would have pooled the intervention arms for a single pair‐wise comparison as recommended by the Cochrane Handbook for Systematic Reviews of Interventions (Higgins 2011). We planned to exclude intervention arms not appropriate for this review.

Manejo de los datos faltantes

We contacted investigators to obtain further information where necessary (e.g. when the study included a mixed population of participants who met the criteria for primary prevention and participants who met the criteria for secondary prevention, and when only a subset of participants had been prescribed CVD preventive medication). We also planned to contact investigators or study sponsors to obtain missing data (e.g. when a study was identified as abstract only). We planned that where this was not possible, and the missing data were considered a potential source of serious bias, we would conduct a sensitivity analysis to explore the impact of including such studies in the overall assessment of results.

Evaluación de la heterogeneidad

We considered the included trials to be too methodologically heterogeneous to pool the data in a meta‐analysis. Therefore, we described the studies narratively. We planned to use the I2 statistic to measure heterogeneity across the trials for the analysis of each outcome. In constructing the narrative forest plots for those outcomes reported by multiple studies, we calculated the I2 statistic and reported this. Had we considered the trials methodologically similar enough to pool, and had we identified there to be moderate to substantial heterogeneity (an I2 statistic between 30% and 100%), we would have reported it and examined possible causes according to our prespecified subgroup analyses, subject to having a sufficient number of studies.

Evaluación de los sesgos de notificación

We did not use a funnel plot to explore possible small‐study biases for the primary outcomes as we only included four studies which were too heterogeneous to pool in a meta‐analysis. We planned that if the results from more the 10 trials could be pooled, we would use a funnel plot to explore possible small‐study biases for the primary outcomes.

Síntesis de los datos

We planned to carry out meta‐analyses only if it was meaningful to do so (i.e. if the interventions, participants and outcome measures were similar enough for pooling to make sense). We did not undertake meta‐analyses as the included studies were too heterogeneous in the content and delivery of their interventions. We presented the effect estimates for outcomes reported by multiple studies on forest plots (without pooling); it should be noted that in transferring effect estimates from papers into Review Manager 5 using the generic inverse variance method, some CIs differed from those reported in the original paper by a decimal place.

Should more studies become available in future updates of this review which enable meaningful meta‐analyses, we plan to use fixed‐effect models. In the presence of heterogeneity (an I2 statistic in excess of 30%), we plan to examine whether this heterogeneity can be explained through our prespecified subgroup analyses. If these analyses account for the heterogeneity, we would only present the subgroup pooled effect estimates. If these subgroup analyses did not explain the heterogeneity, we would present results narratively. We intended to use fixed‐effect meta‐analysis and apply a conservative I2 threshold to identify heterogeneity in this review to avoid overweighting smaller studies. This is because we consider that the heterogeneity observed in these behaviour change trials will primarily be a result of differences in the content of the interventions and differences in risk of bias.

'Summary of findings' table

We created a 'Summary of Findings' table of narrative results for the following outcomes: objective measures of adherence to treatment, combined CVD events (fatal and non‐fatal events), adverse events and cognitive outcomes. We used the five GRADE considerations (study limitations, consistency of effect, imprecision, indirectness and publication bias) to assess the quality of the body of evidence as it related to the studies that contributed data for each outcome. We used methods and recommendations described in Section 8.5 and Chapter 12 of the Cochrane Handbook for Systematic Reviews of Interventions (Higgins 2011) using GRADEpro software (GRADEpro GTD 2015). We justified decisions to downgrade the quality of studies using footnotes and made comments to aid readers' understanding of the review where necessary.

Análisis de subgrupos e investigación de la heterogeneidad

We had planned to conduct the following subgroup analyses for the primary outcome of adherence to treatment if there had been sufficient studies:

  • income region (by World Bank income group) (World Bank 2017);

  • how text messages were developed (i.e. theory‐based, incorporating user views and based on evidence relating to factors influencing behaviour‐targeted versus other);

  • intervention content (number behaviour change technique employed coded according to the taxonomy developed by Michie and colleagues (Michie 2015));

  • delivery mechanisms (i.e. mobile phone messaging only, mobile applications only, combined mobile phone messaging and application, combined application and other).

Due to the limited number of studies, we were unable to conduct subgroup analyses. Should more trials become available for future updates of this review, we will re‐examine the planned subgroup analyses.

Análisis de sensibilidad

We planned to carry out a sensitivity analysis by only including studies with low risk of bias. As we were unable to carry out a meta‐analysis, no sensitivity analysis was conducted.

Results

Description of studies

Results of the search

The search of the databases retrieved 7287 records, and the search of the clinical trial registers retrieved an additional 32 records. After deduplication, we screened 4166 title and abstract records and excluded 4115 records. We assessed 51 full texts and excluded 32 references (23 studies). Six studies (eight references) were identified as ongoing and four studies (11 references) were eligible for inclusion. The flow diagram of search results is shown in Figure 1.


Study flow diagram.

Study flow diagram.

Included studies

The Characteristics of included studies table presents details of the design, methods, participants, intervention, comparison and outcome measures for the studies included in this review. Four studies were identified for inclusion, which were relatively heterogeneous with particular variation in terms of the nature (content and delivery) of the intervention, and the population.

Participants

The sample sizes of included studies range from 110 (Logan 2012) to 1372 (Bobrow 2016), with a total of 2429 participants across all four included studies, of which 2031 participants completed follow‐up assessments.

Liu 2015 specified that participants must have had "no known cardiovascular disease" as an inclusion criterion, and therefore included 100% participants meeting the criteria for primary prevention. The other included studies had a mix of participants: Parraga‐Martinez 2017 included 93% primary prevention participants and Logan 2012 included at least 79% primary prevention participants. Bobrow 2016 did not specifically report the proportion of participants who met the criteria of primary prevention in the published report; however, after contact with trial authors they confirmed 78.3% of participants met the criteria for primary prevention.

There was heterogeneity between trials in the proportion of participants who were taking medication for the primary prevention of CVD. Bobrow 2016 prescribed medication to all participants. Logan 2012 included at least 89.1% of participants prescribed medication (hypertensive drugs or lipid‐lowering drugs or aspirin, or a combination of these); and Parraga‐Martinez 2017 stated that 68.1% of their sample had been prescribed lipid‐lowering medication (but did not mention other types of CVD prevention drugs). Liu 2015 did not report the proportion of participants prescribed medication, but explicitly stated that the intervention targeted adherence to medication among those on treatment.

The mean age of participants varied from 54.4 years (Bobrow 2016) to 62.9 years (Logan 2012). The proportion of women in the trial samples ranged from 42% (Liu 2015) to 72% (Bobrow 2016).

Settings

All studies recruited from healthcare settings. Logan 2012 recruited from the offices or clinics of physicians practicing in metropolitan Toronto, Canada. Bobrow 2016 recruited from an outpatient chronic disease service in a single, large, public sector clinic in Cape Town, South Africa. Parraga‐Martinez 2017 recruited participants from primary care clinics in three health districts of three Spanish autonomous communities. Liu 2015 recruited from a health management centre in a hospital in Guangzhou, China.

Intervention

The content and delivery of the interventions varied across studies. The intervention evaluated by Bobrow 2016 was specifically designed to primarily focus on medication adherence, with only a few references to other lifestyle modifications such as diet and physical exercise. In two trials, the interventions targeted a combination of behaviours such as lifestyle modifications including healthy diet and physical activity, alongside medication adherence for those prescribed CVD medication (Liu 2015; Parraga‐Martinez 2017). The intervention tested by Logan 2012 was primarily a blood pressure monitoring and feedback (via smartphone) intervention, which could be considered to implicitly target adherence to treatment as well as other health behaviours important for the control blood pressure.

Bobrow 2016 delivered the intervention solely through mobile phone text messages, and the intervention evaluated by Logan 2012 combined blood pressure monitoring with feedback messages delivered via smartphone. In the other studies, the intervention included additional components alongside the mobile delivery component, such as written information and self‐completion cards for participants to record adherence to recommendations (Parraga‐Martinez 2017), and a computerised CVD risk evaluation and a face‐to‐face counselling session (Liu 2015). Three of the studies tested interventions which were delivered only to the participant (Bobrow 2016; Liu 2015; Parraga‐Martinez 2017), while Logan 2012 evaluated an intervention which involved home blood pressure monitoring and feedback to participants' smartphones, alongside an automated fax providing detailed information on the participants' status to their physicians on the day before their next scheduled appointment.

Two studies involved potential users in developing the interventions (Bobrow 2016; Liu 2015), and none of the interventions were developed based on a specific theory. The interventions employed a minimum of three (Logan 2012) to a maximum of 16 (Bobrow 2016) behaviour change techniques. The behaviour change techniques applied in the greatest number of studies were: 'providing feedback on behaviour' (Liu 2015; Logan 2012; Parraga‐Martinez 2017), 'providing information about health consequences' and 'emphasising the salience of consequences' (Bobrow 2016; Liu 2015; Parraga‐Martinez 2017).

Three studies had a duration of the intervention of one year (Bobrow 2016; Liu 2015; Logan 2012). One study had a follow‐up at two years, but it was unclear whether the intervention was delivered throughout the entire study period (Parraga‐Martinez 2017).

Two studies had a control group that received standard care (Liu 2015; Parraga‐Martinez 2017). The control group in Logan 2012 received the same home blood pressure monitoring equipment as the intervention group and a booklet containing information on the measurement of blood pressure, treatment of hypertension and goals of therapy. The control in group in Bobrow 2016 received written information about hypertension and healthy living, and only received text messages that were sent to all trial participants, which were primarily related to trial participation.

Outcomes

All studies reported at least one objective measure related to medication adherence. All four studies measured blood pressure, and two studies measured cholesterol levels (LDL‐C, HDL‐C, TC) (Liu 2015; Parraga‐Martinez 2017). No studies reported outcome data relating to combined CVD events (fatal or non‐fatal). One study reported adverse events, specifically adverse effects of statins and intervention‐related adverse events (Parraga‐Martinez 2017).

Two studies reported indirect measures of adherence to treatment (our secondary outcomes). One study included outcome data on self‐report adherence to lipid‐lowering therapy, measured using the Morisky‐Green Test (Parraga‐Martinez 2017). One trial included self‐reported adherence to medication measured using a visual analogue scale, in addition to a measure of 'proportion of days of medication covered' (defined as the proportion of participants with 80% or more days covered with blood pressure‐lowering medication from prescribing and dispensing data routinely recorded in the clinical record, pharmacy record and Chronic Dispensing Unit record) (Bobrow 2016). This trial also included a measure of quality of life (health status measured with the EuroQol Group 5‐Dimension Self‐Report Questionnaire) and reported deaths (including those caused by CVD events) occurring during the trial (Bobrow 2016). Two trials reported data relating to our process measures including satisfaction with the intervention (Parraga‐Martinez 2017), and adherence to the intervention home blood pressure monitoring schedule (Logan 2012).

Funding

All four studies reported the source of funding; these were charitable body and research council (Bobrow 2016), government body and EU (Parraga‐Martinez 2017), charitable body (Logan 2012), and government body (Liu 2015).

Further information requested

Three of the trials identified for inclusion in this review included participants who had, and participants who had not, been prescribed CVD prevention medication (Liu 2015; Logan 2012; Parraga‐Martinez 2017). We contacted trial authors to request the trial data for only these participants, but received no responses. Therefore, we extracted primary outcome data of objective measures of medication adherence (e.g. blood pressure, LDL‐C, etc.) for these mixed populations. We also contacted authors of one trial for information relating to the proportion of participants who had previously experienced a CVD event and received this information (Bobrow 2016).

Excluded studies

See Characteristics of excluded studies table for details of excluded studies.

Ongoing studies

We identified six ongoing studies (see Characteristics of ongoing studies table). Three of these studies are being conducted in high‐income settings (Australia, 2000 participants (Redfern 2014); USA, 4076 participants (Choudhry 2016); UK, 1010 participants (Franssen 2017)). One study is being carried out in 'low resource settings' in Argentina (an upper‐ to middle‐income country; expected 357 participants) (Gulayin 2017), one study in China, an upper‐ to middle‐income country (330 participants) (Xu 2017), and one study in India (low‐ to middle‐income country; 3702 participants) (Jha 2017).

Risk of bias in included studies

Details of the risk of bias assessments for each of the included studies are presented in the 'Risk of Bias' tables in the Characteristics of included studies table, and in Figure 2 and Figure 3.


Risk of bias graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.

Risk of bias graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.


Risk of bias summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.

Risk of bias summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.

Allocation

Three studies reported adequate random sequence generation and were at low risk of bias for this domain (Bobrow 2016; Liu 2015; Parraga‐Martinez 2017). One study did not provide sufficient information and therefore was at unclear risk of bias for random sequence generation (Logan 2012).

One study described their allocation concealment adequately and was at low risk of bias in this domain (Bobrow 2016). The other three studies did not provide sufficient information on their allocation procedures and therefore were at unclear risk of bias for allocation concealment (Liu 2015; Logan 2012; Parraga‐Martinez 2017).

Blinding

In all four included studies the nature of the interventions precluded blinding of participants. However, blinding of personnel may have been possible. One study specifically stated that personnel were not blinded to group assignment (Liu 2015). Two studies stated that personnel were blinded (Bobrow 2016; Parraga‐Martinez 2017), and in one study it was not clear whether personnel were blinded (Logan 2012). No trials were at low risk of bias for blinding of both personnel and participants.

For the blinding of outcome assessment domain, one study provided sufficient detail relating to the blinding of outcome assessors and the use of automated outcome measurements with data transmitted directly to the trial database and as a result, was at low risk of bias on this domain (Bobrow 2016). The remaining three studies did not provide sufficient details for this domain and were judged as being at unclear risk of bias (Liu 2015; Logan 2012; Parraga‐Martinez 2017).

Incomplete outcome data

Three studies had high rates of follow‐up (85% or greater) with no evidence of differential loss to follow‐up and were at low risk of bias on the incomplete outcome data domain (Bobrow 2016; Logan 2012; Parraga‐Martinez 2017). One study reported that 27.5% of participants did not attend for follow‐up, and that they differed from those who did attend for follow‐up based on several characteristics. The study also reported that these missing values were likely to have little impact on the primary outcome based on sensitivity analyses. However, it is unclear whether this may have affected other outcomes, and so this study was judged as being at unclear risk of bias on this domain (Liu 2015).

Selective reporting

One study reported outcomes as planned in their protocol, with the exception of one outcome that was reported in protocol, but not in the trial report (‘hypertension knowledge'). This trial began recruiting in June 2012, but details of the protocol were not registered until December 2013, and so we cannot be certain as to what was planned before the trial commenced. Therefore, we judged this study at unclear risk of bias on the selective reporting domain (Bobrow 2016). Two of the other trials also appeared to have been registered after recruitment had begun, and therefore were also judged at unclear risk of bias (Liu 2015; Logan 2012). One study reported all outcomes as planned in the protocol with the exception of cardiovascular events occurring during the study period. This was considered an important outcome; however, it was not clear whether this outcome was not reported because no events occurred. Therefore, this trial was at unclear risk of bias on this domain (Parraga‐Martinez 2017).

Other potential sources of bias

All four trials were at low risk of 'other' bias; all studies were funded by government bodies, charitable bodies or research councils (Bobrow 2016; Liu 2015; Logan 2012; Parraga‐Martinez 2017).

Effects of interventions

See: Summary of findings for the main comparison Mobile phone interventions compared to usual care for improving adherence to medication prescribed for primary prevention of cardiovascular disease

We did not pool results in a meta‐analysis as the content and delivery mechanisms of the interventions were heterogeneous. The intervention assessed by Bobrow 2016 was designed to focus on medication adherence and delivered solely through SMS. The intervention tested by Logan 2012 was a blood pressure monitoring and feedback (via smartphone) intervention. The Parraga‐Martinez 2017 intervention targeted a combination of lifestyle modifications, alongside medication adherence for those prescribed CVD medication and was delivered through text messages, written information pamphlets and self‐completion cards for participants. Finally, the intervention evaluated by Liu 2015 targeted healthy lifestyle alongside treatment regimens with a multi‐component intervention comprising of text messages, a computerised CVD risk evaluation and face‐to‐face counselling. Based on these differences, we considered that pooling data from these trials would not have been appropriate.

In generating the narrative forest plots, we also checked heterogeneity statistically (I2 greater than 90% for systolic blood pressure (SBP) and diastolic blood pressure (DBP); I2 = 0% for TC; I2 = 73% for LDL‐C; I2 = 0% for HDL‐C). Based on these findings, we considered pooling results from the two studies which reported on TC and HDL outcomes; however, we still considered the interventions too distinct to warrant meaningful pooling (specifically, one intervention included face‐to‐face counselling (Liu 2015), whereas the other consisted of written information and text messages (Parraga‐Martinez 2017)).

We present results narratively, below, and in Analysis 1.1; Analysis 1.2; Analysis 1.3; Analysis 1.4; Analysis 1.5.

Primary outcomes

Objective measures of adherence to treatment
Cholesterol

Two trials reported LDL‐C levels (Analysis 1.1), one of which showed a reduction in LDL‐C (MD in reduction: 9.20 mg/dL, 95% CI 0.70 to 17.70, P = 0.034; 304 participants) (Parraga‐Martinez 2017), while the other demonstrated no evidence of intervention effect on LDL‐C (MD 0.77 mg/dL, 95% CI –4.64 to 6.18; 589 participants) (Liu 2015) (note: we converted mmol/L cholesterol to mg/dL using a multiplier of 38.67 as recommended by Rugge 2011). We judged the evidence relating to the intervention effect on LDL‐C to be of low quality due to both trials contributing to this comparison being at unclear risk of bias across multiple domains, and the inconsistency in effect estimates across studies.

These two trials also reported TC finding evidence of intervention benefit (Analysis 1.2). Parraga‐Martinez 2017 showed an MD in the reduction of TC of 9.7 mg/dL (95% CI 0.30 to 19.10; P = 0.041) for the intervention compared with control group, and Liu 2015 recorded an MD in reduction of TC of 10.05 mg/dL (95% CI –17.01 to –3.09).

Neither trial found evidence for an adverse effect on HDL‐C (Analysis 1.3) (MD 1.16 mg/dL, 95% CI –1.55 to 3.87 (Liu 2015); MD 0.10 mg/dL, 95% CI –2.60 to 2.80 (Parraga‐Martinez 2017)).

Blood pressure

All four studies reported data for blood pressure, of which three trials showed a beneficial intervention effect (Analysis 1.4; Analysis 1.5). We judged the evidence relating to SBP of low quality due inconsistent outcome effects, and because all four of the trials were at unclear risk of bias across multiple domains. Three trials measured DBP as an outcome and we considered this to constitute low‐quality evidence due to all three trials being at unclear risk of bias across multiple domains, and inconsistency between studies in the degree to which the outcome was affected.

Bobrow 2016 (1372 participants) reported a greater reduction in mean SBP from baseline to 12‐month follow‐up in the intervention group receiving information‐only text messages compared with the control group (MD –2.2 mmHg, 95% CI –4.4 to 0.00; P = 0.046), but no difference between the intervention group receiving interactive text messaging and the control group (MD –1.6 mmHg, 95% CI –3.70 to 0.50, P = 0.16). Bobrow 2016 also presented the proportion of participants achieving SBP and DBP less than 140/90 mmHg. They found evidence of benefit for both the information‐only text messaging intervention group (65% with information‐only text messaging versus 58% with control; odds ratio (OR) 1.42, 95% CI 1.03 to 1.95; P = 0.033), and the interactive text messaging group (65% with interactive text messaging versus 58% with control; OR 1.41, 95% 1.02 to 1.95; P = 0.038), compared with the control group receiving usual care (Bobrow 2016).

Logan 2012 showed a greater reduction in SBP and DBP in the intervention group compared with control group at 12 months for: 24‐hour blood pressure and daytime ambulatory blood pressure (mean between‐group difference in change (standard error (SE)): 24‐hour SBP: –6.8 mmHg (SE 2.4); P = 0.005; 24‐hour DBP: –3.6 mmHg (SE 1.3); P = 0.006; daytime SBP: –7.10 mmHg (SE 2.3); P = 0.003; daytime DBP: –3.9 mmHg (SE 1.3) P = 0.003)). However, there was at best only weak evidence of a benefit for change in night‐time blood pressure (SBP: –4.7 mmHg (SE 2.8); P = 0.098; DBP: –2.3 mmHg (SE 1.6); P = 0.16) (105 participants) (Logan 2012).

Liu 2015 also found evidence of a beneficial intervention effect on blood pressure at 12 months, with an MD between the intervention and control group for SBP of –12.45 mmHg (95% CI –15.02 to –9.88) and for DBP of –12.23 (95% CI –14.03 to –10.43) (589 participants).

However, Parraga‐Martinez 2017 found no evidence of a benefit of their intervention for reducing blood pressure at two years, with an MD in change of 0.83 mmHg (95% CI –2.67 to 4.33) for SBP, and 1.64 mmHg (95% CI –0.55 to 3.83) for DBP (304 participants).

Heart rate

No studies reported heart rate.

Urinary 11‐dehydrothromboxane B2

No studies reported urinary 11‐dehydrothromboxane B.

Combined cardiovascular disease event (fatal or non‐fatal events)

No studies reported on combined CVD events.

Adverse effects

Based on two trials, we found low‐quality evidence that the mobile phone‐based interventions under study did not lead to adverse events. The evidence was of low quality due to the studies being at unclear risk of bias across multiple domains, and the potential for imprecision in effect estimates resulting from the very low number of events. One study (1372 participants) reported no adverse events attributable to the intervention (Bobrow 2016). The other study (304 participants) reported that there were no differences between groups in experiencing adverse effects of statins (intervention group: seven events; control group: 10 events), and no participants reported intervention‐related adverse events (Parraga‐Martinez 2017). The other two trials did not report on adverse events (Liu 2015; Logan 2012).

Secondary outcomes

Indirect measures of adherence to treatment

An overview of the trial results relating to indirect measures of medication adherence is presented in Table 1. Bobrow 2016 (1372 participants) presented 12‐month outcome data for the median difference in the proportion of days covered by dispensed medication, finding evidence of a modest benefit for both the information‐only text messaging intervention group (83.3% with intervention versus 79.2% with control; median difference 5.2, quartiles 1‐3: 1.5 to 8.9; P = 0.006), and the interactive text messaging group (83.3% with intervention versus 79.2% with control; median difference: 3.8, quartiles 1‐3: 0.03 to 7.6; P = 0.048), compared with the control group receiving usual care (Bobrow 2016). There were similar results for the outcome of achieving 80% or more days covered (information‐only text messaging group versus control: OR 1.86, 95% CI 1.39 to 2.49; P < 0.001; interactive text messaging group versus control: OR 1.60, 95% CI 1.20 to 2.16; P = 0.002) (it is not clear how the underlying proportions compared as the authors did not report the proportion achieving 80% or more days covered for the control group). However, there was no evidence of benefit for the outcome of self‐reported medication adherence (information‐only text messaging group versus control: median difference 0.04, quartiles 1‐3: –0.1 to 0.2; P = 0.70; interactive text messaging group versus control: median difference 0.02, quartiles 1‐3: –0.2 to 0.2, P = 0.80).

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Table 1. Indirect measures of adherence

Trial

Outcome measure

Comparison

Intervention

Number (intervention)

Control

Number (Control)

Narrative results

Bobrow 2016

(1‐year follow‐up)

Proportion of days covered by dispensed medicine

Information‐only SMS vs control

83.3% (95% CI 69.3 to 91.7)

457

79.2% (95% CI 64.6 to 91.4)

458

Median difference 5.2, quartiles 1‐3: 1.5 to 8.9; P = 0.006

Interactive SMS vs control

83.3% (95% CI 66.7 to 91.7)

457

79.2% (95% CI 64.6 to 91.4)

458

Median difference 3.8; quartiles 1‐3: 0.03 to 7.6; P = 0.048

Proportion of participants with proportion of days covered ≥ 80%

Information‐only SMS vs control

63%

457

49.4%

458

Adjusted odds ratio 1.86, 95% CI 1.39 to 2.49; P < 0.001

Interactive SMS vs control

60%

457

49.4%

458

Adjusted odds ratio 1.60, 95% CI 1.20 to 2.16; P = 0.002

Self‐reported medication adherence (score range 5–10)

Information‐only SMS vs control

10 (quartiles 1‐3: 9 to 10)

457

10 (quartiles 1‐3: 9 to 10)

458

Median difference 0.04, 95% CI –0.1 to 0.2; P = 0.70

Interactive SMS vs control

10 (quartiles 1‐3: 9 to 10)

457

10 (quartiles 1‐3: 9 to 10)

458

Median difference 0.02, 95% CI –0.2 to 0.2; P = 0.80

Parraga‐Martinez 2017

(2‐year follow‐up)

Proportion adherent according to self‐reported medication adherence (measured using 'adapted Morisky‐Green test')

77.2%

Disaggregated not reported

64.1%

Disaggregated not reported

P = 0.029

220 in total, not reported by group

CI: confidence interval; SMS: short messaging service.

Parraga‐Martinez 2017 also reported outcome data for self‐reported adherence to treatment (specifically to lipid‐lowering therapy) measured using the Morisky‐Green Test, among those participants prescribed lipid‐lowering therapy. This study found evidence of benefit for the outcome of proportion of participants reporting adherence at two years' postrandomisation (77.2% with intervention versus 64.1% with control; P = 0.029, 220 participants).

Fatal cardiovascular events

Bobrow 2016 (1372 participants) reported that two participants in the information‐only text messaging group died due to ischaemic heart disease, two participants in the interactive text messaging group died due to congestive cardiac failure and there were no deaths in the control group known to be due to CVD. There were slightly more participants in the usual care arm who were lost to follow‐up due to the reason of 'lost contact' (14 participants), compared to the information SMS arm (seven participants), and the interactive SMS arm (seven participants). Therefore, it is possible that this differential lost to follow‐up due to lost contact could have underestimated deaths, including those due to CVD, in the usual care arm.

Non‐fatal cardiovascular events

No studies reported non‐fatal cardiovascular events.

Health‐related quality of life assessed using validated instruments

Bobrow 2016 reported the median difference in quality of life as measured by the Euro‐Qol 5‐Dimension Index, finding no effect of the information‐only text messages (median difference 0.01, quartiles 1‐3: –0.01 to 0.02; P = 0.50) or the interactive text messages (median difference: 0.003, quartiles 1‐3: –0.02 to 0.02; P = 0.73) compared with the control group.

Cognitive outcomes

Bobrow 2016 measured satisfaction with treatment and found no evidence of difference between intervention arms and control arm (information‐only text messaging group versus control: median difference 0, quartiles 1‐3: –0.3 to 0.3; P > 0.99; interactive text messaging group versus control: median difference 0, quartiles 1‐3: –0.3 to 0.3; P > 0.99).

Costs

No studies reported costs.

Process measures

Parraga‐Martinez 2017 recorded satisfaction with the intervention, finding that 90.8% (95% CI 85.9 to 95.7) of the 155 intervention group participants reported being satisfied or very satisfied with the intervention at two years' postrandomisation. Logan 2012 recorded a 65.4% (standard deviation 30) adherence rate to the home blood pressure measurement schedule (taking a minimum of eight readings per weeks) in the intervention group. Bobrow 2016 reported that 50% of participants allocated to the interactive SMS intervention arm responded to messaging. No studies reported on other process indicators such as measures relating to the proportion of intervention received/used.

Discusión

available in

Resumen de los resultados principales

Esta revisión proporcionó evidencia de baja calidad con respecto a los efectos de las intervenciones de adherencia administradas por teléfono móvil; algunos ensayos informaron efectos beneficiosos y otros no. Hubo evidencia de baja calidad de que las intervenciones no causaron efectos perjudiciales. En la presente revisión se identificaron cuatro ensayos y ninguno tuvo bajo riesgo de sesgo. Un ensayo evaluó una intervención dirigida a la adherencia a la medicación mediante mensajes de texto y un ensayo evaluó un sistema de monitorización de la presión arterial que proporcionó retroalimentación a los participantes a través de mensajes de teléfonos inteligentes. Los otros dos ensayos fueron de intervenciones dirigidas a las modificaciones para un estilo de vida saludable de una manera más general, incluida la adherencia a la medicación; una se proporcionó mediante mensajes de texto, folletos de información escritos y tarjetas de autorregistro por parte de los participantes y la otra mediante una combinación de mensajes de texto, una evaluación informatizada del riesgo de EC y asesoramiento presencial. Debido a estas diferencias en el contenido y la administración de las intervenciones los resultados no se agruparon en un metanálisis.

Se consideró que el grupo de evidencia con respecto al efecto de las intervenciones con teléfonos móviles fue de baja calidad para los resultados relacionados con la presión arterial y el colesterol, debido a que los ensayos tuvieron alto riesgo de sesgo en múltiples dominios y a la inconsistencia en los efectos de los resultados. El ensayo de la intervención con mensajes de texto dirigida a la adherencia mostró una reducción pequeña de la PAS para el brazo de intervención al que se le proporcionaron mensajes de texto de información solamente, pero no se encontró evidencia de un efecto beneficioso para el segundo brazo de intervención, al que se le proporcionó interactividad además de los mensajes de texto con información. Bobrow 2016 informó que solo el 50% de los participantes asignados al brazo de intervención de SMS interactivo respondió a los mensajes, lo que puede ser indicativo de una participación relativamente baja con esta característica. Ambos brazos demostraron un aumento de la proporción de participantes que lograron el umbral recomendado para la PAS y la PAD, con una diferencia de riesgo moderada del 7% entre los grupos intervención y control (Bobrow 2016). Una de las dos medidas indirectas de adherencia también mostró mejorías y no hubo diferencias en las muertes relacionadas con la EC, la calidad de vida relacionada con la salud o los resultados cognitivos (satisfacción con el tratamiento) (Bobrow 2016). El estudio que examinó el efecto de la monitorización de la presión arterial y los mensajes a través de teléfonos inteligentes informó un efecto beneficioso moderado de la intervención con respecto a las seis medidas de resultado de presión arterial (Logan 2012). Hubo evidencia mixta de un efecto beneficioso en dos ensayos dirigidos a la adherencia con la medicación además del asesoramiento sobre el estilo de vida. Liu 2015 informó efectos beneficiosos en la PAS y la PAD, pero Parraga‐Martinez 2017 no informó dichos efectos. Ambos ensayos informaron un efecto beneficioso de la intervención sobre la disminución del CT (Liu 2015; Parraga‐Martinez 2017); sin embargo, solo Parraga‐Martinez 2017 encontró un efecto sobre el LDL‐C. Solamente un ensayo incluyó una medida indirecta de adherencia e informó un efecto beneficioso sobre la adherencia autoinformada a la medicación (Parraga‐Martinez 2017). En ambos ensayos la contribución informada del aumento de la adherencia a las reducciones del colesterol y la presión arterial fue poco clara debido a la inclusión de una mezcla de participantes a los que se les había prescrito o no medicación para la EC (Liu 2015; Parraga‐Martinez 2017).

Dos ensayos informaron los eventos adversos y proporcionaron evidencia de baja calidad de que las intervenciones no causaron efectos perjudiciales (Bobrow 2016; Parraga‐Martinez 2017).

Compleción y aplicabilidad general de las pruebas

La generalizabilidad de esta revisión estuvo limitada por el número pequeño de ensayos identificados para inclusión. Debido a que uno de los criterios de inclusión fue que los ensayos tuvieran un seguimiento mínimo de un año, es posible asegurar que los resultados son aplicables a los comportamientos y los resultados de adherencia a la medicación mantenidos a más largo plazo. Ningún estudio informó eventos cardiovasculares no mortales, lo que significa que no fue posible establecer si los efectos beneficiosos moderados observados en los ensayos individuales para el colesterol y la presión arterial se traducen en resultados relevantes para los pacientes. Dos estudios se realizaron en ámbitos de países de ingresos altos y dos en contextos de países de ingresos medios, lo que significa que no está clara la aplicabilidad de estos resultados a otros contextos como los de bajos ingresos. Cuatro de los seis estudios en curso identificados se realizan en países de ingresos altos; sin embargo, un ensayo se realiza en "contextos de bajos recursos" en Argentina y uno en un condado de ingreso bajos a medios (India), lo que puede proporcionar más información sobre la aplicabilidad de los resultados en diferentes contextos (Gulayin 2017).

Calidad de la evidencia

Mediante la metodología GRADE se evaluó la calidad de la evidencia para la síntesis narrativa de los resultados objetivos de la adherencia a la medicación (LDL‐C, PAS y PAD), los resultados cognitivos y los eventos adversos. La evidencia fue de baja calidad para la mayoría de los resultados. La calidad de la evidencia con respecto a los resultados objetivos de la adherencia a la medicación se disminuyó un nivel debido a la inconsistencia en la estimación del efecto, que incluyó efectos de mejoría clínicamente significativa y efectos nulos. La calidad de la evidencia con respecto a los cinco resultados considerados se disminuyó un nivel porque ninguno de los estudios incluidos tuvo bajo riesgo de sesgo. Tres de los cuatro estudios tuvieron riesgo incierto de sesgo en al menos cuatro de los dominios, lo que indica una calidad deficiente en el informe de los métodos de estos estudios y limita la capacidad para hacer valoraciones claras acerca del nivel del riesgo de sesgo. Finalmente, la evidencia con respecto al resultado cognitivo de satisfacción con el tratamiento también se disminuyó debido a falta de direccionalidad, porque se basó en un ensayo realizado en un contexto único.

Dos ensayos de intervenciones dirigidas a modificaciones más amplias del estilo de vida, incluida la adherencia a la medicación, incluyeron una mezcla de participantes a los que se les había o no prescrito medicación para la prevención de las EC, por lo que en ambos ensayos la contribución informada del aumento de la adherencia a las reducciones en el colesterol y la presión arterial no estuvo clara (Liu 2015; Parraga‐Martinez 2017).

Sesgos potenciales en el proceso de revisión

Hubo limitaciones en los datos de resultado que se pudieron extraer debido a la imposibilidad de obtener información adicional de los autores de los estudios, así como datos para subconjuntos de participantes específicos de los ensayos incluidos. No está claro si los datos adicionales habrían alterado los resultados generales de la revisión. La imposibilidad de realizar un metanálisis significa que la presente revisión no puede beneficiarse de examinar el efecto sintético basado en tamaños de la muestra más grandes que los de los ensayos individuales. Además, el sesgo de publicación, mediante el cual es más probable que se publiquen los ensayos con hallazgos positivos, puede haber sesgado la selección de los estudios incluidos en esta revisión. Sin embargo, se realizaron esfuerzos para superar dicho sesgo mediante la búsqueda en los registros de ensayos clínicos de los estudios registrados de manera prospectiva. Se adoptó la decisión de incluir solamente ensayos con un seguimiento mínimo de un año para que los resultados fueran aplicables al cambio de comportamiento de adherencia a la medicación mantenido a más largo plazo que, por lo tanto, sería más importante para mejorar el estado de salud. Lo anterior significa que no es posible formular observaciones sobre la efectividad de las intervenciones con teléfonos móviles para la adherencia a corto plazo a la medicación prescrita para la prevención primaria de las EC.

Acuerdos y desacuerdos con otros estudios o revisiones

La presente revisión encontró evidencia mixta de los efectos de las intervenciones administradas por teléfonos móviles para aumentar la adherencia a la medicación prescrita para la prevención primaria de las EC y ausencia de efectos perjudiciales, lo que es consistente con una revisión Cochrane que examina la efectividad de las intervenciones con mensajes de texto para mejorar la adherencia a la medicación prescrita para la prevención secundaria de las EC (Adler 2017). Estos hallazgos coinciden en gran medida con las revisiones sistemáticas relacionadas con las intervenciones sanitarias con móviles para mejorar la adherencia a la medicación en diferentes afecciones, aunque dichas revisiones incluyeron estudios a corto plazo y diseños no ECA, que están sujetos a sesgo (Anglada‐Martinez 2015; Park 2014b). Una revisión sistemática que examinó ECA de monitorización e intervenciones con mensajes dirigidas a la adherencia a la medicación para el tratamiento de la diabetes tipo 2 no encontró evidencia de mejoría en la adherencia a la medicación en sus metanálisis agrupados de cinco ensayos (Farmer 2016). El hallazgo de la presente revisión de que una intervención proporcionada por mensajes de texto solamente informó efectos beneficiosos pequeños, algunos de los cuales lograron significación estadística, es consistente con los resultados de los ensayos que utilizaron SMS solamente dirigidos a la adherencia a la medicación del VIH, que también informan efectos beneficiosos pequeños de significación clínica y estadística dudosas (da Costa 2012; Orrell 2015; Pop‐Eleches 2011; Sabin 2015). Los efectos beneficiosos informados de la intervención de monitorización y SMS son consistentes con los efectos beneficios moderados de las intervenciones de monitorización en general (Carrasco 2008; Lim 2011; McKinstry 2013; Yoo 2009). Los efectos beneficios pequeños o moderados informados pueden reflejar los retos inherentes a la mejoría de la adherencia, y a los hallazgos en general no concluyentes con respecto a las intervenciones de adherencia, que se han señalado previamente en una revisión Cochrane de todas las intervenciones de adherencia (Nieuwlaat 2014).

Study flow diagram.
Figures and Tables -
Figure 1

Study flow diagram.

Risk of bias graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.
Figures and Tables -
Figure 2

Risk of bias graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.

Risk of bias summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.
Figures and Tables -
Figure 3

Risk of bias summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.

Comparison 1 Mobile phone intervention versus control, Outcome 1 Change in low‐density lipoprotein cholesterol (mg/dL).
Figures and Tables -
Analysis 1.1

Comparison 1 Mobile phone intervention versus control, Outcome 1 Change in low‐density lipoprotein cholesterol (mg/dL).

Comparison 1 Mobile phone intervention versus control, Outcome 2 Change in total cholesterol (mg/dL).
Figures and Tables -
Analysis 1.2

Comparison 1 Mobile phone intervention versus control, Outcome 2 Change in total cholesterol (mg/dL).

Comparison 1 Mobile phone intervention versus control, Outcome 3 Change in high‐density lipoprotein cholesterol (mg/dL).
Figures and Tables -
Analysis 1.3

Comparison 1 Mobile phone intervention versus control, Outcome 3 Change in high‐density lipoprotein cholesterol (mg/dL).

Comparison 1 Mobile phone intervention versus control, Outcome 4 Change in systolic blood pressure (mmHg).
Figures and Tables -
Analysis 1.4

Comparison 1 Mobile phone intervention versus control, Outcome 4 Change in systolic blood pressure (mmHg).

Comparison 1 Mobile phone intervention versus control, Outcome 5 Change in diastolic blood pressure (mmHg).
Figures and Tables -
Analysis 1.5

Comparison 1 Mobile phone intervention versus control, Outcome 5 Change in diastolic blood pressure (mmHg).

Summary of findings for the main comparison. Mobile phone interventions compared to usual care for improving adherence to medication prescribed for primary prevention of cardiovascular disease

Mobile phone interventions compared to usual care for improving adherence to medication prescribed for primary prevention of cardiovascular disease

Patient or population: people prescribed medication for primary prevention of cardiovascular disease
Setting: community‐based primary care or outpatient clinics in high‐income (Canada, Spain) and upper‐ to middle‐income countries (South Africa, China)
Intervention: mobile phone‐based interventions
Comparison: usual care

Outcomes

Impact

№ of participants
(studies)

Quality of the evidence
(GRADE)

Cholesterol (low‐density lipoprotein)
follow‐up: range 1–2 years

1 study found evidence of a small beneficial intervention effect on reducing LDL‐C (–9.20 mg/dL), and 1 study found a very small increase in LDL‐C (0.77 mg/dL) with wide confidence intervals that included no effect.

893
(2 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,b

Systolic blood pressure
follow‐up: range 1–2 years

3 of the 4 studies found lower systolic blood pressure with mobile phone interventions, but the size of effect varied. 2 studies showed moderate and large reductions in systolic blood pressure (–7.10 and –12.45 mmHg). 1 multi‐arm trial found small reductions with information‐only text messages (–2.1) and interactive text messaging (–1.6 mmHg) arms. 1 study found a slight increase in blood pressure (0.83 mmHg) but with wide confidence intervals that included no effect.

2194
(4 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,b

Diastolic blood pressure
follow‐up: range 1–2 years

2 of 3 studies found lower diastolic blood pressure with mobile phone interventions, but the size of the effect varied. 2 studies showed large and small reductions in diastolic blood pressure (–12.23 and –3.90 mmHg), and 1 study found a slight increase in diastolic blood pressure (1.64 mmHg) but with wide confidence intervals that included no effect.

998
(3 RCTs)

⊕⊕⊝⊝

Lowa,b

Combined CVD events

Not reported

(0 studies)

Adverse events
follow‐up: range 1–2 years

1 study reported that there were 0 adverse events attributable to the intervention. 1 study report that there was no difference between groups in experience adverse effects of statins, and that 0 participants reported intervention‐related adverse events.

1500
(2 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowb,c

Cognitive outcome: satisfaction with treatment
follow‐up: mean 1 year

1 study measured satisfaction with treatment, and found no evidence of a difference between intervention and control arms.

1190
(1 RCT)

⊕⊕⊝⊝
Lowd,e

LDL‐C: low‐density lipoprotein cholesterol; RCT: randomised controlled trial.

GRADE Working Group grades of evidence
High quality: we are very confident that the true effect lies close to that of the estimate of the effect.
Moderate quality: we are moderately confident in the effect estimate: the true effect is likely to be close to the estimate of the effect, but there is a possibility that it is substantially different.
Low quality: our confidence in the effect estimate is limited: the true effect may be substantially different from the estimate of the effect.
Very low quality: we have very little confidence in the effect estimate: the true effect is likely to be substantially different from the estimate of effect.

aDowngraded one level for inconsistency: trial results included large variations in the degree to which the outcome was affected.

bDowngraded one level for risk of bias: all trials at unclear risk of bias on multiple domains.

cDowngraded one level for imprecision: very low number of events.

dDowngraded one level for indirectness: based on a single trial conducted in a single setting (public sector clinic in Cape Town, South Africa).

eDowngraded one level for risk of bias: trial at unclear risk of bias on two domains.

Figures and Tables -
Summary of findings for the main comparison. Mobile phone interventions compared to usual care for improving adherence to medication prescribed for primary prevention of cardiovascular disease
Table 1. Indirect measures of adherence

Trial

Outcome measure

Comparison

Intervention

Number (intervention)

Control

Number (Control)

Narrative results

Bobrow 2016

(1‐year follow‐up)

Proportion of days covered by dispensed medicine

Information‐only SMS vs control

83.3% (95% CI 69.3 to 91.7)

457

79.2% (95% CI 64.6 to 91.4)

458

Median difference 5.2, quartiles 1‐3: 1.5 to 8.9; P = 0.006

Interactive SMS vs control

83.3% (95% CI 66.7 to 91.7)

457

79.2% (95% CI 64.6 to 91.4)

458

Median difference 3.8; quartiles 1‐3: 0.03 to 7.6; P = 0.048

Proportion of participants with proportion of days covered ≥ 80%

Information‐only SMS vs control

63%

457

49.4%

458

Adjusted odds ratio 1.86, 95% CI 1.39 to 2.49; P < 0.001

Interactive SMS vs control

60%

457

49.4%

458

Adjusted odds ratio 1.60, 95% CI 1.20 to 2.16; P = 0.002

Self‐reported medication adherence (score range 5–10)

Information‐only SMS vs control

10 (quartiles 1‐3: 9 to 10)

457

10 (quartiles 1‐3: 9 to 10)

458

Median difference 0.04, 95% CI –0.1 to 0.2; P = 0.70

Interactive SMS vs control

10 (quartiles 1‐3: 9 to 10)

457

10 (quartiles 1‐3: 9 to 10)

458

Median difference 0.02, 95% CI –0.2 to 0.2; P = 0.80

Parraga‐Martinez 2017

(2‐year follow‐up)

Proportion adherent according to self‐reported medication adherence (measured using 'adapted Morisky‐Green test')

77.2%

Disaggregated not reported

64.1%

Disaggregated not reported

P = 0.029

220 in total, not reported by group

CI: confidence interval; SMS: short messaging service.

Figures and Tables -
Table 1. Indirect measures of adherence
Comparison 1. Mobile phone intervention versus control

Outcome or subgroup title

No. of studies

No. of participants

Statistical method

Effect size

1 Change in low‐density lipoprotein cholesterol (mg/dL) Show forest plot

2

Mean Difference (Fixed, 95% CI)

Totals not selected

2 Change in total cholesterol (mg/dL) Show forest plot

2

Mean Difference (Fixed, 95% CI)

Totals not selected

3 Change in high‐density lipoprotein cholesterol (mg/dL) Show forest plot

2

Mean Difference (Fixed, 95% CI)

Totals not selected

4 Change in systolic blood pressure (mmHg) Show forest plot

4

Mean Difference (Fixed, 95% CI)

Totals not selected

5 Change in diastolic blood pressure (mmHg) Show forest plot

3

Mean Difference (Fixed, 95% CI)

Totals not selected

Figures and Tables -
Comparison 1. Mobile phone intervention versus control