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Intervenciones con música para mejorar los resultados psicológicos y físicos en pacientes con cáncer

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Antecedentes

Tener cáncer puede dar lugar a un gran sufrimiento emocional, físico y social. Las intervenciones con música se han utilizado para aliviar los síntomas y los efectos secundarios del tratamiento en pacientes con cáncer.

Objetivos

Evaluar y comparar los efectos de la musicoterapia y las intervenciones médicas con música en los resultados psicológicos y físicos de los pacientes con cáncer.

Métodos de búsqueda

Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL) (2016, número 1), MEDLINE, Embase, CINAHL, PsycINFO, LILACS, Science Citation Index, CancerLit, CAIRSS, Proquest Digital Dissertations, ClinicalTrials.gov, Current Controlled Trials, the RILM Abstracts of Music Literature, http://www.wfmt.info/Musictherapyworld/ y en el National Research Register. Se realizaron búsquedas en todas las bases de datos, a excepción de las dos últimas, desde su inicio hasta enero 2016; las otras dos ya no son funcionales, por lo que se buscó en ellas hasta su fecha de terminación. Se realizaron búsquedas manuales en revistas de musicoterapia, se revisaron las listas de referencias y se estableció contacto con expertos. No hubo restricciones de idioma.

Criterios de selección

Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorios y cuasialeatorios de intervenciones con música para mejorar los resultados psicológicos y físicos en pacientes adultos y pediátricos con cáncer. Se excluyeron los participantes sometidos a biopsia y aspiración con fines diagnósticos.

Obtención y análisis de los datos

Dos autores de la revisión, de forma independiente, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo. De ser posible, los resultados se presentaron en metanálisis mediante diferencias de medias y diferencias de medias estandarizadas. Se utilizaron las puntuaciones posteriores a las pruebas. En los casos de diferencias iniciales significativas se utilizaron las puntuaciones de cambio.

Resultados principales

Se identificaron 22 nuevos ensayos para su inclusión en esta actualización. En general, las pruebas de esta revisión se basan en 52 ensayos con 3731 participantes. Se incluyeron intervenciones con musicoterapia proporcionadas por musicoterapeutas capacitados, así como intervenciones médicas con música, que se definen como escuchar música pregrabada proporcionada por el personal médico. Veintitrés ensayos se categorizaron como ensayos de musicoterapia y 29 como ensayos de medicina con música.

Los resultados indican que las intervenciones con música pueden tener un efecto beneficioso sobre la ansiedad en los pacientes con cáncer, con una reducción promedio informada en la ansiedad de 8,54 unidades (intervalo de confianza [IC] del 95%: ‐12,04 a ‐5,05; p < 0,0001) en la escala Spielberger State Anxiety Inventory ‐ State Anxiety (STAI‐S) (rango: 20 a 80) y ‐0,71 unidades estandarizadas (13 estudios, 1028 participantes; IC del 95%: ‐0,98 a ‐0,43; P < 0,00001; pruebas de baja calidad) en otras escalas de ansiedad, un efecto de moderado a grande. Los resultados también indicaron una repercusión positiva moderadamente grande, sobre la depresión (siete estudios, 723 participantes; diferencia de medias estandarizada (DME): ‐0,40; IC del 95%: ‐0,74 a ‐0,06, p = 0,02; pruebas de muy baja calidad), pero debido a la calidad muy baja de las pruebas para este resultado se debe interpretar con precaución. No se encontraron pruebas que apoyaran un efecto de las intervenciones con música sobre el estado de ánimo o la angustia.

Las intervenciones con música pueden dar lugar a reducciones pequeñas en la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial, pero no parecen repercutir en el nivel de saturación de oxígeno. Se encontró un efecto grande en el alivio del dolor (siete estudios, 528 participantes; DME: ‐0,91; IC del 95%: ‐1,46 a ‐0,36; p = 0,001, pruebas de baja calidad). Además, las intervenciones con música tuvieron un efecto pequeño a moderado sobre la fatiga (seis estudios, 253 participantes; DME: ‐0,38; IC del 95%: ‐0,72 a ‐0,04; P = 0,03; pruebas de baja calidad), pero no se encontraron pruebas sólidas de mejoría en el funcionamiento físico.

Los resultados indican un efecto grande de las intervenciones con música sobre la calidad de vida (CdV) de los pacientes, pero los resultados fueron muy poco consistentes entre los estudios y el tamaño del efecto agrupado de los estudios de medicina con música y musicoterapia se acompañó de un intervalo de confianza grande (DME: 0,98; IC del 95%: ‐0,36 a 2,33; P = 0,15, pruebas de baja calidad). La comparación entre las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música indica un efecto moderado de las intervenciones con musicoterapia en la calidad de vida (CdV) de los pacientes (tres estudios, 132 participantes; DME: 0,42; IC del 95%: 0,06 a 0,78; P = 0,02; pruebas de muy baja calidad), pero no se encontraron pruebas de un efecto de las intervenciones médicas con música. También fue posible realizar la comparación entre la musicoterapia y los estudios de medicina con música en cuanto a la ansiedad, la depresión y el estado de ánimo, pero no se encontraron diferencias entre los dos tipos de intervenciones en estos resultados.

Los resultados de estudios únicos indican que escuchar música puede reducir la necesidad de anestésicos y analgésicos, así como disminuir el tiempo de recuperación y la duración de la hospitalización, pero se necesitan más estudios de investigación para estos resultados.

No fue posible establecer ninguna conclusión con respecto al efecto de las intervenciones con música sobre los resultados funcionamiento inmunológico, afrontamiento, adaptabilidad o comunicación porque no fue posible agrupar los resultados de los estudios que incluyeron estos hallazgos o sólo fue posible identificar un ensayo. En cuanto al bienestar espiritual, no se encontraron pruebas de un efecto en los adolescentes o los adultos jóvenes y no fue posible establecer conclusiones en los adultos.

La mayoría de los estudios incluidos en esta actualización de la revisión tuvieron un alto riesgo de sesgo, por lo que la calidad de las pruebas es baja.

Conclusiones de los autores

Esta revisión sistemática indica que las intervenciones con música pueden tener efectos beneficiosos sobre la ansiedad, el dolor, la fatiga y la CdV de los pacientes con cáncer. Además, la música puede tener un efecto pequeño sobre la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial. Muchos ensayos presentaban un riesgo de sesgo elevado y, por consiguiente, estos resultados deben ser interpretados con precaución.

PICOs

Population
Intervention
Comparison
Outcome

The PICO model is widely used and taught in evidence-based health care as a strategy for formulating questions and search strategies and for characterizing clinical studies or meta-analyses. PICO stands for four different potential components of a clinical question: Patient, Population or Problem; Intervention; Comparison; Outcome.

See more on using PICO in the Cochrane Handbook.

¿Las intervenciones con música pueden beneficiar a los pacientes con cáncer?

El problema
Tener cáncer puede dar lugar a un gran sufrimiento emocional, físico y social. La atención actual del cáncer incorpora cada vez más intervenciones psicosociales para mejorar la calidad de vida. Las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música se han utilizado para aliviar los síntomas y los efectos secundarios del tratamiento y hacer frente a las necesidades psicosociales de los pacientes con cáncer. En las intervenciones médicas con música el paciente simplemente escucha la música pregrabada que le ofrece un profesional médico. La musicoterapia requiere de la implementación de una intervención de música por parte de un musicoterapeuta capacitado, la presencia de un proceso terapéutico y el uso de experiencias con música diseñadas especialmente.

Objetivo de la revisión
Esta revisión es una actualización de una revisión Cochrane anterior de 2011 que incluyó 30 estudios y encontró pruebas que apoyaron el efecto de las intervenciones con música sobre varios resultados psicológicos y físicos. Para esta actualización de la revisión se buscaron ensayos adicionales que estudiaron el efecto de las intervenciones con música sobre resultados psicológicos y físicos en pacientes con cáncer. Se realizaron búsquedas de estudios publicados y en curso hasta enero de 2016. Se consideraron todos los estudios en los que la musicoterapia o la medicina con música se compararon con tratamiento estándar solo o atención estándar combinada con otros tratamientos o placebo.

¿Cuáles son los principales hallazgos?
Se identificaron 22 estudios nuevos, de manera que las pruebas de esta actualización de la revisión en estos momentos se basan en 52 estudios con 3731 participantes. Los resultados indican que la musicoterapia y las intervenciones médicas con música pueden tener un efecto beneficioso sobre la ansiedad, el dolor, la fatiga, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial en pacientes con cáncer. Debido a la calidad muy baja de las pruebas para la depresión no está clara la repercusión que las intervenciones con música pueden tener. La musicoterapia, pero no las intervenciones médicas con música, puede mejorar la calidad de vida de los pacientes. No se encontraron pruebas de que las intervenciones con música mejoren el estado de ánimo, la angustia o el funcionamiento físico, pero sólo unos pocos ensayos estudiaron estos resultados. No fue posible establecer conclusiones acerca del efecto de las intervenciones con música sobre los resultados funcionamiento inmunológico, afrontamiento, adaptabilidad o comunicación porque no hubo suficientes ensayos que analizaran estos aspectos. Por lo tanto, se necesita más investigación.

No se informaron efectos adversos de las intervenciones con música.

Calidad de la evidencia
La mayoría de los ensayos presentaban un riesgo de sesgo elevado y, por consiguiente, estos resultados deben interpretarse con precaución. No se identificó ningún conflicto de interés en los estudios incluidos.

¿Cuáles son las conclusiones?
Se concluye que las intervenciones con música pueden tener efectos beneficiosos sobre la ansiedad, el dolor, la fatiga y la calidad de vida (CdV) en los pacientes con cáncer. Además, la música puede tener un efecto positivo pequeño sobre la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial. La reducción de la ansiedad, la fatiga y el dolor son resultados importantes en los pacientes con cáncer, ya que tienen una repercusión en la salud y la CdV general. Por lo tanto, se recomienda considerar la inclusión de las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música en la atención psicosocial del cáncer.

Conclusiones de los autores

available in

Implicaciones para la práctica

Esta revisión sistemática indica que las intervenciones con música pueden tener efectos beneficiosos sobre la ansiedad, el dolor, la fatiga y la CdV de los pacientes con cáncer. Además, los resultados indican que la música puede reducir la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial, aunque esta reducción es bastante pequeña, por lo que es posible que no sea clínicamente significativa. Los resultados de los ensayos individuales indican que escuchar música por los pacientes con cáncer que se someten a una cirugía puede reducir el consumo de anestésicos y analgésicos y reducir la duración de la estancia hospitalaria, pero se necesitan más estudios de investigación antes de establecer conclusiones sólidas. Los resultados de un estudio único indican además que el tiempo de recuperación posterior a la cirugía se puede acortar cuando el musicoterapeuta ofrece música individualizada en vivo, antes y durante la cirugía. En general, las pruebas de los ensayos incluidos en esta revisión indican que se pueden ofrecer intervenciones con música como tratamiento complementario para los pacientes con cáncer.

No se encontraron pruebas de un efecto sobre la angustia, el estado de ánimo, el funcionamiento físico, el bienestar espiritual o la saturación de oxígeno. Sin embargo, sólo un pequeño número de ensayos investigó los efectos de la música sobre estos resultados. Se necesita más investigación. No es posible establecer ninguna conclusión en este momento con respecto a los efectos de las intervenciones con música sobre el afrontamiento, la adaptabilidad, la presión arterial media, el funcionamiento inmunológico o los comportamientos de comunicación porque los resultados de los estudios que incluyeron estos resultados no se pudieron agrupar o porque sólo se pudo identificar un ensayo.

Implicaciones para la investigación

Esta revisión sistemática aporta pruebas de que las intervenciones con música pueden tener efectos beneficiosos sobre la ansiedad, el dolor, la fatiga, la CdV, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial en los pacientes con cáncer. Los análisis comparativos entre las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música indican que la musicoterapia es más efectiva para mejorar la CdV que las intervenciones médicas con música. En este momento se necesitan más ECA para determinar la efectividad de la medicina con música versus la musicoterapia en resultados diferentes de la calidad de vida. Lo anterior se puede lograr en revisiones futuras al incluir más ECA de medicina con música y con musicoterapia cuando estén disponibles o, de forma alternativa, los ensayos futuros podrían comparar directamente los efectos de estos dos tipos de intervenciones. Es importante señalar que Bradt 2015 realizó un estudio comparativo basado en la recomendación de la revisión sistemática original y concluyó que las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música fueron igualmente efectivas para el control de los síntomas. Sin embargo, los resultados de los métodos mixtos de investigación del estudio indicaron claramente que incluso escuchar música pregrabada puede evocar emociones fuertes y problemas existenciales en los pacientes con cáncer y que los participantes de este estudio agradecieron la presencia de un musicoterapeuta para procesar estas emociones y miedos. Los participantes además recalcaron la importancia de producir música interactiva, ya que les permitió acceder a su creatividad; lo anterior se considera un recurso importante para facilitar la adaptabilidad ante los retos de la vida.

Los estudios de investigación futuros deben explorar las características de los pacientes como moderadores de los efectos beneficiosos del tratamiento en las intervenciones con musicoterapia versus escuchar música pregrabada. Por ejemplo, Bradt 2015 indicó que escuchar música puede causar angustia en los pacientes que tienen perspectivas negativas en la vida. Es posible que estos pacientes tengan un mayor riesgo de que la capacidad potente de la música le evoque recuerdos tristes y traumáticos, y dichos pacientes pueden ser mejor atendidos al escuchar la música en presencia de un musicoterapeuta que puede ayudarles a procesar sus emociones. Por otro lado, Bradt y colegas recalcan que algunos pacientes tienen una gran necesidad de estabilidad y seguridad emocional durante esta época desafiante de su vida y, por lo tanto, pueden preferir la familiaridad de su propia música. La música autoseleccionada tiene un contenido musical y emocional previsible y, por lo tanto, puede proporcionar un ambiente de apoyo muy necesario para el paciente. Esta revisión sistemática aporta pruebas de que las intervenciones con música pueden tener efectos beneficiosos sobre la ansiedad, el dolor, la fatiga, la CdV, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial en los pacientes con cáncer. Los análisis comparativos entre las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música indican que la musicoterapia es más efectiva para mejorar la CdV que las intervenciones médicas con música. En este momento se necesitan más ECA para determinar la efectividad de la medicina con música versus la musicoterapia en resultados diferentes de la calidad de vida. Lo anterior se puede lograr en revisiones futuras al incluir más ECA de medicina con música y con musicoterapia cuando estén disponibles o, de forma alternativa, los ensayos futuros podrían comparar directamente los efectos de estos dos tipos de intervenciones. Es importante señalar que Bradt 2015 realizó un estudio comparativo basado en la recomendación de la revisión sistemática original y concluyó que las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música fueron igualmente efectivas para el control de los síntomas. Sin embargo, los resultados de los métodos mixtos de investigación del estudio indicaron claramente que incluso escuchar música pregrabada puede evocar emociones fuertes y problemas existenciales en los pacientes con cáncer y que los participantes de este estudio agradecieron la presencia de un musicoterapeuta para procesar estas emociones y miedos. Los participantes además recalcaron la importancia de producir música interactiva, ya que les permitió acceder a su creatividad; lo anterior se considera un recurso importante para facilitar la adaptabilidad ante los retos de la vida. Los estudios de investigación futuros deben explorar las características de los pacientes como moderadores de los efectos beneficiosos del tratamiento en las intervenciones con musicoterapia versus escuchar música pregrabada. Por ejemplo, Bradt 2015 indicó que escuchar música puede causar angustia en los pacientes que tienen perspectivas negativas en la vida. Es posible que estos pacientes tengan un mayor riesgo de que la capacidad potente de la música le evoque recuerdos tristes y traumáticos, y dichos pacientes pueden ser mejor atendidos al escuchar la música en presencia de un musicoterapeuta que puede ayudarles a procesar sus emociones. Por otro lado, Bradt y colegas recalcan que algunos pacientes tienen una gran necesidad de estabilidad y seguridad emocional durante esta época desafiante de su vida y, por lo tanto, pueden preferir la familiaridad de su propia música. La música autoseleccionada tiene un contenido musical y emocional previsible y, por lo tanto, puede proporcionar un ambiente de apoyo muy necesario para el paciente.

Se recomienda que los esfuerzos de investigación futuros intenten mejorar la comprensión de cómo cada una de las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música se pueden optimizar para el control de los síntomas, cómo las intervenciones con música pueden servir mejor a los pacientes durante la trayectoria del tratamiento del cáncer y qué aspectos únicos de las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música contribuyen a la atención de los pacientes (Bradt 2015). Se recomienda que los esfuerzos de investigación futuros intenten mejorar la comprensión de cómo cada una de las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música se pueden optimizar para el control de los síntomas, cómo las intervenciones con música pueden servir mejor a los pacientes durante la trayectoria del tratamiento del cáncer y qué aspectos únicos de las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música contribuyen a la atención de los pacientes (Bradt 2015).

Como se señala en otras revisiones, es importante que los investigadores consideren los métodos cualitativos y mixtos de investigación, ya que mejoran la comprensión de los aspectos cualitativos de la experiencia del paciente e identifican los factores que pueden contribuir o limitar la efectividad de las intervenciones con musicoterapia o las intervenciones médicas con música (Bradt 2013a; Bradt 2010; Bradt 2014). Como se señala en otras revisiones, es importante que los investigadores consideren los métodos cualitativos y mixtos de investigación, ya que mejoran la comprensión de los aspectos cualitativos de la experiencia del paciente e identifican los factores que pueden contribuir o limitar la efectividad de las intervenciones con musicoterapia o las intervenciones médicas con música (Bradt 2013a; Bradt 2010; Bradt 2014).

Los ensayos futuros que utilicen escuchar música pregrabada deben informar más detalles relacionados con las selecciones musicales a disposición de los participantes y tener mayor cuidado al seleccionar la música que refleje la verdadera preferencia del paciente (en lugar de simplemente darle la opción al paciente de seleccionar de cuatro o cinco géneros generales). Además, los investigadores deben considerar cuidadosamente la repercusión negativa potencial del uso de auriculares durante los procedimientos debido a que obstaculizan la comunicación entre el personal médico y el paciente. Los ensayos futuros que utilicen escuchar música pregrabada deben informar más detalles relacionados con las selecciones musicales a disposición de los participantes y tener mayor cuidado al seleccionar la música que refleje la verdadera preferencia del paciente (en lugar de simplemente darle la opción al paciente de seleccionar de cuatro o cinco géneros generales). Además, los investigadores deben considerar cuidadosamente la repercusión negativa potencial del uso de auriculares durante los procedimientos debido a que obstaculizan la comunicación entre el personal médico y el paciente.

Se necesita más investigación que examine la relación entre la frecuencia y la duración de las intervenciones con música y los efectos del tratamiento. Se necesita más investigación que examine la relación entre la frecuencia y la duración de las intervenciones con música y los efectos del tratamiento.

Muchos ensayos utilizaron tamaños de muestra pequeños y no indicaron el uso de un cálculo del poder estadístico. Los ensayos futuros deben incluir cálculos del poder estadístico para utilizar tamaños de la muestra suficientes. Muchos ensayos utilizaron tamaños de muestra pequeños y no indicaron el uso de un cálculo del poder estadístico. Los ensayos futuros deben incluir cálculos del poder estadístico para utilizar tamaños de la muestra suficientes.

Se necesitan más estudios sobre el uso de intervenciones con música en pacientes pediátricos con cáncer. De los 52 ensayos de esta revisión, sólo cuatro estudios se centraron en los resultados de niños y adolescentes. Se necesitan más estudios sobre el uso de intervenciones con música en pacientes pediátricos con cáncer. De los 52 ensayos de esta revisión, sólo cuatro estudios se centraron en los resultados de niños y adolescentes.

Muchos estudios examinaron los efectos de las intervenciones con música sobre la ansiedad, pero se necesitan más estudios para todos los otros resultados incluidos en esta revisión. Muchos estudios examinaron los efectos de las intervenciones con música sobre la ansiedad, pero se necesitan más estudios para todos los otros resultados incluidos en esta revisión.

Se necesitan evaluaciones formales de los costos‐beneficios de la medicina con música y la musicoterapia. Se necesitan evaluaciones formales de los costos‐beneficios de la medicina con música y la musicoterapia.

Summary of findings

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Summary of findings for the main comparison. Music interventions compared to standard care for psychological and physical outcomes in cancer patients

Music interventions versus standard care for psychological and physical outcomes in cancer patients

Patient or population: cancer patients
Setting: inpatient and outpatient cancer care
Intervention: music interventions
Comparison: standard care

Outcomes

Relative effect (95% CI)

No of participants
(studies)

Quality of the evidence
(GRADE)

Comments

Anxiety
assessed with: Spielberger State Anxiety Index
Scale from: 0 to 40

The mean anxiety in the music intervention group was 8.54 units less (12.04 less to 5.05 less) than in the standard care group

1028
(13 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,b

Depression

The mean depression in the music intervention group was 0.40 standard deviations less (0.74 less to 0.06 less) than in the standard care group

723
(7 RCTs)

⊕⊝⊝⊝
Very lowa,c

An SMD of 0.40 is considered a low to moderate effect size

Mood

The mean mood in the music intervention group was 0.47 standard deviations better (0.02 worse to 0.97 better) than in the standard care group

236
(5 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,d

An SMD of 0.47 is considered a moderate effect size

Pain

The mean pain in the intervention group was 0.91 standard deviations less (1.46 less to 0.36 less) than in the standard care group

528
(7 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,e

An SMD of 0.91 is considered a large effect size

Fatigue

The mean fatigue in the music intervention group was 0.38 standard deviations less (0.72 less to 0.04 less) than in the standard care group

253
(6 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa

An SMD of 0.38 is considered a small to moderate effect size

Quality of life

The mean quality of life in the music intervention group was 0.98 standard deviations more (0.36 less to 2.33 more) than in the standard care group

545
(6 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,f

An SMD of 0.98 is considered a large effect size

*The risk in the intervention group (and its 95% confidence interval) is based on the assumed risk in the comparison group and the relative effect of the intervention (and its 95% CI).
CI: confidence interval; SMD: standardized mean difference.

GRADE Working Group grades of evidence
High quality: We are very confident that the true effect lies close to that of the estimate of the effect
Moderate quality: We are moderately confident in the effect estimate: The true effect is likely to be close to the estimate of the effect, but there is a possibility that it is substantially different
Low quality: Our confidence in the effect estimate is limited: The true effect may be substantially different from the estimate of the effect
Very low quality: We have very little confidence in the effect estimate: The true effect is likely to be substantially different from the estimate of effect

a The majority of the trials were at high risk of bias.
b Results were inconsistent across studies as evidenced by I2 = 93%, but all treatment effects were in the desired direction.
c Results were inconsistent across studies as evidenced by I2 = 77%, but all treatment effects were in the desired direction.
d Results were inconsistent across studies as evidenced by I2 = 70%, but all treatment effects were in the desired direction.
e Results were inconsistent across studies as evidenced by I2 = 88%, but all treatment effects were in the desired direction.
f Results were inconsistent across studies as evidenced by I2 = 98% ,but all treatment effects were in desired direction and large heterogeneity was mostly due to outlying values of one study.

Antecedentes

available in

Descripción de la afección

El riesgo durante la vida de desarrollar cualquier tipo del cáncer es del 44% para los hombres y del 38% para las mujeres (NCI 2010) y un diagnóstico de cáncer puede provocar considerable sufrimiento emocional, físico y social. Muchos síntomas y efectos secundarios del tratamiento tienen una repercusión sobre el bienestar físico y la calidad de vida (CdV) de los pacientes con cáncer, que incluye los trastornos en el apetito, la dificultad para tragar, las náuseas, los vómitos, el estreñimiento, la diarrea, la disnea o la dificultad para respirar, la fatiga, el insomnio, la debilidad y el entumecimiento muscular (King 2003). Además, los resultados de los estudios indican claramente que los pacientes con cáncer presentan niveles elevados de angustia psicológica y depresión en respuesta al diagnóstico y al tratamiento (van't Spijker 1997; Massie 2004; Norton 2004; Parle 1996; Raison 2003; Sellick 1999). La experiencia real de los efectos secundarios inducidos por la quimioterapia, como las náuseas y los vómitos, y su impacto sobre el bienestar psicológico varía ampliamente entre los pacientes que reciben los mismos agentes citotóxicos. Esta variación indica que los factores no farmacológicos posiblemente tienen un función importante en cómo los pacientes experimentan o interpretan los síntomas físicos durante la fase de tratamiento (Montgomery 2000; Thune‐Boyle 2006). Por lo tanto, es importante que la atención de los pacientes con cáncer incorpore servicios que ayuden a satisfacer las necesidades psicológicas, sociales y espirituales de los mismos.

Descripción de la intervención

El uso de la música en la atención del cáncer se puede situar a lo largo de un proceso continuo de atención, a saber desde la escucha de música iniciada por los pacientes, hasta la música pregrabada ofrecida por el personal médico, hasta las intervenciones de psicoterapia con música ofrecida por un musicoterapeuta capacitado. En consecuencia, cuando se examina la eficacia de las intervenciones con música en pacientes con cáncer es importante diferenciar claramente las intervenciones con música proporcionadas por los profesionales médicos o de la asistencia sanitaria (medicina con música) de las implementadas por musicoterapeutas capacitados (musicoterapia). Un grupo significativo de pruebas indica que las intervenciones con musicoterapia proporcionadas por los profesionales médicos son significativamente más efectivas que las intervenciones médicas con música en una variedad amplia de resultados (Dileo 2005). Esta diferencia se podría atribuir al hecho de que los musicoterapeutas individualizan sus intervenciones para satisfacer las necesidades específicas de los pacientes, involucran más activamente a los pacientes en la producción de la música y emplean un proceso terapéutico sistemático que incluye valoración, tratamiento y evaluación. Dileo 1999 categoriza las intervenciones como medicina con música cuando el personal médico ofrece música pregrabada para la escucha pasiva. Por ejemplo, pueden ofrecerles a los pacientes un CD para la relajación o la distracción; sin embargo, no está presente un proceso terapéutico sistemático, ni hay una evaluación sistemática de los elementos ni de lo adecuado del estímulo musical. Por el contrario, la musicoterapia requiere de la implementación de una intervención de música por parte de un musicoterapeuta capacitado, la presencia de un proceso terapéutico y el uso de experiencias con música diseñadas especialmente.

Estas experiencias con música incluyen:

  • escuchar música improvisada, en vivo, o grabada previamente;

  • tocar un instrumento musical;

  • improvisar música espontáneamente con la voz o instrumentos, o ambos;

  • componer música;

  • combinar la música con otras modalidades terapéuticas (p.ej. movimiento, imágenes, arte) (Dileo 2007).

De qué manera podría funcionar la intervención

Las intervenciones con música se han utilizado en diferentes campos médicos para satisfacer las necesidades psicológicas, físicas, sociales y espirituales de los pacientes. Durante los últimos 20 años se ha registrado un rápido aumento en los estudios de investigación sobre los efectos de la música y la musicoterapia en los pacientes con tratamiento médico, y se han incluido diversas medidas de resultado en una amplia variedad de áreas especializadas (Dileo 2005). La música se ha utilizado en adultos y niños con cáncer para reducir la ansiedad antes o durante los procedimientos quirúrgicos (Burns 1999; Haun 2001; Pfaff 1989), para disminuir el estrés durante la quimioterapia o la radioterapia (Clark 2006; Weber 1996), para reducir los efectos secundarios del tratamiento (Bozcuk 2006; Ezzone 1998; Frank 1985), para mejorar el estado de ánimo (Bailey 1983 Barrera 2002; Burns 2001a; Cassileth 2003), para mejorar el control del dolor (Akombo 2006; Beck 1989), para mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico (Burns 2001a; Camprubi 1999), y para mejorar la calidad de vida (CdV) (Burns 2001a; Hilliard 2003).

Hay elementos inherentes a la música (como el ritmo y el tiempo, el modo, el tono, el timbre, la melodía y la armonía) que se sabe que influyen en las respuestas fisiológicas y psicoemocionales en los seres humanos. Por ejemplo, se ha encontrado que la música activa la memoria y la asociación, estimula la creación de imágenes, evoca emociones, facilita la interacción social y promueve la relajación y la distracción (Dileo 2006). En los ámbitos de cáncer, los musicoterapeutas realizan evaluaciones continuas y utilizan diversas intervenciones individualizadas en los pacientes con cáncer y sus familias, que incluyen elementos relevantes de la música dentro del contexto de las relaciones terapéuticas, para analizar aspectos biopsicosociales y espirituales predominantes, síntomas y necesidades (Magill 2009; McClean 2012). Las siguientes intervenciones con musicoterapia son frecuentes: uso de canciones (cantar, escribir canciones y análisis líricos); improvisación musical (instrumental y vocal), música e imágenes, recuerdos y reseñas de vida basados en la música, cantar y entonar, relajación basada en la música y participación instrumental (O'Callaghan 2015). Según las preferencias de los pacientes y los resultados de la evaluación, los musicoterapeutas adaptan y modifican las intervenciones con música para tratar los síntomas y las áreas de dificultad; utilizan la música y las estrategias verbales para brindar oportunidades para la expresión y la comunicación, los recuerdos, el procesamiento de los pensamientos y las emociones y mejorar el control de los síntomas (Magill 2011). Los ambientes de musicoterapia apoyados por terapeutas a menudo proporcionan el espacio y el tiempo a través de los cuales los pacientes y sus familias pueden experimentar una conexión social, mejorar la autosatisfacción y adquirir estrategias efectivas de afrontamiento (Magill 2015).

Por qué es importante realizar esta revisión

Varios estudios de investigación sobre el uso de la música en pacientes con cáncer han presentado resultados positivos (Beck 1989; Cassileth 2003; Harper 2001; Hilliard 2003; Robb 2008). Sin embargo, la mayoría de estos estudios están limitados por el pequeño tamaño de muestra y la falta de poder estadístico. Además, las diferencias en los factores como los métodos de las intervenciones y el tipo e intensidad del tratamiento han dado lugar a resultados variables. Se necesita una revisión sistemática para medir con mayor precisión la eficacia de las intervenciones con música en los pacientes con cáncer, así como para identificar las variables que pueden moderar sus efectos.

Objetivos

available in

Evaluar y comparar los efectos de la musicoterapia y las intervenciones médicas con música en los resultados psicológicos y físicos de los pacientes con cáncer.

Métodos

available in

Criterios de inclusión de estudios para esta revisión

Tipos de estudios

Se consideraron para inclusión todos los ensayos controlados aleatorios (ECA) y los estudios con métodos de asignación al tratamiento cuasialeatorios (p.ej. asignación alterna de los tratamientos).

Tipos de participantes

Esta revisión incluyó participantes diagnosticados con cualquier tipo de cáncer. No se impusieron limitaciones con respecto a la edad, el sexo, el origen étnico ni el tipo de ámbito. Se excluyeron los participantes sometidos a biopsia, biopsia de la médula ósea y aspiración con fines diagnósticos. Esta revisión no incluyó estudios con supervivientes del cáncer.

Tipos de intervenciones

La revisión incluyó todos los ensayos que compararon tratamiento estándar más musicoterapia o intervenciones médicas con música con:

  • atención estándar sola,

  • atención estándar más intervención alternativa (p.ej. musicoterapia versus medicina con música);

  • atención estándar más placebo.

El tratamiento placebo puede incluir el uso de auriculares por el paciente sin que se proporcione un estímulo musical, o se proporciona otro tipo de estímulo auditivo (p.ej., audiolibros, ruido blanco [silbido], ruido rosa [sonido de las olas del mar] o sonidos de la naturaleza).

Tipos de medida de resultado

Resultados primarios

  • Resultados psicológicos (p.ej., depresión, ansiedad, ira, desesperanza, impotencia)

  • Síntomas físicos (p.ej., fatiga, náuseas, dolor)

Resultados secundarios

  • Resultados fisiológicos (p.ej. frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria, niveles de inmunoglobulina A [IgA])

  • Apoyo social y espiritual (p.ej., apoyo familiar, espiritualidad, actividad social, aislamiento)

  • Comunicación (p.ej., expresión verbal, impresión facial, gestos)

  • Calidad de vida (CdV)

Results

Description of studies

Results of the search

For the original review, the database searches and handsearching of conference proceedings, journals and reference lists resulted in 773 unique citations. One review author (JB) and a research assistant examined the titles and abstracts and identified 101 reports as potentially relevant, which we retrieved for further assessment. One review author (JB) and a research assistant then independently screened them. We included 30 trials, reported in 36 records, in the original review. Where necessary, we contacted principal investigators to obtain additional details on trials and data. We identified three ongoing trials (NCT02261558; NCT02583126; NCT02583139). We moved two ongoing studies from the original review to the 'awaiting assessment' classification (NCT00086762; O'Brien 2010). Unfortunately, we could not include them in this update as their results were not yet available for inclusion. We classified four additional studies as awaiting assessment because their results were not yet published, and the authors could not provide the results for inclusion in this review.

The 2016 update of the search resulted in 1187 unique citations. Two review authors (JB and AT) and one research assistant examined the titles and abstracts, retrieving full‐text articles where necessary. This resulted in the addition of 25 references reporting on 22 trials (Figure 1) and three new ongoing trials (NCT02261558; NCT02583126; NCT02583139).


Study flow diagram.

Study flow diagram.

Included studies

We included 52 trials with a total of 3731 participants. Seventeen trials included participants who underwent chemotherapy or radiation therapy (Bradt 2015; Bulfone 2009; Burrai 2014; Cai 2001; Chen 2013; Clark 2006; Ferrer 2005; Gimeno 2008; Jin 2011; Lin 2011; Moradian 2015; O'Callaghan 2012; Romito 2013; Smith 2001; Straw 1991; Xie 2001; Zhao 2008), 20 trials examined the effects of music during procedures or surgery (Binns‐Turner 2008; Bufalini 2009; Burns 2009;Cassileth 2003; Danhauer 2010; Fredenburg 2014a; Fredenburg 2014b; Kwekkeboom 2003;Li 2004;Li 2012; Nguyen 2010; Palmer 2015; Pinto 2012; Ratcliff 2014; Robb 2014; Rosenow 2014; Vachiramon 2013; Wang 2015; Yates 2015; Zhou 2015), and 14 trials included general cancer patients (Beck 1989; Burns 2001a; Burns 2008; Chen 2004; Cook 2013; Duocastella 1999; Hanser 2006; Harper 2001; Hilliard 2003; Huang 2006; Liao 2013; Robb 2008; Shaban 2006;Wan 2009). Five trials examined music interventions in pediatric patients (Bufalini 2009; Burns 2009; Duocastella 1999; Nguyen 2010; Robb 2014).

This review included 2090 females and 1171 males. Five trials did not provide information on the distribution between sexes (Danhauer 2010; Jin 2011; Robb 2008; Shaban 2006; Xie 2001). The average age of the participants was 54.67 years for adult trials and 10.93 years for pediatric trials. Seventeen studies did not report on the ethnicity of the participants (Burns 2001a; Burns 2008; Burrai 2014; Cassileth 2003; Chen 2013; Cook 2013; Duocastella 1999; Ferrer 2005; Lin 2011; Moradian 2015; O'Callaghan 2012; Robb 2008; Romito 2013; Straw 1991; Vachiramon 2013; Wang 2015; Zhou 2015). For trials that did provide information on ethnicity, the distribution was as follows: 50% white, 32% Asian, 7% black, 8% Latino, and 3% other. The trials took place in nine different countries: the United States (Bradt 2015; Beck 1989; Binns‐Turner 2008; Burns 2001a; Burns 2008; Burns 2009; Cassileth 2003; Clark 2006; Cook 2013; Danhauer 2010; Ferrer 2005; Fredenburg 2014a; Fredenburg 2014b; Hanser 2006; Harper 2001; Hilliard 2003; Kwekkeboom 2003; Gimeno 2008; Palmer 2015; Ratcliff 2014; Robb 2008; Robb 2014; Rosenow 2014; Smith 2001; Straw 1991; Vachiramon 2013; Yates 2015), China (Cai 2001; Chen 2004; Jin 2011; Li 2004; Li 2012; Liao 2013; Wan 2009; Xie 2001; Zhao 2008), Italy (Bufalini 2009; Bulfone 2009), Iran (Moradian 2015; Shaban 2006), Spain (Duocastella 1999), Taiwan (Chen 2013; Huang 2006; Lin 2011; Wang 2015; Zhou 2015), Brazil (Pinto 2012), Australia (O'Callaghan 2012) and Vietnam (Nguyen 2010). Trial sample size ranged from 8 to 260 participants.

We classified 23 trials as music therapy studies (Bradt 2015; Bufalini 2009; Burns 2001a; Burns 2008; Burns 2009; Cassileth 2003; Clark 2006; Cook 2013; Duocastella 1999; Ferrer 2005; Fredenburg 2014a; Fredenburg 2014b; Hanser 2006; Hilliard 2003; Gimeno 2008; Palmer 2015; Ratcliff 2014; Robb 2008; Robb 2014; Romito 2013; Rosenow 2014; Stordahl 2009; Yates 2015). Of these trials, nine used interactive music making with the participants, four used music‐guided imagery, two used music‐guided relaxation, six used live patient‐selected music performed by the music therapist and two used music video making. We classified 29 trials as music medicine studies, as defined by the authors in the background section, and used listening to pre‐recorded music as the intervention.

Frequency and duration of treatment sessions greatly varied among the trials. The total number of sessions ranged from 1 to 40 (e.g. multiple music listening sessions per day for length of hospital stay). Most sessions lasted 30 to 45 minutes. We report details on frequency and duration of sessions for each trial in the Characteristics of included studies table.

Forty‐nine trials used parallel group designs, whereas three trials used a cross‐over design (Bradt 2015; Beck 1989; Gimeno 2008). Not all trials measured all outcomes identified for this review.

We show details of the trials included in the review in the Characteristics of included studies table. 

Excluded studies

In the original review, 27 of the 101 reports that we retrieved for further assessment turned out not to be outcome research studies. We identified 38 experimental research studies that appeared eligible for inclusion. However, we excluded these after closer examination or after receiving additional information from the principal investigators. Reasons for exclusions were: not a randomized or quasi‐randomized controlled trial (29 studies); insufficient data reporting (2 studies); unacceptable methodological quality (3 studies); not a music intervention (1 study); not exclusively cancer patients (1 study); and article could not be located (2 studies).

For the update, we retrieved 94 reports for further assessment. We excluded 60 studies for the following reasons: not a randomized or quasi‐randomized controlled trial (36 studies), insufficient data reporting (2 studies), not music intervention (12 studies), not population of interest (8 studies), use of healthy controls (1 study), and use of non‐standardized measurement tools (1 study).

For studies with insufficient data reporting or those that could not be located, we attempted to contact the authors on multiple occasions.

Details about reasons for exclusion are provided in the Characteristics of excluded studies table.

Risk of bias in included studies

We detail the risk of bias for each trial in the 'Risk of bias' tables included in the Characteristics of included studies table and the 'Risk of bias summary' (Figure 2). In addition, readers can consult an overall assessment of risk of bias in Figure 3.


Risk of bias summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.

Risk of bias summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.


Risk of bias graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.

Risk of bias graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.

Allocation

We included 37 trials that used appropriate methods of randomization (e.g. computer‐generated table of random numbers, drawing of lots, coin flip), 6 trials that used systematic methods of treatment allocation (e.g. alternate group assignment, date of birth), and 9 trials that reported using randomization but failed to state the randomization method.

Twenty‐two trials concealed allocation, whereas 12 trials did not. For the remainder of the trials, authors did not mention allocation concealment.

Blinding

Fifteen trials included objective outcomes, but only four of them reported blinding of the outcome assessors. For six trials, the use of blinding was unclear. The other trials did not use blinding. The majority of the trials included subjective outcomes only. It is important to point out that blinding of outcome assessors is not possible in the case of self report measurement tools for subjective outcomes (e.g. STAI; Spielberger 1983) unless the participants are blinded to the intervention. Blinding of the participants is often not feasible in music therapy and music medicine studies. This may introduce possible bias.

Incomplete outcome data

The dropout rate was small for most trials, falling between 0% and 17%. Ten trials reported dropout rates of more than 20%. For 14 trials, it was unclear whether there were any participant withdrawals. Most trials reported reasons for dropout. Detailed information on dropout rate and reasons is included in the Characteristics of included studies table.

Selective reporting

We did not find any evidence of selective reporting by the authors.

We examined publication bias visually in the form of funnel plots for several of the included outcomes. Visual inspection suggested that there was no publication bias for anxiety (Figure 4), depression (Figure 5), pain (Figure 6), and heart rate (Figure 7). We did detect a possible publication bias for fatigue (Figure 8), but this was based on a small number of trials. For this outcome, it is possible that studies that did not result in statistically significant findings may not have been published.


Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.1 Anxiety (STAI).

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.1 Anxiety (STAI).


Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.6 Depression.

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.6 Depression.


Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.11 Pain.

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.11 Pain.


Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.15 Heart rate.

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.15 Heart rate.


Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.13 Fatigue.

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.13 Fatigue.

Other potential sources of bias

We did not identify any other potential sources of bias in the studies included in this review.

As a result, only one trial was at low risk of bias (Bradt 2015). Two additional trials were at low risk of bias for objective outcomes, as they satisfied all criteria used to assess risk of bias (Duocastella 1999; Nguyen 2010). Forty‐six trials were at high risk of bias. Three trials were at moderate risk of bias (Binns‐Turner 2008; Hilliard 2003; Palmer 2015). The main reason for receiving a high risk of bias rating was the lack of blinding. As pointed out above, blinding is often impossible in music therapy and music medicine studies that use subjective outcomes, unless the studies compare the music intervention with another active treatment intervention (e.g. progressive muscle relaxation). This is especially true for music therapy studies that use active music‐making. Therefore, it appears impossible for these types of studies to receive a low or even moderate risk of bias even if they have adequately addressed all other risk factors (e.g. randomization, allocation concealment, etc.).

It is worth noting that the Chinese trials were particularly problematic in terms of providing sufficient information regarding risk of bias. It is unclear, however, if this was due to incomplete translations or lack of detail in the original trial reports.

Effects of interventions

See: Summary of findings for the main comparison Music interventions compared to standard care for psychological and physical outcomes in cancer patients

Comparison 1: Music intervention plus standard care versus standard care alone

Primary outcomes
Psychological outcomes

State anxiety

Twenty‐three trials examined the effects of music interventions plus standard care compared to standard care alone for anxiety in participants with cancer. Fifteen trials measured anxiety by means of the Spielberger State‐Trait Anxiety Inventory ‐ State Anxiety form (STAI‐S) (Binns‐Turner 2008; Bufalini 2009; Bulfone 2009; Chen 2013; Danhauer 2010; Harper 2001; Jin 2011; Kwekkeboom 2003; Li 2012; Lin 2011; O'Callaghan 2012; Smith 2001; Vachiramon 2013; Wan 2009; Zhou 2015); one trial used the STAI‐short form (Nguyen 2010); and eight trials reported mean anxiety measured by other scales, such as a numeric rating scale or a visual analogue scale (Cai 2001; Cassileth 2003; Ferrer 2005; Hanser 2006; Li 2004; Palmer 2015; Yates 2015; Zhao 2008). We could not include the data from Burns 2008 because it did not report post‐test or follow‐up scores. The author did provide follow‐up scores (4 weeks postintervention), but we could not combine these with the post‐test scores of the other trials. Moreover, Burns 2008 reported a large moderating effect of pre‐intervention affect state scores on post‐test scores and follow‐up scores. We also did not include the data from Kwekkeboom 2003 in the meta‐analysis because this study was affected by a serious flaw in the implementation of the intervention. Participants in this trial listened to music while undergoing painful medical procedures. However, they reported that the use of headphones prevented them from hearing the surgeon, increasing their anxiety. Finally, we report the data from Hanser 2006 narratively but do not include them in the meta‐analysis because of the high attrition rate (40%). In addition, the researchers experienced serious issues with intervention implementation within the predetermined implementation timeframe (three sessions were implemented over a 15‐week period), and the authors concluded that the intervention was significantly diluted because of this.

A meta‐analysis of 13 trials that used the full STAI‐S (score range: 20 to 80) to examine state anxiety in 1028 participants indicated a significantly lower state of anxiety in participants who received standard care combined with music interventions than those who received standard care alone ( MD: −8.54, 95% CI −12.04 to −5.05, P < 0.0001; Analysis 1.1). Statistical heterogeneity across the trials (I2 = 93%) was due to some trials reporting much larger beneficial effects of music interventions than others (Binns‐Turner 2008; Harper 2001; Wan 2009). In Kwekkeboom 2003, participants in the music listening group reported higher levels of anxiety at post‐test (mean: 33.45, standard deviation (SD) 1.77) than those in the standard care group (mean: 30.59, SD 1.93), but this difference was not statistically significant. A sensitivity analysis excluding the trials that used inadequate methods of randomization (Bulfone 2009; Chen 2013), or for which the method of randomization was unclear (Bufalini 2009), had minimal impact on the pooled effect size (MD: −8.64, 95% CI −12.50 to −4.79, P < 0.0001, I2 = 94%; Analysis 1.1).

The standardized mean difference (SMD) of trials that reported post‐test anxiety scores on measures other than the full‐form STAI‐S (N = 449) also suggested a moderate to large anxiety‐reducing effect of music (SMD: −0.71, 95% CI −0.98 to −0.43, P <.00001; Analysis 1.2; Cai 2001; Ferrer 2005; Li 2004; Nguyen 2010; Zhao 2008; Yates 2015). The results were consistent across the trials (I2 = 41%). We did not include the data of two trials in the meta‐analysis because change scores and final scores should not be combined for the computation of a SMD (Cassileth 2003; Palmer 2015). However, the data by Cassileth 2003 were consistent with the results of the meta‐analysis, reporting a greater effect of music therapy on anxiety (mean change score: −2.6, SD 2.5) than standard care alone (mean change score: −0.9, SD 3.0) on the POMS‐anxiety subscale (score range: 0 to 36). Likewise, the data from Palmer 2015 indicated a beneficial effect of music therapy (mean change score: −30.9, SD 36.3) versus standard care (mean change score: 0, SD 22.7) on the Global Anxiety‐VAS (score range: 0 to 100 mm). A sensitivity analysis to examine the impact of randomization method, excluding the data of Cai 2001, Ferrer 2005 and Li 2004, resulted in a larger SMD of −0.80 (95% CI −1.44 to −0.16, P = 0.01; Analysis 1.2), but the results were no longer consistent across studies (I2 = 66%).

Next, we conducted several a priori determined subgroup analyses as outlined in the Methods.

First, we compared the treatment benefits of music therapy versus music medicine studies for anxiety. We only included studies that reported post‐test scores in this analysis to allow for computation of a standardized mean difference across studies. The pooled effect of three music therapy studies (SMD: −0.62, 95% CI −1.01 to −0.24, P = 0.001, I2 = 0%; Bufalini 2009; Ferrer 2005; Yates 2015) was smaller than of the music medicine studies (SMD: −1.00, 95% CI −1.45 to −0.55, P < 0.0001, I2 = 93%; Binns‐Turner 2008;Bulfone 2009; Cai 2001; Danhauer 2010; Jin 2011; Li 2004; Li 2012; Lin 2011; Nguyen 2010; O'Callaghan 2012; Smith 2001; Vachiramon 2013; Wan 2009; Zhao 2008; Zhou 2015). However, this difference was not statistically significant (P = 0.21). It is worth noting that the results of the music therapy studies were consistent across studies, whereas the results of the music medicine studies were highly heterogeneous (Analysis 1.3).

Second, we compared studies that used patient‐preferred music with studies that used researcher‐selected music. For this comparison, we only included studies that used listening to pre‐recorded music as the intervention. Music preference did not appear to impact the treatment benefits for anxiety. The use of patient‐preferred music resulted in a SMD of −0.86 (95% CI −1.38 to −0.34, P = 0.001, I2 = 92%) whereas researcher‐selected music resulted in a SMD of −0.89 (95% CI −1.43 to −0.35, P = 0.001, I2 = 71%) (Analysis 1.4).

Finally, we compared the music medicine studies by type of intervention (e.g. music‐guided relaxation, music listening alone, etc.). We could not conduct this subgroup analysis for music therapy studies because of an insufficient number of trials. The majority of the music medicine studies used listening to pre‐recorded music. Four studies, however, embedded relaxation or imagery instructions within the pre‐recorded music (Jin 2011; Lin 2011; Wan 2009; Zhou 2015). The pooled effect of these four studies (SMD: −1.61, 95% CI −2.56 to −0.65, P = 0.0009, I2 = 95%) was much larger than that of music listening only studies (SMD: −0.71, 95% CI −1.16 to −0.26, P = 0.002, I2 = 89%) but because of the large heterogeneity, this difference was not statistically significant (P = 0.10) (Analysis 1.5).

Depression

Seven trials examined the effects of music plus standard care compared to standard care alone on depression in 723 participants (Cai 2001; Cassileth 2003; Clark 2006; Li 2012; Wan 2009; Yates 2015; Zhou 2015). Their pooled estimate indicated a moderate treatment effect of music (SMD: −0.40, 95% CI −0.74 to −0.06, P = 0.02; Analysis 1.6), but the results were inconsistent across trials (I2 = 77%). A sensitivity analysis examining the impact of randomization method did not have much impact on the pooled effect size (SMD: −0.37, 95% CI −0.79 to 0.05, P = 0.08, I2 = 81%; Analysis 1.6).

A subgroup analysis revealed that there was no statistically significant difference between music therapy and music medicine studies for the outcome of depression (P = 0.12) (Analysis 1.7). We also examined the impact of music preference in studies that used listening to pre‐recorded music. Although the difference between studies that used patient‐preferred versus researcher‐selected music was not statistically significant (P = 0.25), allowing patients to select music from a variety of styles offered by the researcher resulted in a large effect size that was statistically significant (SMD: −0.88, 95% CI −1.67 to −0.09, P = 0.003, I2 = 89%; Analysis 1.8). In contrast, the use of researcher‐selected music resulted in a small effect size that was not statistically significant (SMD: −0.32, 95% CI −0.84 to 0.19, P = 0.22, I2 = 61%).

Distress

Clark 2006 compared standard care plus music‐guided relaxation versus standard care alone and reported a reduction of −2.03 (SD 2.46) on a 0 to 10 numeric rating scale in the music therapy intervention group. Participants in the control group reported an average reduction in distress of −2.44 (SD 2.55).

Mood

The pooled estimate of five trials (N = 236) resulted in a moderate effect of music interventions for mood in participants with cancer (SMD: 0.47, 95% CI −0.02 to 0.97, P = 0.06; Analysis 1.9; Beck 1989; Burrai 2014; Cassileth 2003; Moradian 2015; Ratcliff 2014).The results were inconsistent across studies (I2 = 70%), with Burrai 2014 reporting much larger treatment benefits than the other studies. A sensitivity analysis based on randomization method slightly increased the pooled effect (SMD: 0.57, 95% CI −0.03 to 1.18, P = 0.06, I2 = 74%; Analysis 1.9). We could not include the data from Burns 2001a in the meta‐analysis because the authors did not use a constant in the computation of their scores, as recommended in the Profile of Mood States (POMS) scoring guide (McNair 1971). The results of the meta‐analysis were robust to Burns 2001a, which reported a mean post‐test score of −48.25 (SD 32.96) for the music therapy group and a mean post‐test score of 20.75 (SD 30.87) for the control group.

A subgroup analysis comparing music therapy (SMD: 0.37, 95% CI −0.13 to 0.87, P = 0.15) with music medicine (SMD: 0.55, 95% CI −0.37 to 1.47, P = 0.24) found no statistically significant differences between the two types of studies (P = 0.73), but the results of the music therapy studies were consistent across studies (I2 = 37%), whereas the music medicine studies were inconsistent across studies (I2 = 82%) (Analysis 1.10).

Resilience

One music therapy study in 80 adolescents and young adults undergoing hematopoietic stem cell transplant (HSCT) included resilience as an outcome and reported a small effect for the music therapy intervention (SMD: 0.21), although this effect was not statistically significant (P = 0.35) (Robb 2014). The authors reported that the study was underpowered to detect medium and small effect sizes.

Coping

Robb 2014 also examined the effect of music therapy on coping. They reported a moderate effect size for courageous coping immediately post‐transplant. At the same time, they found no change in the use of defensive coping strategies, suggesting that adolescents and youth in the music therapy treatment arm increased their use of positive coping strategies.

Physical symptoms

Pain

Eleven trials compared the effects of music versus standard care on pain (Beck 1989; Binns‐Turner 2008; Clark 2006; Danhauer 2010; Fredenburg 2014a; Huang 2006; Kwekkeboom 2003; Li 2012; Moradian 2015; Nguyen 2010; Wan 2009). We could not include the data from Beck 1989, Clark 2006 or Moradian 2015 in the meta‐analysis because of the use of change scores. Kwekkeboom 2003 compared the effects of music listening, audiotape and standard care on procedural pain and anxiety, finding that participants did not like wearing the headsets as it prevented them from hearing the surgeon, causing greater anxiety. The literature suggests that increased anxiety leads to increased pain perception (McCracken 2009); therefore, we excluded these data from the meta‐analysis. The pooled effect of the remaining seven studies with 528 participants resulted in a large effect for music on pain perception (SMD: −0.91, 95%CI −1.46 to −0.36, P = 0.001; Analysis 1.11; Cohen 1988). There was disagreement between the trials on the size of the effect (I2 = 88%), but this was due to Li 2012 reporting much larger treatment benefits than the other trials.

Using a 0 to 10 numeric rating scale, Clark 2006 found that music therapy resulted in greater pain reduction (mean change score: −0.44, SD 2.55) than standard care (mean change score: 0.45, SD 1.87). Likewise, Beck 1989 reported a greater pain reduction for the music listening group as measured by a 100mm VAS (mean change score: −9.27, SD 18.86) than for the control group (mean change score: −5.69, SD 17.9). In contrast, Moradian 2015 reported similar improvements in pain for the treatment (mean change score: −12.96, SD 24.16) and the control group (mean change score: −13.58, SD 28.51).

For this outcome, we were able to examine the impact of music preference on treatment effect (Analysis 1.12). Although the difference between the use of patient‐preferred music and researcher‐selected music was not statistically significant (P = 0.42), the use of patient‐preferred music led to a much larger and statistically significant pooled effect (SMD: −1.06, 95% CI −1.93 to −0.2, P = 0.02, I2 = 91%) than the use of researcher‐selected music (SMD: −0.59, 95% CI −1.34 to 0.15, P = 0.12, I2 = 75%). The large heterogeneity was due to some studies reporting a much larger beneficial effect than others.

Fatigue

Six trials examined the effects of music interventions on fatigue in 253 participants (Cassileth 2003; Clark 2006; Ferrer 2005; Fredenburg 2014b; Moradian 2015; Rosenow 2014). The pooled estimate of their change scores indicated a small to moderate effect for music interventions (SMD: −0.38, 95% CI −0.72 to −0.04, P = 0.03; Analysis 1.13), with consistent results across studies (I2 = 38%). Burns 2008 also collected data on fatigue; however, investigators did not report postintervention data. Burns 2008 also provided us with four‐week postintervention follow‐up scores, but could not provide the immediate post‐test scores. This prevented us from pooling their data with data from the other three studies. A sensitivity analysis based on randomization method suggested that use of proper methods of randomization resulted in a smaller pooled effect that was no longer statistically significant (SMD: −0.20, 95% CI −0.48 to 0.08, P = 0.16, I2 = 0%).

Physical functioning

Five trials examined the effects of music on participants' physical functioning (Hanser 2006; Hilliard 2003; Liao 2013; Moradian 2015; Xie 2001). We could not include the results of Hanser 2006 in the pooled estimate because of the use of change scores and the high attrition rate. The pooled estimate of the remaining studies indicated no evidence for an effect of music on physical status in 493 participants with cancer (SMD: 0.78, 95% CI −0.74 to 2.31, P = 0.31; Analysis 1.14). The results were highly inconsistent (I2 = 98%), with Xie 2001 reporting a much larger beneficial effect. In Hanser 2006, music therapy led to a greater improvement in physical well‐being (FACT‐G Physical Well‐Being Subscale, score range: 0 to 28)( mean change score: 2.0, SD 4.6) than standard care (mean change score: −0.4, SD 3.7), but this difference was not statistically significant.

Removing Xie 2001 because of improper randomization method resulted in a small effect that was consistent across studies (SMD: 0.08, 95% CI −0.18 to 0.34, P = 0.54, I2 = 0%; Analysis 1.14)

Anesthetic and analgesic intake

Two studies included use of anesthesia and analgesics as an outcome. Palmer 2015 examined the amount of propofol needed to reach a sedation score of 70 on the Bispectral Index (BIS) in women undergoing breast surgery. A BIS reading of 70 represents moderate sedation. The average propofol needed in the live music group (n = 67) was 67.2 mg (SD 53.7), 61.9 mg (SD 34.1) in the recorded music group (n = 65), and 70.5 mg (SD 35.2) in the usual care group (n = 62). However, the difference between the groups was not statistically significant. Wang 2015 examined the impact of music‐guided relaxation compared to standard care on postoperative consumption of the sufentanil, a narcotic medicine, and use of a patient‐controlled analgesia (PCA) pump. Participants in the music treatment arm consumed a significantly smaller amount of sufentanil (52.68 µg, SD 7.07) than the standard care treatment arm (82.65 µg, SD 6.19). PCA use was also significantly lower in the music treatment arm (19.06, SD 3.49) than in the control group (30.96, SD 4.0).

Length of hospital stay and recovery time

Palmer 2015 also examined the effect of music on recovery time following breast surgery. Recovery time was defined as the interval between surgery end time and the time when the patient had met all discharge criteria determined by the recovery nurse. The results indicated that there was no statistically significant difference in recovery time between the two types of music interventions (live music by a music therapist and listening to pre‐recorded music) and the usual care group, suggesting that the addition of music intervention did not increase patient time commitment. A statistically significant difference was found between the live music group (52.4 minutes, SD 21.6) and the recorded music group (64.8 minutes, SD 35.3), with the live music group getting discharged approximately 12 minutes faster than the recorded music group. However, the authors suggest a careful interpretation of these results as other factors could have contributed to this difference.

Li 2012 tracked the length of women's hospital stay after radical mastectomy. Women in the music listening treatment arm stayed an average of 13.62 days (SD 2.04), whereas women in the usual care control arm stayed an average of 15.53 days (SD 2.75). This difference between the treatment arms was statistically significant (P < 0.001).

Secondary outcomes
Physiological outcomes

Heart rate

Eight trials examined the effects of music on heart rate in 589 participants (Binns‐Turner 2008; Burrai 2014; Chen 2013; Ferrer 2005; Harper 2001; Jin 2011; Nguyen 2010; Zhao 2008). All of the studies except for Ferrer 2005 were music medicine studies.Their pooled estimate showed a decrease in heart rate, favoring music interventions over standard care (MD: −3.32, 95% CI −6.21 to −0.44, P = 0.02; Analysis 1.15). However, the results were inconsistent across studies (I2 = 73%). A sensitivity analysis excluding Ferrer 2005 and Chen 2013 because of an unknown randomization method and a lack of proper randomization, respectively, resulted in a larger effect with less heterogeneity (MD: −4.63, 95% CI −8.18 to −1.09, P = 0.01, I2 = 56%; Analysis 1.15).

A subgroup analysis for music preference indicated that researcher‐selected music led to greater reductions in heart rate (MD: −7.94, 95% CI −15.10 to −0.78, P = 0.03, I2 = 0%) than patient‐preferred music (MD: −3.13, 95% CI −6.54 to 0.27, P = 0.07, I2 = 82%; Analysis 1.16), but this difference was not statistically significant (P = 0.23).

One cross‐over trial compared the effect of music and imagery with imagery alone (Gimeno 2008). Both interventions resulted in statistically significant decreases in heart rate from pre‐test to post‐test: the music and imagery group's mean heart rate dropped from 89.58 beats per minute (bpm) (SD 17.32) at pre‐test to 78.84 bpm (SD 13.46) at post‐test; the imagery only group's mean heart rate dropped from 93.31 bpm (SD 15.76) to 81.05 bpm (SD 13.96), but the difference between the two interventions was not statistically significant.

Respiratory rate

The pooled estimate of four trials (N = 437) did not provide evidence of an effect for music interventions on respiratory rate (MD: −1.24, 95% CI −2.54 to 0.06, P = 0.06; Analysis 1.17; Chen 2013; Jin 2011; Nguyen 2010; Zhao 2008), and the studies did not agree on the size of effect (I2 = 80%). A sensitivity analysis excluding Chen 2013 because of failure to use a proper method of randomization resulted in a larger pooled effect that was statistically significant (MD: −1.83, 95% CI −3.36 to −0.30, P = 0.02, I2 = 52%; Analysis 1.17)

We could not conduct a subgroup analysis based on music preference for this outcome due to an insufficient number of trials differentiating music type.

Systolic blood pressure

We found a pooled estimate of −5.40 mmHg (95% CI −8.32 to −2.49, P = 0.0003; N = 559; Analysis 1.18) for systolic blood pressure (SBP), favoring music interventions (Burrai 2014; Chen 2013; Ferrer 2005; Harper 2001; Jin 2011; Nguyen 2010; Zhao 2008). The results were slightly inconsistent across studies (I2 = 54%). However, excluding Chen 2013 and Ferrer 2005 because of lack of proper randomization resulted in a larger effect that was consistent across studies (MD: −7.63 mmHg, 95% CI −10.75 to −4.52, P < 0.00001, I2 = 11%; Analysis 1.18). All of the studies except for Ferrer 2005 were music medicine studies.

We conducted a subgroup analysis based on music preference (Analysis 1.19), and in contrast to the findings for heart rate, this analysis suggested that patient‐preferred music led to greater SBP reduction (MD: −6.65, 95% CI −10.07 to −3.23, P = 0.0001, I2 = 64%) than researcher‐selected music (MD: −4.72, 95% CI −10.80 to 1.37, P = 0.13, I2 = 0%). This difference was not statistically significant (P = 0.59).

Diastolic blood pressure

We found a pooled estimate of −2.35 mmHg (95% CI −5.88 to 1.18; Analysis 1.20) for diastolic blood pressure (DBP) in 559 participants (Burrai 2014; Chen 2013; Ferrer 2005; Harper 2001; Jin 2011; Nguyen 2010; Zhao 2008).The results were inconsistent across studies (I2 = 91%). Similar to the SBP analysis, excluding Chen 2013 and Ferrer 2005 in a sensitivity analysis resulted in a larger MD of −4.94 mmHg (95% CI −7.78 to −2.09) that was statistically significant (P = 0.0007), and less heterogeneous (I2 = 60%; Analysis 1.20). All of the studies except for Ferrer 2005 were music medicine studies.

Patient‐preferred music resulted in somewhat greater reductions in DBP (MD: −4.10, 95% CI −8.78 to 0.59, P = 0.09, I2 = 95%; Analysis 1.21) than researcher‐selected music (MD: −2.01, 95% CI −6.26 to 2.25, P = 0.36, I2 = 0%), but this difference was not statistically significant (P = 0.52).

Mean arterial pressure

Binns‐Turner 2008 reported on the effects of music on mean arterial pressure (MAP) in 30 participants and found a large decrease in MAP for the music group (mean change score: −15.1 mmHg, SD 17.1, 95% CI −23.76 to −6.44). In contrast, participants in the standard care group experienced an increase in MAP (mean change score: 4.5 mmHg, SD 15.3, 95% CI −3.25 to 12.25).

Oxygen saturation level

Three trials with 292 participants reported no effects for music listening on oxygen saturation levels (MD: 0.50%, 95% CI −0.18 to 1.18, P = 0.15, I2 = 78%; Analysis 1.22; Burrai 2014; Chen 2013; Nguyen 2010).

Immune system functioning

Two trials examined the effects of music on immune system functioning. In one trial in 30 children, Duocastella 1999 found that live music making with children led to a greater increase in Immunoglobin A (IgA) levels (mean change score: 7.07 mg/l, SD 34.52) than engaging children in activities that did not involve music (mean change score: 4.13 mg/l, SD 41.02), but this difference was not statistically significant. Another trial compared music listening to standard care in 46 participants and found post‐test differences for the following indicators of immune system functioning: CD3 (music: mean 44, SD 12.62; control: mean 36.73, SD 11.01), CD4/CD8 (music: mean 1.67, SD 0.76; control: mean 1.32, SD 1.01), and natural killer (NK) cell activity (music: mean 25.23, SD 15.20; control: mean 21.36, SD 12.86), indicating a positive effect of music listening on the immune system in women with breast cancer (Chen 2004). CD3 and CD4/CD8 are proteins that play a role in immune system functioning.

Social and spiritual support

Spiritual well‐being

Two trials under this comparison assessed spiritual well‐being (Cook 2013; Hanser 2006). One trial compared music therapy to usual care using the Functional Assessment of Chronic Illness Therapy‐Spiritual Well‐Being subscale (FACIT‐Sp, score range: 0 to 48) (Hanser 2006). Results indicated no statistically significant difference between the two groups (music therapy mean change score: 2.5, SD 8.56; control group mean change score: 0.7, SD 6.95). Cook 2013 compared music therapy with standard care and reported a greater improvement in the music therapy treatment arm ( mean change score: 4.4, SD 4.84) than the control arm (mean change score: 2.0, SD 6.08) on the FACIT‐Sp.

Social support

Robb 2014 examined the effect of music therapy on perceived social support in adolescents and young adults during stem cell transplant. At 100 days post‐transplant, participants in the music therapy treatment arm reported significantly greater improvements in perceived social support (SMD: 0.54, P = 0.028) and family environment (i.e. family cohesion, family adaptation, family communication, and family strength) (SMD: 0.66, P = 0.008) than participants in the control group. Qualitative analysis of the music videos that accompanied the songs written by the participants revealed that study participants were "identifying peers (i.e., social integration), family members (i.e., family environment), and faith/spirituality (i.e., spiritual perspective) as important sources of support" (p 916).

Quality of life

Seven trials compared the impact of music interventions to standard care on QoL (Burns 2001a; Hanser 2006; Hilliard 2003; Liao 2013; Moradian 2015; Ratcliff 2014; Xie 2001). We did not include Hanser 2006 in the meta‐analysis for reasons discussed above. Meta‐analysis of the remaining six trials (N = 545) resulted in a heterogeneous SMD of 0.98 (95% CI −0.36 to 2.33, P = 0.15, I2 = 98%; Analysis 1.23; Burns 2001a; Hilliard 2003; Liao 2013; Moradian 2015; Ratcliff 2014; Xie 2001), with Xie 2001 reporting a much larger beneficial effect than the other trials. Removal of this outlier resulted in a small effect size that was homogeneous (SMD: 0.29, 95% CI 0.05 to 0.53, P = 0.02, I2 = 0%).

We conducted a sensitivity analysis removing all studies that used improper methods of randomization. This resulted in a moderate effect size that was statistically significant (SMD: 0.52, 95% CI 0.01 to 1.02, P = 0.04, I2 = 66%; Analysis 1.23).

A subgroup analysis per intervention type resulted in a homogeneous, moderate effect of music therapy on QoL (SMD: 0.42 , 95% CI 0.06 to 0.78, P = 0.02, I2 = 4%; Analysis 1.24) that was statistically significant and consistent across studies (Cohen 1988). In Hanser 2006, music therapy resulted in a greater improvement in QoL (FACT‐G, 0‐108) (mean change score: 3.5, SD 13.75) than standard care (mean change score: 0.9, SD 15.8), but this difference was not statistically significant. The pooled effect of the music medicine studies was large but very heterogeneous and not statistically significant (SMD: 1.33, 95% CI −0.96 to 3.63, P = 0.26, I2 = 99%). The large heterogeneity was due to the outlying values of Xie 2001; removing it from the analysis resulted in a small effect for the music medicine studies that was consistent across studies but not statistically significant (SMD: 0.20, 95% CI −0.11 to 0.51, P = 0.21, I2 = 0%). The difference in treatment effect between the music therapy studies and the music medicine studies was statistically significant when we excluded Xie 2001 from the analysis (P = 0.01). With the Xie study included, the difference was not statistically significant (P = 0.44).

Comparison 2: Music therapy plus standard care versus music medicine plus standard care

Only two studies reported on the direct comparison between music therapy and music medicine interventions.

Primary outcomes
Psychological outcomes

Anxiety

Two trials directly compared the effects of music therapy with music medicine on cancer patients' anxiety using a 100mm visual analogue scale (Bradt 2015; Palmer 2015). Both interventions resulted in reduction of anxiety. Whereas music therapy interventions resulted in a greater average anxiety reduction than music medicine intervention, this difference was not statistically significant (MD: −3.67, 95% CI −11.68 to 4.35, P = 0.37, I2 = 0%; Analysis 2.1). However, 77.4% of the participants in the cross‐over trial by Bradt 2015 expressed a preference for receiving music therapy sessions for the remainder of their cancer treatment or future treatments. The main reasons cited by participants for this preferences were that they felt cared for by the music therapist, enjoyed the interactive and creative music making, and valued the opportunity for emotional expression and processing.

Comparison 3: Music interventions plus standard care versus standard care plus alternative relaxation interventions

Several studies compared music interventions with other relaxation interventions such as progressive muscle relaxation, guided imagery and relaxation, and verbal relaxation instructions. At this time, only single studies were identified per outcome. This precluded meta‐analysis is results.

Primary outcomes
Psychological outcomes

Anxiety

Straw 1991 compared music listening to guided imagery and relaxation training and found that both interventions significantly reduced state anxiety as measured by the STAI‐S (score range 20 to 80) (guided imagery post‐test mean: 38.6, SD 10.01; music listening post‐test mean: 34.22, SD 10.12). An ANCOVA analysis with pre‐test anxiety scores as a co‐variate indicated that the difference in effect of the two interventions on state anxiety was not statistically significant.

Depression

Stordahl 2009 compared music‐assisted relaxation with verbal relaxation instructions in 20 women with breast cancer and reported a lower level of depression on the Center for Epidimiologic Diseases ‐ Depression Scale (CES‐D, score range 0 to 60) following treatment in the music‐assisted relaxation treatment arm (n = 10; post‐test mean: 6.6, SD 5.02) than in the verbal relaxation treatment arm (n = 10; post‐test mean: 9.20, SD 10.96).

Mood

Stordahl 2009 also compared the impact of music‐assisted relaxation with verbal relaxation instructions on mood in women with breast cancer and found that music‐assisted relaxation resulted in lower scores (i.e. better mood) on the POMS‐SF (score range 14 to 70 as reported in this thesis) (post‐test mean: 6.5, SD 5.19) than verbal relaxation instructions (post‐test mean = 8.64, SD 6.42).

Physical symptoms

Pain

Shaban 2006 compared the effects of progressive muscle relaxation (PMR) to music listening and found that PMR was more effective in reducing pain (100mm VAS) (mean post‐test score: 6.22, SD 2.45) than listening to pre‐recorded music (mean post‐test score: 4.96, SD 2.76) in 100 participants.

Secondary outcomes
Quality of life

Straw 1991 compared a guided imagery and relaxation intervention to music listening and found that music listening led to a greater increase in QoL (Functional Living Index, score range 22 to 154) (mean change score: 16.33, SD 20.73) than the guided imagery and relaxation group (mean change score: 4.6, SD 20.49).

Comparison 4: Music interventions plus standard care versus standard care plus placebo control

Only a few trials compared music therapy or music medicine to a placebo control, The trials examined a limited number of outcomes, which we describe below.

Primary outcomes
Psychological symptoms

Distress

Two trials examined the effects of music therapy on reduction of distress, comparing a music video intervention with an audiobook control condition in adolescents and young adults during stem cell transplantation (Burns 2009; Robb 2014). In the music video, participants wrote songs and created accompanying music videos in collaboration with a music therapist. The pooled effect of the two trials did not provide support for an effect of music therapy (SMD: −0.08, 95% CI −0.42 to 0.25, P = 0.62, I2 = 0%; Analysis 3.1). In Burns 2009, both groups reported an increase in distress post‐intervention scores, which were used in the meta‐analysis. However, follow‐up measures at 100 days after the stem‐cell transplantation indicated a lower mean distress score for the music therapy group (mean: 1.67, SD 0.55) than the audiobook group (mean: 2.00, SD 0.64).

Secondary outcomes
Social and spiritual support

Spiritual well‐being

Burns 2009 and Robb 2014 also examined the effect of a music video intervention versus audiobook control condition on spiritual well‐being in adolescents and young adults. Their pooled estimate did not find support for an effect of music therapy on spiritual well‐being (SMD: 0.31, 95% CI −0.11 to 0.73, P = 0.15, I2 = 0%; Analysis 3.2).

Communication

One trial in children with cancer compared the effects of one session of active music making to music listening and audio storybooks on levels of active engagement and initiation in 55 children (Robb 2008). Active music therapy sessions led to higher active engagement (post‐test mean: 26.03, SD 4.1) than music listening (post‐test mean: 15.65, SD 6.2, P < 0.0001) or audio storybooks (post‐test mean: 15.17, SD 4.9, P < 0.0001). These differences were statistically significant. Active music making (post‐test mean: 14.19, SD 8.3) and music listening (post‐test mean: 15.89, SD 11.2) also increased the child's initiation behaviour compared to the audio storybooks (post‐test mean: 7.43, SD 6.6). These differences were also statistically significant (P = 0.04 and P = 0.002, respectively).

Quality of life

Burns 2009 compared music therapy to an audiobook control, finding a small increase in QoL in the music therapy group (Index of Well‐Being, score range 9 ‐ 63) (mean change score: 0.31, SD 1.73, n = 7) and a small decrease in the control group (mean change score: −0.22, SD 1.24, n = 3). However, the sample size was too small to draw any meaningful conclusions.

Discusión

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Resumen de los resultados principales

Los resultados de 19 ensayos indican que la musicoterapia y las intervenciones médicas con música pueden tener un efecto beneficioso sobre la ansiedad en los pacientes con cáncer, y se informó una reducción de la ansiedad de 8,54 unidades, como promedio, en la escala STAI‐S (intervalo de puntuación: 20 a 80) y ‐0,71 unidades estandarizadas en otras escalas de ansiedad, lo que se considera un efecto de moderado a grande. Aunque la magnitud del efecto difirió entre los estudios, los ensayos coincidieron en la dirección de las estimaciones puntuales. Estos resultados de reducción de la ansiedad son consistentes con los resultados de otras tres revisiones sistemáticas Cochrane sobre el uso de la música en pacientes con cardiopatía coronaria (Bradt 2013a), pacientes con ventilación mecánica (Bradt 2014) y para la ansiedad preoperatoria (Bradt 2013b). La comparación de ensayos de musicoterapia con medicina con música para la reducción de la ansiedad en los pacientes con cáncer indica un efecto moderado del tratamiento en los estudios de musicoterapia (DME: ‐0,62) que fue consistente entre los estudios. Los ensayos de medicina con música dieron lugar a un efecto mayor (DME: ‐1,0) pero los resultados fueron muy poco consistentes entre los estudios. Cohen 1988 indicó que un tamaño del efecto de 0,20 se considerara un efecto pequeño, un tamaño del efecto de 0,50 medio y un tamaño del efecto de 0,80 grande. La comparación directa de las intervenciones con musicoterapia con las intervenciones médicas con música para la reducción de la ansiedad en dos estudios indicó una mayor reducción de la ansiedad con las intervenciones con musicoterapia. Se debe mencionar que una gran mayoría de los pacientes de uno de los estudios comparativos expresó una preferencia por la intervención con musicoterapia.

Los resultados de siete estudios indican que la intervención con música puede reducir la depresión en los pacientes con cáncer. Los resultados de un estudio único indican que la musicoterapia puede ayudar a los adolescentes y los adultos jóvenes a emplear estrategias de afrontamiento positivo durante el trasplante de células madre, un tratamiento de alto riesgo y de alta intensidad. No se encontraron pruebas de efectos en la angustia o el estado de ánimo.

En cuanto al efecto de la música sobre los síntomas físicos, los resultados de siete ensayos indican que la música tiene un efecto significativo de alivio del dolor de ‐0,91 unidades estandarizadas. Los resultados de estudios únicos indican que escuchar música puede reducir la necesidad de anestésicos y analgésicos. Las intervenciones con música también tuvieron un efecto pequeño a moderado sobre la fatiga (‐0,38 unidades estandarizadas). No se encontraron pruebas de un efecto de la música sobre el estado físico. La reducción de la ansiedad, la depresión, la fatiga y el dolor son resultados importantes en los pacientes con cáncer, ya que tienen una repercusión sobre la salud y la CdV general.

Es importante que se considere cuidadosamente la implementación de las intervenciones de escuchar música. Los resultados del estudio Kwekkeboom 2003 indican que escuchar música mediante auriculares puede estar contraindicado durante los procedimientos dolorosos, ya que impide que el paciente escuche las instrucciones y las observaciones del cirujano. Lo anterior puede aumentar enormemente la ansiedad del paciente y, por lo tanto, el dolor percibido. En este caso, es mejor escuchar música sin auriculares.

Además, los resultados indican que las intervenciones con música pueden tener un efecto beneficioso sobre varias respuestas fisiológicas en pacientes con cáncer. Escuchar música puede reducir, como promedio, la frecuencia cardíaca en cuatro latidos por minuto y la frecuencia respiratoria en dos respiraciones por minuto. Estos resultados son consistentes con los hallazgos de una revisión sistemática Cochrane sobre el uso de la música en pacientes con cardiopatía coronaria (Bradt 2013a), que informó una reducción de la frecuencia cardíaca de 3,4 lpm y una reducción de la frecuencia respiratoria de 2,5 respiraciones por minuto. En una revisión Cochrane sobre intervenciones con música en pacientes con asistencia respiratoria (Bradt 2014) se informaron resultados similares: una reducción de la frecuencia cardíaca media de 3,95 lpm y una reducción de la frecuencia respiratoria media de 2,87 respiraciones por minuto. En el caso de una frecuencia cardíaca en reposo dentro del rango normal, una reducción de 4 lpm puede no ser clínicamente significativa.Sin embargo, podría serlo en el caso de una frecuencia taquicárdica. En un estudio que examinó la relación cuantitativa entre la reducción de la frecuencia cardíaca en reposo y el beneficio clínico, Cucherat 2007 encontró que por cada reducción de 10 lpm en la frecuencia cardíaca se calculó una reducción del riesgo relativo de muerte por causa cardíaca del 30%. Los resultados de esta revisión también indican que escuchar música puede tener un efecto beneficioso sobre la PA sistólica, aunque no se encontraron pruebas de un efecto en la PA diastólica. Ensayos sobre la escucha de música en pacientes cardíacos y pacientes con ventilación mecánica también informaron reducciones en la presión arterial sistólica (Bradt 2013a; Bradt 2014). La reducción de la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial corresponde con los efectos de reducción de la ansiedad encontrados a través de las medidas de resultado subjetivas de esta revisión.

No se encontraron pruebas para apoyar un efecto de las intervenciones con música sobre el nivel de saturación de oxígeno. Los ensayos individuales incluidos en esta revisión encontraron pruebas de un efecto beneficioso de la música sobre la presión arterial media y la función inmunológica.

Las intervenciones con musicoterapia tuvieron un efecto moderado de 0,42 unidades estandarizadas sobre la calidad de vida, mientras que no se encontraron pruebas que apoyaran un efecto en los estudios de medicina con música. Dos estudios que compararon musicoterapia con un control con audiolibros en adolescentes y adultos jóvenes no encontraron pruebas de bienestar espiritual. Dos estudios de musicoterapia en adultos informaron hallazgos contradictorios en este resultado. Finalmente, un estudio único con adolescentes y adultos jóvenes durante el trasplante de células madre informó efectos beneficiosos de la musicoterapia sobre el apoyo social percibido y el ambiente familiar.

Los análisis de subgrupos de los efectos del tratamiento entre los estudios de musicoterapia y medicina con música fue posible en cuatro resultados, a saber la ansiedad, la depresión, el estado de ánimo y la calidad de vida. Hubo una diferencia en la calidad de vida, y los estudios de musicoterapia contribuyeron a un efecto agrupado del tratamiento mayor que los estudios de medicina con música; No se encontraron diferencias entre los estudios de musicoterapia y medicina con música en otros resultados. Sin embargo, se debe señalar que en todos los resultados, las intervenciones con musicoterapia dieron lugar a resultados consistentes entre los estudios, mientras que los resultados de los estudios de medicina con música fueron muy heterogéneos en estos resultados.

Fue posible examinar la repercusión de la preferencia de música para la ansiedad, la depresión, el dolor, la frecuencia cardíaca, la presión arterial sistólica y diastólica. La preferencia en la música no repercutió en el efecto de la música sobre la ansiedad. En los otros resultados, aunque no hubo diferencias entre el uso de la música preferida por el paciente versus la seleccionada por el investigador, los resultados muestran tendencias interesantes. En el dolor, el uso de la música preferida por el paciente tuvo una repercusión mucho mayor sobre la reducción del dolor. Por el contrario, no se encontraron pruebas de un efecto de alivio del dolor en la música seleccionada por el investigador. En la frecuencia cardíaca, la música seleccionada por el investigador dio lugar a un efecto del tratamiento mayor y más consistente que la música preferida por el paciente. Es interesante que en la presión arterial, la música preferida por el paciente dio lugar a un efecto del tratamiento mayor, pero los resultados fueron muy poco consistentes entre los estudios. Por el contrario, la música seleccionada por el investigador dio lugar a un efecto más pequeño.

Para todos los resultados, los análisis de sensibilidad fueron sólidos con respecto a las conclusiones originales.

La sección "Resumen de los hallazgos" de la comparación principal proporciona un resumen de los resultados principales de esta revisión con los riesgos asociados.

Compleción y aplicabilidad general de las pruebas

Esta revisión incluyó 52 ensayos controlados aleatorios y cuasialeatorios.

Diecisiete ensayos utilizaron la escucha de música pregrabada y 13 ensayos utilizaron intervenciones con musicoterapia que involucraron activamente a los pacientes ("Características de los estudios incluidos"). Fue posible comparar los efectos del tratamiento de los estudios de musicoterapia con los estudios de medicina con música en cuatro resultados. En los otros resultados dicha comparación no fue posible debido al número insuficiente de estudios de musicoterapia y medicina con música por resultado.

Esta revisión incluyó estudios con musicoterapia y de medicina con música, como se definió en la sección "Antecedentes". Los musicoterapeutas que trabajan con pacientes con cáncer no limitan sus intervenciones a ofrecer música para escuchar con fines de relajación. Los musicoterapeutas están especialmente capacitados clínica y académicamente para seleccionar con cuidado las intervenciones con música con el objetivo de ofrecer apoyo emocional y espiritual, apoyar la comunicación con los seres queridos, aumentar el sentido de control y mejorar el bienestar físico de los pacientes con cáncer. Los análisis comparativos indican que las intervenciones con musicoterapia son más efectivas que las intervenciones médicas con música para mejorar la calidad de vida. No se encontraron diferencias entre las intervenciones con musicoterapia y las intervenciones médicas con música en otros resultados, pero se debe señalar que los resultados de los estudios de musicoterapia fueron mucho menos heterogéneos que los de los estudios de medicina con música. Es probable que se deba al hecho de que los musicoterapeutas se forman para satisfacer las necesidades individuales de los pacientes mediante las intervenciones con música (p.ej. satisfacer las necesidades más perentorias del paciente cuando le ofrecen música en vivo), en lugar de ofrecer una selección limitada de música pregrabada que puede no ser apropiada para todos los pacientes. Los participantes de un ensayo cruzado (crossover) que recibieron musicoterapia e intervenciones médicas con música prefirieron de forma abrumadora las sesiones de musicoterapia debido a la atención y el cuidado personal, la creatividad de la música interactiva producida y la oportunidad para la expresión emocional al cantar y tocar instrumentos.

En general, los ensayos que utilizaron escuchar música pregrabada incluyeron información muy limitada acerca de las selecciones musicales utilizadas, excepto por la mención de estilos musicales generales (p.ej., new age, música clásica, música ligera, etc). La música dentro de cada uno de estos estilos puede variar mucho y una información más detallada ayudaría a que los médicos realicen selecciones de música bien informadas.

La frecuencia y la duración de las intervenciones variaron ampliamente entre los ensayos. Doce ensayos ofrecieron una sesión de música única. Es interesante sugerir que al ofrecer múltiples sesiones para escuchar música, el paciente puede proporcionar comentarios (feedback) acerca de la música, seleccionar una música diferente si es necesario y adquirir más habilidades para utilizar la música con fines de relajación.En el caso de las intervenciones con musicoterapia, las sesiones múltiples permiten el desarrollo de una relación terapéutica y la profundización del proceso terapéutico mediante la música. Este hecho puede causar mayores beneficios para la salud. Sin embargo, en este momento, la relación entre la frecuencia y la duración del tratamiento y el efecto del tratamiento todavía es incierta.Se necesitan estudios de investigación adicionales acerca de la frecuencia y la duración óptimas de las intervenciones con música para obtener resultados específicos en pacientes con cáncer.

Actualmente no es posible proporcionar datos con respecto al costo o costo‐efectividad de la musicoterapia o aplicaciones médicas con música en la atención de los pacientes con cáncer, ya que los ensayos examinados no proporcionaron estos datos.

Calidad de la evidencia

Debido al gran número de ensayos con alto riesgo de sesgo, los lectores deben interpretar los resultados de esta revisión con precaución. A menudo no es posible cegar a los participantes en los estudios de medicina con música o con musicoterapia, a menos que se utilice un diseño comparativo (p.ej. Bradt 2015). Muchos de los ensayos de esta revisión incluyeron resultados subjetivos como la ansiedad, el dolor, el estado de ánimo y la calidad de vida. Cuando no es posible cegar a los participantes a la intervención, existe definitivamente una posibilidad de sesgo a la hora de informar acerca de estos resultados subjetivos.

En muchos ensayos fue necesario establecer contacto con los investigadores principales para que proporcionaran información metodológica y estadística adicional, lo que mejoró la calidad de las pruebas de la revisión.

En cuanto a la ansiedad y el dolor, hubo efectos moderados a grandes entre los estudios. Los ensayos no coincidieron en el tamaño del efecto sobre la ansiedad; algunos ensayos informaron efectos beneficiosos mucho mayores que otros, lo que dio lugar a un intervalo de confianza amplio. En resumen, la calidad de las pruebas fue baja para los resultados (es decir, ansiedad, estado de ánimo, dolor, fatiga y calidad de vida) y muy baja para la depresión (Resumen de los hallazgos para la comparación principal).

Sesgos potenciales en el proceso de revisión

La solidez de esta revisión se apoya en que se efectuaron búsquedas en todas las bases de datos disponibles y en un gran número de revistas de musicoterapia (en inglés, alemán y francés), se verificaron las listas de referencias de todos los ensayos relevantes, se estableció contacto con los expertos pertinentes para la identificación de los ensayos no publicados, y se incluyeron las publicaciones sin restricción del idioma. Cuando fue necesario, se solicitaron datos adicionales para todos los ensayos que se consideraron para su inclusión. Este hecho permitió obtener información exacta acerca de la calidad del ensayo y datos de la mayoría de los ensayos, y ayudó a tomar decisiones bien fundadas sobre la selección de ensayos.

Aunque no es posible descartar completamente la posibilidad de que se perdieran algunos ensayos publicados y no publicados, hay confianza en que la estrategia de búsqueda detallada combinada con la búsqueda manual extensa identificó todos los ensayos relevantes. Es posible que no se identificara alguna literatura gris; sin embargo, no se considera que tuviera una repercusión significativa sobre los resultados. La literatura gris tiende a incluir ensayos con números relativamente pequeños de participantes y resultados no concluyentes (McAuley 2000).

Uno de los ensayos incluidos (Bradt 2015) fue realizado por el autor principal de esta revisión. En cuanto a todos los estudios nuevos incluidos en esta actualización, CD y LM evaluaron el riesgo de sesgo. AT completó de forma independiente la extracción de datos.

Acuerdos y desacuerdos con otros estudios o revisiones

Los resultados de esta revisión son consistentes con los resultados de una revisión (32 ECA y ensayos clínicos controlados) que evaluó el efecto de las intervenciones con música sobre los resultados psicológicos y físicos de los pacientes con cáncer (Zhang 2012). Zhang y colegas informaron una diferencia de medias de ‐12,3 para la ansiedad (STAI‐S, intervalo de puntuación: 20 a 80), ‐6,23 para la depresión (Self‐Rating Depression Scale, intervalo de puntuación: 20 a 80), ‐0,52 para el dolor (0 a 10 en una escala de calificación numérica) y 13,32 para la calidad de vida (Quality of Life ‐ Cancer, intervalo de puntuación: 0 a 100). Los autores también informaron que los efectos de la música sobre los signos vitales, especialmente la presión arterial, fueron pequeños. Por el contrario, Nightingale 2013 (una revisión de cuatro ECA) que evaluó los efectos de la música sobre la ansiedad en pacientes adultos con cáncer, no informó pruebas de un efecto de la música sobre la ansiedad. Es probable que este resultado se deba al escaso número de estudios incluidos en dicha revisión. Además, los revisores incluyeron a Kwekkeboom 2003 en el metanálisis, que fue un ensayo muy problemático en cuanto a la implementación de las intervenciones de escucha de música, como se analizó en la sección "Resultados" de la presente revisión. Los participantes del estudio informaron que el uso de auriculares mientras se les realizaban procedimientos médicos dolorosos provocó ansiedad porque impidió que oyeran al cirujano. Además, Nightingale 2013 incluyó a Hanser 2006 en el metanálisis, mientras que en la presente revisión este estudio se incluyó solamente de manera narrativa. Esta decisión se basó en una tasa de desgaste muy alta (40%) y la imposibilidad de implementar la intervención de musicoterapia dentro del plazo establecido a priori, lo que debilitó mucho la intervención, como informaron los autores.

Study flow diagram.
Figures and Tables -
Figure 1

Study flow diagram.

Risk of bias summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.
Figures and Tables -
Figure 2

Risk of bias summary: review authors' judgements about each risk of bias item for each included study.

Risk of bias graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.
Figures and Tables -
Figure 3

Risk of bias graph: review authors' judgements about each risk of bias item presented as percentages across all included studies.

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.1 Anxiety (STAI).
Figures and Tables -
Figure 4

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.1 Anxiety (STAI).

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.6 Depression.
Figures and Tables -
Figure 5

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.6 Depression.

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.11 Pain.
Figures and Tables -
Figure 6

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.11 Pain.

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.15 Heart rate.
Figures and Tables -
Figure 7

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.15 Heart rate.

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.13 Fatigue.
Figures and Tables -
Figure 8

Funnel plot of comparison: 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, outcome: 1.13 Fatigue.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 1 Anxiety (STAI).
Figures and Tables -
Analysis 1.1

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 1 Anxiety (STAI).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 2 Anxiety (non‐STAI (full version) measures).
Figures and Tables -
Analysis 1.2

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 2 Anxiety (non‐STAI (full version) measures).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 3 Anxiety (intervention subgroup).
Figures and Tables -
Analysis 1.3

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 3 Anxiety (intervention subgroup).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 4 Anxiety (music preference).
Figures and Tables -
Analysis 1.4

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 4 Anxiety (music preference).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 5 Anxiety (music‐guided relaxation).
Figures and Tables -
Analysis 1.5

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 5 Anxiety (music‐guided relaxation).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 6 Depression.
Figures and Tables -
Analysis 1.6

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 6 Depression.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 7 Depression (intervention subgroup).
Figures and Tables -
Analysis 1.7

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 7 Depression (intervention subgroup).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 8 Depression (music preference).
Figures and Tables -
Analysis 1.8

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 8 Depression (music preference).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 9 Mood.
Figures and Tables -
Analysis 1.9

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 9 Mood.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 10 Mood (intervention subgroup).
Figures and Tables -
Analysis 1.10

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 10 Mood (intervention subgroup).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 11 Pain.
Figures and Tables -
Analysis 1.11

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 11 Pain.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 12 Pain (music preference).
Figures and Tables -
Analysis 1.12

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 12 Pain (music preference).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 13 Fatigue.
Figures and Tables -
Analysis 1.13

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 13 Fatigue.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 14 Physical functioning.
Figures and Tables -
Analysis 1.14

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 14 Physical functioning.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 15 Heart rate.
Figures and Tables -
Analysis 1.15

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 15 Heart rate.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 16 Heart rate (music preference).
Figures and Tables -
Analysis 1.16

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 16 Heart rate (music preference).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 17 Respiratory rate.
Figures and Tables -
Analysis 1.17

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 17 Respiratory rate.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 18 Systolic blood pressure.
Figures and Tables -
Analysis 1.18

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 18 Systolic blood pressure.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 19 Systolic blood pressure (music preference).
Figures and Tables -
Analysis 1.19

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 19 Systolic blood pressure (music preference).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 20 Diastolic blood pressure.
Figures and Tables -
Analysis 1.20

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 20 Diastolic blood pressure.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 21 Diastolic blood pressure (music preference).
Figures and Tables -
Analysis 1.21

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 21 Diastolic blood pressure (music preference).

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 22 Oxygen Saturation.
Figures and Tables -
Analysis 1.22

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 22 Oxygen Saturation.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 23 Quality of Life.
Figures and Tables -
Analysis 1.23

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 23 Quality of Life.

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 24 Quality of life (intervention subgroup).
Figures and Tables -
Analysis 1.24

Comparison 1 Music intervention plus standard care versus standard care alone, Outcome 24 Quality of life (intervention subgroup).

Comparison 2 Music therapy plus standard care versus music medicine plus standard care, Outcome 1 Anxiety.
Figures and Tables -
Analysis 2.1

Comparison 2 Music therapy plus standard care versus music medicine plus standard care, Outcome 1 Anxiety.

Comparison 3 Music interventions plus standard care versus standard care plus placebo control, Outcome 1 Distress.
Figures and Tables -
Analysis 3.1

Comparison 3 Music interventions plus standard care versus standard care plus placebo control, Outcome 1 Distress.

Comparison 3 Music interventions plus standard care versus standard care plus placebo control, Outcome 2 Spiritual well‐being.
Figures and Tables -
Analysis 3.2

Comparison 3 Music interventions plus standard care versus standard care plus placebo control, Outcome 2 Spiritual well‐being.

Summary of findings for the main comparison. Music interventions compared to standard care for psychological and physical outcomes in cancer patients

Music interventions versus standard care for psychological and physical outcomes in cancer patients

Patient or population: cancer patients
Setting: inpatient and outpatient cancer care
Intervention: music interventions
Comparison: standard care

Outcomes

Relative effect (95% CI)

No of participants
(studies)

Quality of the evidence
(GRADE)

Comments

Anxiety
assessed with: Spielberger State Anxiety Index
Scale from: 0 to 40

The mean anxiety in the music intervention group was 8.54 units less (12.04 less to 5.05 less) than in the standard care group

1028
(13 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,b

Depression

The mean depression in the music intervention group was 0.40 standard deviations less (0.74 less to 0.06 less) than in the standard care group

723
(7 RCTs)

⊕⊝⊝⊝
Very lowa,c

An SMD of 0.40 is considered a low to moderate effect size

Mood

The mean mood in the music intervention group was 0.47 standard deviations better (0.02 worse to 0.97 better) than in the standard care group

236
(5 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,d

An SMD of 0.47 is considered a moderate effect size

Pain

The mean pain in the intervention group was 0.91 standard deviations less (1.46 less to 0.36 less) than in the standard care group

528
(7 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,e

An SMD of 0.91 is considered a large effect size

Fatigue

The mean fatigue in the music intervention group was 0.38 standard deviations less (0.72 less to 0.04 less) than in the standard care group

253
(6 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa

An SMD of 0.38 is considered a small to moderate effect size

Quality of life

The mean quality of life in the music intervention group was 0.98 standard deviations more (0.36 less to 2.33 more) than in the standard care group

545
(6 RCTs)

⊕⊕⊝⊝
Lowa,f

An SMD of 0.98 is considered a large effect size

*The risk in the intervention group (and its 95% confidence interval) is based on the assumed risk in the comparison group and the relative effect of the intervention (and its 95% CI).
CI: confidence interval; SMD: standardized mean difference.

GRADE Working Group grades of evidence
High quality: We are very confident that the true effect lies close to that of the estimate of the effect
Moderate quality: We are moderately confident in the effect estimate: The true effect is likely to be close to the estimate of the effect, but there is a possibility that it is substantially different
Low quality: Our confidence in the effect estimate is limited: The true effect may be substantially different from the estimate of the effect
Very low quality: We have very little confidence in the effect estimate: The true effect is likely to be substantially different from the estimate of effect

a The majority of the trials were at high risk of bias.
b Results were inconsistent across studies as evidenced by I2 = 93%, but all treatment effects were in the desired direction.
c Results were inconsistent across studies as evidenced by I2 = 77%, but all treatment effects were in the desired direction.
d Results were inconsistent across studies as evidenced by I2 = 70%, but all treatment effects were in the desired direction.
e Results were inconsistent across studies as evidenced by I2 = 88%, but all treatment effects were in the desired direction.
f Results were inconsistent across studies as evidenced by I2 = 98% ,but all treatment effects were in desired direction and large heterogeneity was mostly due to outlying values of one study.

Figures and Tables -
Summary of findings for the main comparison. Music interventions compared to standard care for psychological and physical outcomes in cancer patients
Comparison 1. Music intervention plus standard care versus standard care alone

Outcome or subgroup title

No. of studies

No. of participants

Statistical method

Effect size

1 Anxiety (STAI) Show forest plot

13

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

1.1 All studies

13

1028

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐8.54 [‐12.04, ‐5.05]

1.2 Sensitivity analysis

11

929

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐8.64 [‐12.50, ‐4.79]

2 Anxiety (non‐STAI (full version) measures) Show forest plot

6

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

2.1 All studies

6

449

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.71 [‐0.98, ‐0.43]

2.2 Sensitivity analysis

3

157

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.80 [‐1.44, ‐0.16]

3 Anxiety (intervention subgroup) Show forest plot

18

1457

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.94 [‐1.34, ‐0.55]

3.1 Music therapy studies

3

111

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.62 [‐1.01, ‐0.24]

3.2 Music medicine studies

15

1346

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐1.00 [‐1.45, ‐0.55]

4 Anxiety (music preference) Show forest plot

13

1142

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.88 [‐1.28, ‐0.47]

4.1 Patient‐preferred music

10

860

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.86 [‐1.38, ‐0.34]

4.2 Researcher‐selected music

3

282

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.89 [‐1.43, ‐0.35]

5 Anxiety (music‐guided relaxation) Show forest plot

14

1306

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.98 [‐1.44, ‐0.51]

5.1 Music‐guided relaxation studies

4

476

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐1.61 [‐2.56, ‐0.65]

5.2 Listening to music only

10

830

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.71 [‐1.16, ‐0.26]

6 Depression Show forest plot

7

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

6.1 All studies

7

723

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.40 [‐0.74, ‐0.06]

6.2 Sensitivity analysis

6

541

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.37 [‐0.79, 0.05]

7 Depression (intervention subgroup) Show forest plot

7

723

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.40 [‐0.74, ‐0.06]

7.1 Music therapy studies

3

130

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.11 [‐0.46, 0.24]

7.2 Music medicine studies

4

593

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.57 [‐1.03, ‐0.10]

8 Depression (music preference) Show forest plot

4

505

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.60 [‐1.04, ‐0.16]

8.1 Patient‐preferred music

2

275

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.88 [‐1.67, ‐0.09]

8.2 Researcher‐selected music

2

230

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.32 [‐0.84, 0.19]

9 Mood Show forest plot

5

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

9.1 All studies

5

236

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.47 [‐0.02, 0.97]

9.2 Sensitivity analysis

4

192

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.57 [‐0.03, 1.18]

10 Mood (intervention subgroup) Show forest plot

5

236

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.47 [‐0.02, 0.97]

10.1 Music therapy studies

2

104

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.37 [‐0.13, 0.87]

10.2 Music medicine studies

3

132

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.55 [‐0.37, 1.47]

11 Pain Show forest plot

7

528

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.91 [‐1.46, ‐0.36]

12 Pain (music preference) Show forest plot

6

496

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.92 [‐1.53, ‐0.30]

12.1 Patient‐preferred music

4

320

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐1.06 [‐1.93, ‐0.20]

12.2 Researcher‐selected music

2

176

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.59 [‐1.34, 0.15]

13 Fatigue Show forest plot

6

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

13.1 All studies

6

253

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.38 [‐0.72, ‐0.04]

13.2 Sensitivity analysis

5

203

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐0.20 [‐0.48, 0.08]

14 Physical functioning Show forest plot

4

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

14.1 All studies

4

493

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.78 [‐0.74, 2.31]

14.2 Sensitivity analysis

3

233

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.08 [‐0.18, 0.34]

15 Heart rate Show forest plot

8

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

15.1 All studies

8

589

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐3.32 [‐6.21, ‐0.44]

15.2 Sensitivity analysis

6

339

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐4.63 [‐8.18, ‐1.09]

16 Heart rate (music preference) Show forest plot

7

539

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐3.77 [‐6.97, ‐0.58]

16.1 Patient‐preferred music

5

479

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐3.13 [‐6.54, 0.27]

16.2 Researcher‐selected music

2

60

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐7.94 [‐15.10, ‐0.78]

17 Respiratory rate Show forest plot

4

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

17.1 All studies

4

437

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐1.24 [‐2.54, 0.06]

17.2 Sensitivity analysis

3

237

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐1.83 [‐3.36, ‐0.30]

18 Systolic blood pressure Show forest plot

7

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

18.1 All studies

7

559

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐5.40 [‐8.32, ‐2.49]

18.2 Sensitivity analysis

5

309

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐7.63 [‐10.75, ‐4.52]

19 Systolic blood pressure (music preference) Show forest plot

6

509

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐6.29 [‐8.86, ‐3.72]

19.1 Patient‐preferred music

4

449

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐6.65 [‐10.07, ‐3.23]

19.2 Researcher‐selected music

2

60

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐4.72 [‐10.80, 1.37]

20 Diastolic blood pressure Show forest plot

7

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

20.1 All studies

7

559

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐2.35 [‐5.88, 1.18]

20.2 Sensitivity analysis

5

309

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐4.94 [‐7.78, ‐2.09]

21 Diastolic blood pressure (music preference) Show forest plot

6

509

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐3.74 [‐7.53, 0.05]

21.1 Patient‐preferred music

4

449

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐4.10 [‐8.78, 0.59]

21.2 Researcher‐selected music

2

60

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

‐2.01 [‐6.26, 2.25]

22 Oxygen Saturation Show forest plot

3

292

Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.50 [‐0.18, 1.18]

23 Quality of Life Show forest plot

6

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

Subtotals only

23.1 All studies

6

545

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.98 [‐0.36, 2.33]

23.2 Sensitivity analysis

4

241

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.52 [0.01, 1.02]

24 Quality of life (intervention subgroup) Show forest plot

5

568

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.99 [‐0.34, 2.31]

24.1 Music therapy studies

3

132

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

0.42 [0.06, 0.78]

24.2 Music medicine studies

2

436

Std. Mean Difference (IV, Random, 95% CI)

1.33 [‐0.96, 3.63]

Figures and Tables -
Comparison 1. Music intervention plus standard care versus standard care alone
Comparison 2. Music therapy plus standard care versus music medicine plus standard care

Outcome or subgroup title

No. of studies

No. of participants

Statistical method

Effect size

1 Anxiety Show forest plot

2

166

Mean Difference (IV, Fixed, 95% CI)

‐3.67 [‐11.68, 4.35]

Figures and Tables -
Comparison 2. Music therapy plus standard care versus music medicine plus standard care
Comparison 3. Music interventions plus standard care versus standard care plus placebo control

Outcome or subgroup title

No. of studies

No. of participants

Statistical method

Effect size

1 Distress Show forest plot

2

Mean Difference (Random, 95% CI)

‐0.07 [‐0.39, 0.26]

2 Spiritual well‐being Show forest plot

2

Std. Mean Difference (Fixed, 95% CI)

0.31 [‐0.11, 0.73]

Figures and Tables -
Comparison 3. Music interventions plus standard care versus standard care plus placebo control